Yolanda Díaz ha estado al frente de Sumar durante un año y dos meses. A principios de abril de 2023 anunció oficialmente su candidatura a las elecciones generales con su formación, un espacio político que finalmente lanzó el 2 de abril del año pasado. “Quiero ser la primera presidenta de mi país, quiero ser la primera presidenta de España”, dijo en multitudinario acto en el Polideportivo Magariños de Madrid bajo el lema: “Hoy empieza todo”. Sin embargo, Yolanda Díaz abandonó el frente el pasado lunes, cuando anunció que se retiraba como su líder tras la debacle electoral en las europeas. Los malos resultados de la candidatura encabezada por Estrella Galán el pasado 9 de junio hicieron que Díaz diera un paso atrás en la dirección de Sumar, aunque sí permanecerá dentro del partido.
Esos 14 meses han sido una montaña rusa de emociones para la formación. En los comicios europeos ha logrado solo tres escaños y el 4,65% de los votos. Pero esto ha supuesto su cuarto fracaso electoral en menos de un año. En las elecciones gallegas, encabezadas por Marta Lois, se quedó fuera del Parlamento gallego. En el País Vasco, tan solo consiguió un parlamentario y en Cataluña, la coalición con los Comunes pasó de ocho diputados a seis.
Las tensiones de Podemos y Sumar
Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, líderes políticos en España, han tenido una relación tensa desde que Iglesias nombró a Díaz como líder de Unidas Podemos en marzo de 2021, después de que Iglesias anunciar su candidatura a las elecciones regionales en Madrid el 4 de mayo de ese mismo año. La relación entre ambos comenzó a deteriorarse cuando Iglesias anunció públicamente su renuncia y delegación de responsabilidades en Díaz a través de un vídeo en redes sociales, sin previo aviso a la ministra de Trabajo, pese a que mantenían una estrecha relación desde el 2014.
La discordia se agravó cuando Podemos decidió no asistir al evento de Sumar en el Polideportivo de Magariños, después de que Díaz rechazara un proceso de primarias abiertas. Durante la campaña de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, Díaz evitó apoyar directamente a Unidas Podemos en territorios clave, lo que llevó a una caída significativa del apoyo a la izquierda.
Durante estas elecciones, Unidas Podemos sufrió una significativa pérdida de votos, al igual que PSOE. Esta situación permitió a Sumar y su núcleo dirigente argumentar que Podemos estaba debilitado y tenía un peso político menor que el proyecto de Díaz. El acuerdo de coalición para las elecciones del 23 de julio dejó a Sumar con diez diputados y a Podemos con solo cinco. A esto hay que sumarle cuando Podemos denunció un veto hacia Irene Montero en las listas electorales, un hecho que Sumar nunca reconoció. La ruptura definitiva con Podemos el diciembre pasado, cuando los diputados morados del Congreso abandonaron el Grupo Plurinacional SUMAR y se pasaron al Grupo Mixto.
A esto hay que sumarle que es el cuarto fracaso electoral en menos de un año. Primero fueron las elecciones en Galicia en el mes de febrero, en las que su candidata Marta Lois se quedó fuera del Parlamento gallego. En el País Vasco, tan solo consiguió un parlamentario y más recientemente en Cataluña, la coalición con los Comunes perdió dos asientos, pasando de ocho a seis.