La infanta Cristina cumple 59 años este jueves 13 de junio. A diferencia de la última vez que sopló las velas, cuando se encontraba en pleno proceso de divorcio de Iñaki Urdangarin, en esta ocasión la hermana del rey Felipe VI puede presumir de estar atravesando una etapa de aparente tranquilidad en su vida.
Este será el primer cumpleaños de Cristina como divorciada después de un largo, conflictivo y mediático proceso de separación que se ha alargado durante dos años. Además, la hija menor de Juan Carlos y Sofía ha afrontado en los últimos meses importantes cambios en su vida, como la marcha de sus hijos Irene y Miguel, que con su mudanza a Zarzuela la han dejado sola en Ginebra.
La infanta se mudó a la ciudad suiza junto a su marido y sus cuatro hijos hace más de una década. Allí encontró refugio ante el huracán mediático que asediaba a su familia por el estallido del caso Nóos y su salida forzosa de la familia real.
En un primer momento, los Urdangarin se instalaron en un dúplex de 12 habitaciones en pleno centro histórico de la ciudad. Sin embargo, tras la entrada de Iñaki en prisión, la cuñada de Letizia y sus hijos se mudaban a una nueva casa más apartada, ubicada en una exclusiva zona donde pueden gozar de una mayor privacidad. Allí, en su nuevo hogar, su núcleo familiar se ha ido dispersando.
Cristina e Iñaki se separaban en enero de 2022, tras conocerse la relación del exjugador de balonmano. Además, sus cuatro hijos en común han ido abandonando el nido. Juan vive en Londres, Pablo en Barcelona y Miguel e Irene, los últimos en marcharse, han vuelto a España para mudarse a Zarzuela junto a su abuela, la reina Sofía.
Pese a quedarse sola en Ginebra, la hermana de Felipe VI no se plantea por el momento regresar a España. Sin embargo, sus visitas al país son constantes, no solo para ver a su familia, sino por su trabajo en la Fundación La Caixa.
Su relación con Felipe
Aunque los frentes abiertos de Cristina se han ido calmando con los años, lo cierto es que en su 59º cumpleaños hay una gran tarea pendiente: acercarse públicamente a su hermano. Y es que, desde que estallara el caso Nóos en 2011, la infanta fue apartada de la familia real y se vio obligada a renunciar a su papel en la Corona, un ‘destierro’ que provocó un evidente distanciamiento entre el rey y su hermana.
Ahora, la presencia de los Urdangarin en Zarzuela podría propiciar ese acercamiento entre ambos, aunque esta semana Pilar Eyre afirma en Lecturas que la relación del monarca y la infanta sigue siendo muy distante y que Felipe “no perdona a su hermana”.
Hace apenas unos días, Felipe y Cristina coincidían en la entrega de las becas de La Caixa en Madrid. El rey presidió el acto desde la primera fila del patio de butacas, mientras que la infanta estuvo en un lateral de la segunda fila, como representante de la Fundación La Caixa. Pese a coincidir frente a las cámaras, los hijos de Juan Carlos y Sofía no interactuaron en ningún momento ni tuvieron ningún gesto público de afecto.
Esta brecha familiar parece ser el único escollo en la vida de Cristina de Borbón, que por fin puede comenzar su nueva vida como divorciada, alejada del foco mediático en una casa con jardín ubicada en una de las zonas más exclusivas de Ginebra.