El Thyssen desempolva la pintura de Rosario de Velasco

La artista figurativa, asociada al movimiento falangista y con una prolífica obra hasta ahora desconocida, se convierte en la nueva protagonista femenina de la pinacoteca tras la muestra dedicada a Isabel Quintanilla

Detalle del 'autorretrato' de Rosario de Velasco en la exposición temporal 'Rosario de Velasco' en el Museo Thyssen de Madrid (EFE/ Mariscal)

Toya Viudes de Velasco llevaba tiempo intentando trazar las huellas de su tía abuela tras conocer su currículum artístico. Los lienzos que vestían las salas del hogar familiar formaban parte de la cronología histórica del arte español, pero no encontraban un camino común para rescatar la figura olvidada de la pintora. Desde entonces, su energía se ha transformado en un ímpetu irrefrenable para recuperar su obra. Rosario de Velasco (Madrid, 1904-Barcelona, 1991) es la protagonista absoluta de la nueva exposición del Museo Thyssen-Bornemisza.

La pinacoteca vuelve a poner el foco en una artista madrileña tras el éxito de la muestra dedicada a la pintura de Isabel Quintanilla. Aunque, en esta ocasión, la magia acapara la sala que visten una treintena de sus obras. La sobrina nieta de Rosario de Velasco puso un tuit pidiendo información sobre los lienzos envueltos por toda España, un grito de esperanza con el que buscó rendir homenaje a su particular visión artística. “Me propuse recuperar a Rosario, ha sido un proyecto de media vida”, ha expresado Toya Viudes en la rueda de prensa en la que ha estado presente Infobae España.

De las redes sociales al Thyssen. En tiempo récord, Viudes y Miguel Lusarreta, también comisario de la muestra, han conformado un retrato de la época más destacada de la pintura de Rosario (enmarcada entre 1920 y 1940) con el objetivo de rescatar a una de las artistas más notorias de la primera mitad del siglo XX. “Ninguna institución se había atrevido a afrontar esta exposición por la dificultad que suponía”, ha admitido Lusarreta. “El gran problema que tuvimos con sus obras es que son subastas antiguas”, ha indicado la sobrina nieta.

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Rosario de Castro, en su estudio. (© Rosario de Velasco)

Recopilar las obras de Rosario de Velasco fue una carrera de obstáculos, pues la única información que Viudes y Lusarreta tenían en sus manos eran “los números fijos de teléfono que ya nadie coge y las direcciones postales de las casas que, en el mejor de los casos no se habían tirado, pero que ya no tenían a nadie viviendo allí”. Ambos comisarios comenzaron trazando el mapa a partir de las pinturas que pertenecían a la colección familiar. Una de ellas era Lavanderas (1934), un lienzo que la autora pintó para la boda de su hermano, el Dr. Luis de Velasco.

El movimiento de las mujeres que representa en este cuadro habla de las influencias de la artista, considerada como un puente entre la modernidad y la tradición renacentista que tanto admiraba. Así, sus obras se adscriben al denominado “retorno al orden” que se impuso en España como respuesta a las vanguardias. El valor añadido de la exposición, que se podrá visitar en la pinacoteca hasta el próximo 15 de septiembre, es que va más allá de los cuadros expuestos en los diversos museos del país (por ejemplo, Adán y Eva, del año 1932, que forma parte de la colección del Museo Reina Sofía). La muestra es un renacimiento de la figura de Rosario de Velasco. Una firma contractual para brindarle una segunda vida a su pintura. Un tratado romántico de reconocimiento.

'Adán y Eva', de Rosario de Velasco. (1932)

“Desde el primer momento tuvimos mucha acogida”, dice Toya Viudes sobre la campaña de recuperación del arte de su tía abuela. A través de decenas de correos y de respuestas en redes sociales, la sobrina nieta de la pintora ha podido localizar más de 300 lienzos. “Rosario pintó su vida y fue una artista como la copa de un pino, nuestra idea es seguir mostrándolo. En esta exposición hemos querido enseñar treinta obras, pero queremos mostrar muchas más”, ha concluido.

La figuración de Rosario de Velasco incluye, en su pasión por las composiciones clásicas, cierto fervor por los elementos que estaban cambiando el paradigma del arte, entre ellos, la figura de Picasso. Su pintura nace junto con los realismos de nuevo cuño que surgen tras la Primera Guerra Mundial: un interés renovado por el clasicismo y el Quattrocento italiano que la sitúan en la primera línea de la renovación plástica en España.

Giotto, Masaccio, Piero della Francesca. Mantegna, Durero, Velázquez, Goya, De Chirico o Braque. Una alineación de influencias con las que creció en un gremio en el que habitó desde los 15 años de edad. Algunas obras de la autora se adscriben a ese carácter renacentista renovado (Cosas, Gitanas o Retrato del doctor Luis de Velasco) mientras que otras, como La matanza de los inocentes (en un primer momento considerada como un lienzo elaborado por Ricardo Verde, por la firma RV que había en el marco), hablan de una corriente expresionista que domina las formas de su pintura.

'La matanza de los inocentes', de Rosario de Velasco. (1936)

Una delicada labor de restauración

Nacida en el seno de una familia muy tradicional y religiosa, Rosario de Velasco fue una militante falangista que participó en la Sección Femenina antes de la Guerra Civil española. Sin embargo, Toya Viudes de Velasco ha recalcado que su tía abuela “no apoyaba para nada” el régimen franquista. “Cuando Franco llega al poder, ella se queda como en un limbo. No es de las que ha ido al exilio, ni apoya para nada ese régimen. Se queda en tierra de nadie. Se recibe con grandes labores a las que vienen de fuera, que han tenido que irse al exilio”, ha explicado este lunes en el Thyssen.

Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen, no sólo ha hablado de la calidad artística de la obra de Rosario, también ha homenajeado al equipo de restauración de la pinacoteca que ha hecho posible que la exposición cuente con unos estándares de calidad estándares. “Muchas de sus obras no estaban en un estado adecuado y aquí es donde intervienen”, ha indicado en la rueda de prensa de este lunes. Su labor “ha sido decisiva”, pues son ellos los que se han dedicado a “limpiar, restaurar y participar en la estimación de calidad” de los lienzos que Viudes y Lusarreta iban localizando por distintas zonas del país.

“Ha añadido más emoción al proceso el poder disponer de las obras en el taller e ir viendo cómo aparecían de la suciedad acumulada”, ha añadido Solana, que considera que los técnicos del Thyssen son los responsables “del milagro de la reaparición de Rosario de Velasco”, pues no sólo han encontrado a la artista, también “le han devuelto su luz”.

Toya Viudes, sobrina nieta de la artista Rosario de Velasco, posa junto a la obra 'Lavanderas'. (Mariscal/EFE)
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