Helena Maleno (El Ejido, 1970), defensora de los derechos humanos y fundadora de la organización Caminando Fronteras, sería incapaz de contar las llamadas que su ONG recibe de embarcaciones de migrantes en apuros en medio del mar, especialmente de las que se dirigen a Canarias, pues es la ruta más peligrosa del mundo. Tanto que en los primeros cinco meses del año, según el último informe de este colectivo, 4.808 personas migrantes murieron tratando de llegar al archipiélago, lo que equivale a casi 32 muertes al día o una cada 45 minutos. Si se tienen en cuenta todas las rutas marítimas que conducen a España, a esa cifra hay que sumarle otras 246 muertes, por lo que el número total alcanza las 5.054. En muchas ocasiones, los servicios de rescate llegan tarde “y otras ni llegan”.
La activista, que ha pasado buena parte de su vida en Marruecos reivindicando los derechos de las personas migrantes en la frontera entre ese país y España y ahora continúa haciéndolo desde Madrid, se muestra muy crítica con las actuales políticas migratorias europeas y con el reciente pacto migratorio alcanzado por los 27 que endurece las condiciones de asilo. En entrevista con Infobae España, reclama un aumento de medios de búsqueda y rescate “para proteger el derecho a la vida” de las personas que se echan al mar en busca de un futuro mejor.
Pregunta: Caminando Fronteras ha contabilizado en su último informe 5.054 personas muertas o desaparecidas, incluyendo 154 mujeres y 50 niños y niñas en los primeros cinco meses del año. Es una cifra sin precedentes, muy superior a la registrada en 2023 en estas mismas fechas.
Respuesta: Sí, son cifras sin precedentes. De hecho, solemos hacer el informe semestral, pero como vimos que en los cinco primeros meses las muertes ya eran insoportables, decidimos sacarlo cuanto antes para pedirle a las autoridades que se tomen medidas lo más rápidamente posible. Cada año decimos que se baten récord de muertes y no podemos seguir teniendo esta situación. Estamos hablando de la ruta migratoria [la canaria] con menor tasa de supervivencia en el mundo, y eso es terrible.
P: ¿Estamos normalizando esas muertes?
R: En realidad se llevan normalizando 30 años. No debe extrañarnos ahora que la gente joven compre los discursos de la extrema derecha, porque se lleva 30 años diciendo que una persona puede morir por cruzar una frontera. Se lleva 30 años diciendo que si hay un yate o una persona haciendo kayak en el mar, hay que desplegar todos los medios necesarios para rescatarles y, sin embargo, si es un cayuco con 300 personas a bordo ni siquiera sale un avión para buscarles. No nos puede extrañar todo lo que está pasando con la extrema derecha en Europa, es el ADN del fascismo y del racismo, y lleva muchos años trabajando en las políticas de frontera de la Unión Europea, gobierne quien gobierne.
P: ¿Cuáles son los principales factores que han influido en ese aumento de muertes en las rutas migratorias?
R: En estos cinco meses hay algo muy claro, y es el efecto expulsión de muchos jóvenes de sus territorios por conflictos bélicos terribles en el Sahel [que incluye países como Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria y Senegal], pero también por el impacto del cambio climático y por el extractivismo de las empresas europeas en los recursos naturales de esa zona. Esa depredación de las empresas europeas, junto con el cambio climático, están expulsando a los jóvenes y están permitiendo que huyan en condiciones muy complicadas, de mucho riesgo. También influyen los acuerdos bilaterales, porque solo ponen el foco en el control, en las llegadas y salidas de los migrantes, y no activan medios de protección para la vida.
Además, los medios de búsqueda y rescate son pocos y siempre con ese sesgo racista de protección de la vida. Esa escasez de medios de rescate es, de hecho, una de las claves de la política de control migratorio, como vemos en Italia, en Grecia y en el Estado español. En el Estado español, sobre todo desde el año 2018, donde el Ministerio de Transporte entonces gestionado por José Luis Ábalos tomó una serie de medidas para instaurar unos protocolos racistas no escritos, pero que de facto existen dentro de Salvamento Marítimo. Es decir, cuando se trata de embarcaciones con personas migrantes, hay muchos menos medios de rescate, es la poca garantía de la defensa del derecho a la vida en el mar. Todo este cóctel es lo que está provocando estas muertes.
P: ¿No interesa hablar de las víctimas?
R: Nadie habla de las víctimas. Los Estados del norte global, los Estados europeos, no las cuentan, cuando tienen responsabilidad de hacerlo. Sin embargo, en los países de origen sí se están contando. Tenemos ahora mismo a aldeas y pueblos de Mali donde los alcaldes están con listados de personas desaparecidas, al igual que en Mauritania se están movilizando para buscar a sus jóvenes, porque estamos hablando de miles de personas muertas y desaparecidas. Es una situación que habrá que abordar en algún momento porque en esos acuerdos bilaterales no se habla de las víctimas, no se habla de las familias ni del reconocimiento de los cuerpos. Es como si no fueran personas, como si no se reconocieran sus derechos. Solo se habla de la cuestión de la seguridad y se paga a terceros países por hacer el trabajo sucio.
P: Los partidos de extrema derecha han experimentado un fuerte crecimiento en las elecciones europeas del 9 de junio y todos coinciden en su rechazo a la inmigración que, de hecho, es el pilar de sus discursos. ¿Os preocupa el avance de la ultraderecha?
R: Sí, porque efectivamente es un mensaje antiinmigración. Pero, ¿qué diferencia hay en las fronteras entre el control migratorio que está haciendo ahora mismo Italia y el control migratorio que está haciendo el Estado español? Cuando hablamos de estas cifras, no hay ninguna diferencia. Entonces, también ahí tenemos que pensar. Las políticas europeas son ya políticas fascistas en su globalidad y eso es lo que ha generado ese caldo de cultivo para que el fascismo y el racismo social estén creciendo tanto.
P: ¿Qué se podría hacer para evitar las muertes de personas migrantes en el mar?
R: Sabemos que estas fronteras vienen de un constructo colonial que en su momento ha dejado muchas heridas y que ha dejado muchas desigualdades en el mundo y en algún momento habrá que abrir el debate sobre la libertad de circulación y por qué algunas personas la tenemos y otras no. Aparte de eso, lo que hay que hacer ahora mismo con lo que está pasando es activar medios de búsqueda y rescate con protocolos de colaboración, tal y como indica Naciones Unidas, entre los distintos países que tienen responsabilidad, y que se refuercen esos medios si fuera necesario en algunas zonas. Con esas medidas la mortalidad bajaría bastante. Es importante, sobre todo, que cuando se llame y se alerte de una embarcación en riesgo, salgan los medios de búsqueda y rescate a hacer lo que tienen que hacer: proteger el derecho a la vida.