Los soldados también padecen el problema de la vivienda en Madrid: “Los presos duermen mejor que los militares”

El encarecimiento de la vivienda afecta igualmente a las Fuerzas Armadas, sobre todo a los efectivos de la tropa. Sólo en la capital española la lista de espera para acceder a una plaza en un alojamiento del Ministerio de Defensa asciende a los 411 soldados

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Militares protestan a las puertas del Congreso de los Diputados en Madrid, este sábado (Borja Sánchez-Trillo/EFE)
Militares protestan a las puertas del Congreso de los Diputados en Madrid, este sábado (Borja Sánchez-Trillo/EFE)

Una de las mayores reclamaciones de los militares españoles está relacionada con los trastornos de la movilidad geográfica, situación que se agrava notablemente cuando el Ministerio de Defensa no puede facilitarles un alojamiento en el destino asignado, lo que obliga a los efectivos a “buscarse la vida” en el complejo mercado inmobiliario español, según denuncian desde la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME).

Desde la entidad que vigila por los derechos de la escala más baja y numerosa de las Fuerzas Armadas han denunciado que muchos militares “no encuentran sitio para dormir” dado que sus bajos sueldo les impide acceder a alquileres que, dependiendo el destino, puede alcanzar los 500 euros por una habitación en un piso compartido. “Si tú ganas 1.100 euros, imagínate con lo que tienes que vivir después de ese desembolso. Nuestros soldados la están pasando muy mal”, apunta a Infobae España el presidente de ATME, Marco Antonio Gómez.

Además, aunque la reciente aprobación de la orden ministerial 51/2023 ha supuesto un incremento de las cuantías de las compensaciones económicas por cambio de destino, la asociación afirman que los soldados de nueva incorporación están excluidos de estas y que, a su vez, son insuficientes en las grandes ciudades del país, como Madrid.

Asimismo, los militares denuncian que muchas residencias y alojamientos logísticos -establecimientos supuestamente concebidos para solventar esta situación- están llenos y las listas de espera para conseguir una plaza en ellos están desbordadas. Es el caso, nuevamente, de la Comunidad de Madrid, región que, según datos solicitados por ATME a Defensa, a 31 de diciembre de 2023, había 411 militares de tropa y marinería en lista de espera: 84 del Ejército de Tierra, 230 de la Armada y 97 del Ejército del Aire y del Espacio.

La ministra de Defensa, Margarita Robles (Nacho Frade/Europa Press)
La ministra de Defensa, Margarita Robles (Nacho Frade/Europa Press)

De acuerdo a ATME, en la capital de España también está previsto que desaparezcan los alojamientos ubicados en el acuartelamiento General Arteaga y no hay aún una decisión tomada sobre la ubicación de la futura residencia logística de la Armada en Madrid, donde a día de hoy no existen residencias destinadas para la marinería y que la fuerza naval solventa habilitando alojamiento de circunstancias en unidades que no cuentan con este tipo de instalaciones.

En este sentido, los representantes de la tropa también señalan las malas condiciones en las que viven los soldados y exigen vivir en habitaciones debidamente acondicionadas y mantenidas. “No puede ser que nuestros soldados y marineros estén hacinados. En algunos casos hay hasta cinco soldados metido en una camareta de pocos metros”, asegura Gómez. “Los presos que viven en las cárceles duermen mejor que los militares”, agrega.

¿Clasismo en el Ejército?

ATME también ha señalado que existe una discriminación dentro de las FFAA por las que los efectivos de la escala más baja no se les permite vivir en residencias de suboficiales u oficiales, a pesar que estas tengan habitaciones sin ocupar. “Hay que desechar ese clasismo que hay dentro del Ejército, de que haya residencias para unos y alojamientos para otros. Aquí somos todos profesionales. Queremos que todos los militares se puedan alojar en todas las residencias independientemente del empleo que ostente y de la escala a la que pertenezcan”, denuncia el presidente de la asociación.

De igual manera, Gómez destaca que existe una falta de reciprocidad por parte de otras fuerzas, como es el caso de la Guardia Civil, cuyos agentes pueden alojarse en residencias destinadas para militares, pero no sucede lo mismo a la inversa. A los guardias civiles les damos acceso a los centros deportivos y a las residencias y paga los mismos precios que los militares. Sin embargo, cada vez que un militar pide algo de la Guardia Civil, te lo deniegan”, critica.

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