Con una larga melena que abraza el escaso viento de un caluroso mediodía en Madrid, Ángeles Toledano (Villanueva de la Reina, Jaén, 1995), considerada una de las nuevas voces del flamenco, comienza a perfilar una estética sonora que culminará con el lanzamiento de su primer álbum de estudio. No puede desvelar el nombre, pero sí habla de X Las Niñas (Alegrías), el segundo sencillo tras ARAORA, un “aquelarre de chicas que salen de noche a hacer botellón, pero que se despiertan por la mañana haciendo cosas que no deben”.
Con una estética que recuerda a los videoclips que consagraron a Rosalía en el proceso del lanzamiento de El Mal Querer, Toledano ha apostado fuerte por la máxima de la grandeza audiovisual. Ha trabajado con Plaza by Little, una escisión de Little Spain, la empresa a cargo de Antón Álvarez (C. Tangana en clave artística). “Este primer álbum narra el relato de una mujer que cuenta la historia de una vida flamenca, va muy dirigido a nosotras”, indica en su entrevista con Infobae España. Toledano cuenta la cronología de una vida dedicada al género que mejor conoce y que le ha llevado por todo el mundo desde los 13 años, cuando comienza a dedicarse profesionalmente a la música.
Su conexión con el flamenco se produce a los siete años. “Fue pura casualidad, llegó a mis manos un recopilatorio en el que estaba Juanito Valderrama, Tomás Pavón, José Cepero...”, dice. Comenzó a imitarlo hasta que entró en juego su abuelo Manuel, ayudándola a convertir lo onírico en algo tangible. La clave de su música es “captar la verdad”, un valor que pone por encima de cualquier otro aspecto que pueda definir su arte. “El flamenco supone una responsabilidad muy grande”, indica la joven, que este próximo 19 de junio actúa en Las Noches del Botánico junto a Israel Fernández.
Aunque “no estoy de acuerdo con todo lo que pasa en el flamenco”, es una música con una historia “muy asentada” que se convierte en una de sus principales fuentes de alegría. “Es muy divertida, se viven las emociones a flor de piel, ¿a quién no le va a gustar un baptisterio romano?”, explica, haciendo referencia a una de las frases más consagradas en la cultura del meme. “Ser una folclórica es increíble”, añade Toledano.
“Nuestra ternura tiene mucha riqueza”
Ángeles Toledano no titubea al compartir sus opiniones. No le importa el qué dirán, pero tampoco presenta la inocencia propia del que comenta cualquier polémica con liviandad. “Mojarme ha sido una manera perfecta de hacer selección con la gente que sigue mi música”, explica. La cantaora lleva dos años puliendo las letras y el imaginario del disco, más de 700 días de trabajo que le han abierto la mente de cara a los proyectos del resto de compañeros de la industria. “Respeto muchísimo a toda persona que decide abrir un cuaderno, o las notas del móvil, y le mete una melodía a esa letra”, explica.
El proceso creativo es una carrera de obstáculos “muy dura”: “Hay que tener mucho respeto hacia cualquier persona que se embarca en un proyecto porque, tenga una pretensión detrás o no, es muy complicado crear un disco”, dice. También pide lo propio para sus compañeras de industria en una coyuntura en la que la música hecha por (y para) mujeres “tiene mucha calidad”. “Lo que proponemos es increíble porque nuestra sensibilidad, y nuestra ternura, tiene una riqueza incalculable”, expresa.
“Mojarme ha sido una manera perfecta de hacer selección con la gente que sigue mi música”
Toledano aboga por una red de apoyo entre las cantantes de la industria para recibir un impulso canónico. También está en contra de las artistas que reciben odio en redes por colaborar con compañeros con un currículum problemático. “Habría que ver hasta qué punto es decisión de esa persona, intento meterme en su piel y pensar que, quizá, ella tampoco quiere y es una obligación”, dice.
Sin querer volver ahí, pero recordando las penurias que ha atravesado para llegar hasta el lanzamiento de su próximo álbum, Toledano rememora los años de trabajo incansable como cantaora. Habla de los contratos fraudulentos que ha tenido que ‘firmar’ y de cómo no ha conseguido cierta estabilidad económica hasta tiempo después de la pandemia. La jienense lleva trabajando desde antes de cumplir la mayoría de edad. “Es muy complicado”, dice sobre la solvencia de capital en los espacios creativos. “Hubo muchísima gente que se dedicaba al flamenco que tuvo que ir a Cáritas a pedir comida”, cuenta sobre la dificultad de supervivencia durante la crisis sanitaria. También habla de los trabajos “que me daban de alta sólo para la hora del concierto”, pese a llevar ocho o nueve años en la rueda laboral.
“Hubo muchísima gente que se dedicaba al flamenco que tuvo que ir a Cáritas a pedir comida durante la pandemia”
Tras toda una vida dedicada al género que explica su predilección por el arte, Toledano se postula como una de las figuras que prometen brindar frescura al ‘nuevo’ flamenco. Con un tamagotchi en su bolso, coloridos anillos y un look que entraría en la lista de los más deseados entre los centennials, la artista se prepara para su gran presentación en sociedad.