Vivir más de 40 conciertos de Bruce Springsteen: “Creo que este será el último, pero llevo 15 años diciendo lo mismo”

David Jiménez escuchó por primera vez al cantante en 1988. Desde entonces no ha parado y se ha convertido en la banda sonora de su vida. “Me sorprende la pasión por su trabajo. Es que aunque haga cinco conciertos seguidos, en todos ellos demuestra y actúa como si fuera el primero o el último”, asegura

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Imágenes de David Jiménez en conciertos de Bruce Springsteen. En el centro, aparece junto a Nils Logfren, guitarrista.
Imágenes de David Jiménez en conciertos de Bruce Springsteen. En el centro, aparece junto a Nils Logfren, guitarrista.

1988. Un David de 13 años recibe un día un casete prestado que marcará su vida. En la carátula, un joven Bruce Springsteen mira a cámara apoyado sobre un descapotable blanco. Justo debajo de él se puede leer: Tunnel of Love. Se lo da su amigo y compañero de tenis Alfredo en un entrenamiento, la primera persona que le habla del Boss y lo introduce en su vida. Desde entonces no ha dejado de escucharlo. “Alfredo me iba dejando cintas anteriores”, recuerda David Jiménez con cariño. Ese mismo año, trató de convencer a su padre, sin éxito, de que le dejara viajar a Barcelona para disfrutar de un concierto. No tenía edad suficiente y tuvo que esperar al 4 de julio de 1992 para verlo en Barcelona, en La Monumental. Aquella vez fue con todos sus amigos del club de tenis de Zaragoza en el que jugaba. Era la gira Human Touch, todavía no tocaba con la E Street Band. Ahora, 32 años después y con más de 40 conciertos en su espalda, ha viajado en familia para verlo en Madrid. “Me da la sensación de que va a ser la última. Le noto la voz rasgada. Aunque llevo diciendo esto 15 años”, confiesa.

David, en 2013, esperando para entrar al concierto de Bruce Springsteen.
David, en 2013, esperando para entrar al concierto de Bruce Springsteen.

Bruce Springsteen es la banda sonora de su vida. Es su música lo que conquista, pero también él en sí mismo. “Me sorprende la pasión por su trabajo. Es que aunque haga cinco conciertos seguidos, en todos ellos demuestra y actúa como si fuera el primero o el último. La música le cambió la vida y se nota. Lo transmite”, cuenta David, emocionado ante la idea de volver a vivir una experiencia única. Porque todas son únicas. Da igual cuantos shows haya vivido ya. “En cada uno se dirige al público y habla como si se dirigiera a ti cara a cara”. Y lo que está claro es que por dinero no lo hace. “No creo que necesite pagarse una hipoteca y hacer estos conciertos”, ironiza David entre risas.

Springsteen ha tocado en España 57 veces en su vida. David le sigue siempre que puede, incluso ha viajado a Londres o se ha recorrido en una noche más de 600 kilómetros para verlo tanto en Madrid como en Barcelona en menos de 24 horas. “Luego volvía a la ciudad en la que trabajaba sin dormir y me iba a la oficina”, reconoce. Al preguntarle por los conciertos más especiales, menciona el de 2012 en San Sebastián, junto a su mujer María, y su amigo David. “Estábamos en primera fila, empezó a llover pero dio igual”. “En 2009, en Bilbao, con mi amigo Óscar, también fue una vez especial y única, en San Mamés. “¡Ah, y en Zaragoza! -añade- el 6 de junio de 1999″. David narra todas y cada una de las fechas de memoria. “Es algo complicado de explicar y de entender, la gente me dice que si estoy pirado”.

David, su amigo David y María, su mujer. Mojados en la primera fila del concierto.
David, su amigo David y María, su mujer. Mojados en la primera fila del concierto.

Pero yo le entiendo. Lo hago porque es mi tío. De pequeña me disfrazaba con una gorra, me daba una raqueta que usaba de guitarra y me ponía discos de Springsteen. No entendía ninguna letra, pero aquel momento saltando en la cama y cantando Bobby Jeans era especial y permanece en mi memoria pese al paso del tiempo. Su pasión nos la ha transmitido a todos, aunque no seamos fans del Boss al mismo nivel, porque eso es imposible. No nos sonaba extraño que en tan solo cuatro días se recorriera Madrid-Barcelona-Bilbao y lo viera tres veces. Ni siquiera había que preguntarle que si ya lo veía una vez para qué iba otra. En su casa hay libros sobre el artista americano, su biografía e incluso tiene DVDs de conciertos. Recuerdo que nos tumbábamos en la cama cuando yo salía del instituto, bajábamos las persianas y me los ponía en la televisión. Y así descubrí que a Courtney Cox, antes de hacerse famosa por su papel de Monica Geller en Friends, le subió Bruce al escenario y bailaron juntos Dancing in the dark, en 1984.

Intentar conocer a un ídolo y hacerse una foto con Nills Lofgren

Si algo me ha gustado siempre de mi tío -al que siempre digo que es mi favorito- es la multitud de historias que ha tenido siempre para contarnos a mi hermana y a mí. Y por Bruce le hemos visto hacer muchas. Una de ellas es que ha intentado conocer en persona a su ídolo hasta en un par de veces. Una fue en Madrid, donde estuvo horas y horas esperando en el Hotel Palace de Madrid. “A él no le vimos, pero sí que a las horas bajó el guitarrista y nos hicimos una foto con él, con Nills Lofgren”. También trató de verlo cara a cara en Barcelona. “Fui a probar en el hotel, en el Tibidabo, donde siempre se aloja. Estábamos todos los fans pero vino. Solo cuando salió con el coche y nos saludó. Al menos lo vi desde el coche”, sonríe. Otra anécdota, o más bien, algo que no esperaba que haría, fue ir a ver a Springsteen con su suegra Elena a Valladolid en 2008.

David y Oscar, junto a Nill Lofgren, en Madrid, 2007.
David y Oscar, junto a Nill Lofgren, en Madrid, 2007.

Los conciertos de Springsteen no salen baratos. “Lo que me parecen caros son los conciertos en general, pero si comparo a Springsteen con otros cantantes que te cobran 90 euros de entrada, pues 80 me parece bien”. Lo que tiene claro, por muy fan que sea, es que no va a pagar 400 euros en una reventa. “Me parece fatal que la gente haga eso”, critica. Aunque no se ha visto en esa situación, ya que siempre es de los primeros en conseguir su entrada. ¿En pista o sentado? “Siempre en pista, una vez estuve sentado y me arrepentí”, apunta.

David, junto a sus amigos, esperando a que empiece uno de los conciertos.
David, junto a sus amigos, esperando a que empiece uno de los conciertos.

Al preguntarle qué canción no puede faltar en un concierto, se lo piensa un poco pero enseguida responde que Thunder Road. Y tampoco Tougher than the rest, que es la que sonó el día que se casó con María. Bruce Springsteen ha acompañado a mi tío durante toda su vida, pero también a toda la familia. Tanto es así que nuestro primer perro, que llegó a nosotros en 2013, lo llamamos Bruce. Ahora que ya no está, y estos días en los que por Madrid se escucha a Springsteen en bares, cafeterías, en el TikTok de la persona que llevo al lado en el metro... nos acordamos aún más de él.

Bruce Springsteen - Born In The U.s.a.
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