El arranque de la segunda temporada de La Casa del Dragón no ha podido ser más emocionante... pero también más cruento y desagradable. El primer episodio de esta nueva entrega, que ha llegado a España a través de Max durante la madrugada del domingo al sábado y que prolongará sus episodios hasta el mismo mes de agosto, ha dejado una secuencia para el recuerdo. Como la batalla de Aguasnegras, la Boda Roja o la explosión del gran Septo de Baelor, La Casa del Dragón ha deleitado a sus fans con una escena de lo más impactante que sin duda marcará el devenir de toda la temporada.
Para ponernos en contexto, se trata del famoso episodio en los libros de Sangre y Queso, dos cazadores de ratones de la Fortaleza Roja contratados por el príncipe Daemon (Matt Smith) para ejercer como asesinos. Todo ello tras la muerte de Lucerys Velaryon a manos del príncine Aemond y su dragón Vhagar, el suceso con el que culminaba la primera temporada de La Casa del Dragón y que ponía en gran medida el primer punto en la llamada Danza de Dragones. La nueva temporada empieza con Rhaenyra demandando sangre por sangre, o lo que es lo mismo, solicitando a Daemon que acabe con la vida del que mató a su hijo. Y es ahí donde entran Sangre y Queso, quienes se adentran en los aposentos y se terminan encontrando con la reina Helaena y sus hijos gemelos Jahaerys y Jaehaera.
Los principales cambios
El showrunner de la serie, Ryan Condal, ha salido a explicar algunos de los cambios que se han tomado para adaptar este pasaje directamente de los libros. El episodio de Sangre y Queso es fundamental en el transcurso de la Danza de Dragones y por ello debía salir todo a la perfección para poder encarar el resto de la temporada. Sin embargo, la serie en su primera temporada no era en absolutamente todo fiel al material original, lo que ha hecho que se tuvieran que adaptar a la nueva narrativa. “No se trataba tanto de intentar superar al libro, sino más bien de la viabilidad de la situación en la que nos encontrábamos. El período de la historia que abarcaba la primera temporada seguía siendo un período de tiempo comprimido: el libro abarcaba más de 30 años, y nosotros lo redujimos a 20. Uno de los efectos secundarios es que tienes a los hijos de Rhaenyra y Daemon son mucho más jóvenes de lo que eran en el libro, al igual que los hijos de Helaena y Aegon”, explicaba Condal.
“Solo queríamos tratar de hacer de Sangre y Queso una secuencia televisiva visceral. Decidimos contarlo desde su punto de vista y hacerlo como un atraco que sale mal. Mientras que en el libro, se describe puramente desde la perspectiva de Helaena y Alicent. La idea era crear suspense y temor mientras buscan a Aemond, a quien Daemon nombra como objetivo, y luego pones a dos criminales en una situación con oro delante de sus narices y las cosas pueden salir mal”, añadía Condal.
Si bien en los libros tenían que matar a los hijos del rey Aegon -un hijo por otro hijo-, en la serie se introducen algunos cambios significativos. El primero de ellos es que el objetivo inicial es Aemond, auténtico responsable de la muerte de Lucerys Velaryon y a por quien van en la serie Sangre y Queso, aunque finalmente se encuentren también con Helaena y sus hijos como sucede en los libros. Sin embargo, la serie se cubre las espaldas con un fuera de campo de Daemon encargando a los asesinos algo que no se ve pero se intuye: “Cortamos intencionadamente ese momento porque me encanta Matt Smith y la mirada que les lanza me obsesiona. Sin duda les dio algún tipo de instrucción, y hasta cierto punto, les oímos discutir sobre ello en la habitación, que dijo que tenemos que traer una cabeza. Un hijo por un hijo. Puedes imaginar que Daemon tal vez les dijo: ‘No se vayan con las manos vacías’. Pero lo dejamos abierto a la interpretación”.
La resolución de la secuencia es muy parecida a la original, aunque eluden un momento crucial como es la elección por parte de Helaena hacia sus hijos o todo lo que se vuelca esta para que no aseinen a sus primogénitos. Por otro lado, y como resume el propio Condal, da la sensación de que en la serie no está todo tan planeado como en los libros, resultando casi más en un “atraco que sale mal” que en un asesinato cuidadosamente planificado. En la serie Sangre y Queso dudan y se muestran inseguros, mientras que en los libros son del todo fríos y calculadores, hasta el punto de asesinar al hijo contrario al que elige la reina. Habrá que ver cómo sigue la serie a partir de aquí, pero seguro que se producen nuevos cambios al tomar este rumbo algo diferente a los libros.