Cada cuánto tiempo puede revisarte tu compañía la instalación del gas y cuánto dinero te pueden cobrar

Estas prácticas preventivas buscan reducir los riesgos de su uso y asegurar que las instalaciones se mantengan en condiciones óptimas

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Técnico revisando la caldera
Técnico revisando la caldera

En grandes cantidades, el gas puede llegar a ser muy peligroso. Por ello, para garantizar la seguridad y el correcto funcionamiento de su suministro en los hogares, es fundamental conocer la frecuencia con la que las compañías pueden realizar las inspecciones de las calderas e instalaciones y cuánto puede costar. Estas prácticas preventivas buscan reducir los riesgos de su uso y asegurar que las instalaciones se mantengan en condiciones óptimas.

Como especifica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la inspección de las instalaciones de gas consisten e una revisión del funcionamiento y la estanqueidad del contador, las tuberías, las llaves y gomas y el estado de conservación. Es la propia empresa distribuidora la que tiene que comunicar -por carta- con una antelación de tres meses que se tiene que realizar la inspección. El consumidor puede elegir otra empresa para hacerlo, y si no lo hace es la distribuidora la que enviará a su personal para realizarla. En el caso de no hacerse, la distribuidora podrá cortar el suministro, ya que no ha podido comprobar si la instalación funciona correctamente.

La revisión de la instalación de gas debe hacerse cada cinco años para comprobar su seguridad, mientras que las calderas deben ser revisadas cada dos años.

Cuánto y cómo se paga

La inspección del gas incluye varios componentes. En primer lugar se imponen unos gastos fijos de gestión de la distribuidora, que para este año están fijados en 12,80 euros. Por otro lado, hay que abonar la tarifa de la inspección, que puede variar dependiendo de si se contrata una empresa externa o se utiliza el servicio regulado por la comunidad autónoma. Según la OCU, este último puede variar entre 30 y 35 euros, aunque puede ser menor en ciertos territorios. Sin embargo, al contratar una empresa externa y solicitar una cita personalizada, el coste puede incrementarse notablemente. Además, si la instalación es comunitaria, se deberá considerar también el coste de inspección de la instalación común, lo que puede sumarle unos 10 euros adicionales al precio total.

Es importante destacar que el pago de esta inspección se realiza a través de la factura de gas de la compañía comercializadora del usuario. Aunque se contrate a una empresa privada para llevar a cabo la inspección, el proceso de cobro está gestionado a través de la distribuidora que, posteriormente, pasa el coste a la comercializadora. Ante esto, la organización de consumidores advierte que nunca se debe pagar directamente al técnico que realiza la inspección y que no se debe dejar entrar en casa a nadie que no esté identificado (pues podría ser una estafa).

FILE PHOTO: Gas flames of
FILE PHOTO: Gas flames of a cooker are pictured in a private home in Bad Honnef near Bonn, Germany, March 30, 2022. REUTERS/Wolfgang Rattay/File Photo

Estafas de gas

En los últimos años, se ha incrementado el número de denuncias sobre fraudes relacionados con la revisión de gas y electricidad en diversos hogares. Los modus operandi de estos estafadores siguen patrones definidos e intentan aprovecharse de la confianza y el desconocimiento de los usuarios. La estafa ocurre cuando los delincuentes visitan casas alegando que van a revisar las instalaciones y aprovechan para sustraer objetos personales.

Para ello, los embaucadores recurren principalmente a uniformes que imitan a los de empresas reconocidas y presentan certificados falsos para ganarse la confianza de sus víctimas. Suelen hacerse pasar por empleados de conocidas compañías de gas y electricidad, amenazando con cortar el suministro si no se realiza una revisión inmediata. Esto genera una situación de urgencia que les permite actuar con mayor facilidad.

Otra táctica usada es el argumento de que los vecinos ya han realizado la revisión, fomentando así un sentido de obligación. En muchos casos, piden a los residentes pagar en efectivo, ofreciendo incluso rebajas con tal de asegurarse de recibir algún pago.

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