Sanidad ha dado luz verde a la financiación de Lunsumio, un nuevo tratamiento para el segundo linfoma más frecuente en España: el linfoma folicular. Con cerca de 2.000 casos cada año, esta nueva terapia se dirige a pacientes adultos que hayan tenido al menos dos recaídas y evitará que vuelvan a pasar por quimioterapia, lo que reducirá los niveles de toxicidad a los que están expuestos.
Actualmente, el linfoma folicular se considera una enfermedad incurable. y los pacientes que la sufren pasan por un patrón de frecuentes recaídas, con resultados que empeoran en cada tratamiento y reducen su calidad y esperanza de vida. “Los pacientes que recaían más de dos veces apenas tenían opciones terapéuticas”, explica Juan Manuel Sancho, jefe del servicio de Hematología del Hospital Universitario Trías i Pujol. Con una edad de presentación que ronda los 60 años, la incidencia de este linfoma ha aumentado “de forma bastante espectacular” en los últimos años, en parte por esas frecuentes recaídas, que le dan una esperanza de vida de 20 años. En tan solo cinco años, puede aparecer esa tercera recaída, que deja prácticamente sin opciones al paciente. “La eficacia de estos tratamientos (de quimioterapia) cada vez es menor”, insiste. Con cada ronda de quimio, se reduce la eficacia de la respuesta y su duración, a lo que se añade “un efecto acumulativo de la toxicidad”.
Destruir los tumores y sólo los tumores
La nueva terapia, desarrollada por Roche con la cooperación de cuatro hospitales españoles (Vall d’Hebron de Barcelona, Clínica Universitaria de Navarra, La Paz de Madrid y el Clínico de Salamanca), opera a través de mosunetuzumab, un anticuerpo biespecífico de células T. “Lo que hace es unirse a los linfocitos, las células del sistema inmune del paciente, y a las células tumorales”, explica Sancho. El anticuerpo acerca estas dos células para que los linfocitos puedan “destruir de una manera específica a la célula tumoral, sin de alguna manera destruir otras células benignas”, que es uno de los grandes efectos secundarios de la quimioterapia. Los resultados en los ensayos clínicos han mostrado altas tasas de respuesta, del 60%, y de respuesta objetiva, del 80%.
El Lunsumio es además un tratamiento de duración finita, lo que reduce la toxicidad respecto a otros tratamientos y aporta un beneficio psicológico al paciente “y que de alguna manera incluso pueda perder un poco la sensación de estar enfermo siempre”. Se administra cada 21 días hasta un total de ocho dosis. En ese momento, se realiza una evaluación: si se ha producido una remisión concreta, la terapia se paraliza; si se observa mejora pero algo más lenta, se continúa hasta llegar a un máximo de 17 ciclos. Como ventaja añadida, al ser un tratamiento limitado, se puede utilizar en una futura recaída. “De hecho, en los ensayos clínicos ya hay experiencia de los pacientes que habían tenido una recaída, que se han retratado y que vuelven a conseguir respuestas en un porcentaje muy alto. Su accesibilidad permite que se administre de forma ambulatoria y que no sea necesario el ingreso del paciente.
Los tratamientos ya han comenzado a realizarse en el Trías y Pujol de Badalona y están disponibles en los centros españoles que cuentan con departamento de Hematología. Mientras, los grupos de investigación de Roche continúan estudiando el mosunetuzumab para ver su efectividad en fases prematuras de la enfermedad, antes de la tercera recaída. El sueño: lograr que ningún paciente con linfoma folicular tenga que pasar por quimioterapia.