Posiblemente sea un debate eterno: ¿es mejor ducharse con agua fría o caliente? Esta pregunta ha vuelto a resonar con fuerza en redes sociales durante los últimos tiempos. Plataformas como TikTok acumulan cientos de vídeos sobre el tema, en los que los hombres suelen quejarse de que sus parejas prefieren temperaturas casi abrasadoras, mientras que ellos optan por el agua templada.
El creador de contenido Micah es uno de los que ha compartido su experiencia con su mujer en redes. En un vídeo publicado en su cuenta de TikTok, @micahandsarah, muestra su frustración ante la preferencia de su esposa por el agua extremadamente caliente. “Por eso no podemos ducharnos juntos... Aquí es donde ella está cómoda... Su temperatura es como para hervir un pavo”, comenta.
Sin embargo, lo que probablemente el influencer desconozca es que esta preferencia femenina por el agua caliente tiene una explicación científica. El doctor Sermed Mezher, un médico de Londres, ha abordado este fenómeno en su cuenta de Instagram, @drsermedmezher.
Órganos más sensibles al frío
“Si eres una mujer a la que le gusta subir la temperatura de la ducha, no estás sola y hay una razón para ello”, sugiere al principio de su vídeo. Según Mezher, las mujeres tienen una temperatura corporal central ligeramente más alta que los hombres, lo que ayuda a mantener los órganos internos calientes, pero puede hacerlas más sensibles al frío.
La diferencia en la composición corporal entre hombres y mujeres también juega un papel en esta disparidad de temperaturas. Según el experto, las mujeres suelen tener entre un 6% y un 11% más de grasa corporal que los hombres, que generalmente tienen más músculo esquelético. Este músculo actúa como un “órgano termogénico”, es decir, produce calor, lo que explica por qué los hombres tienden a sentirse más cálidos.
El fenómeno de Raynaud
Además, el estrógeno, una hormona clave en el sistema reproductor femenino, puede tener efectos significativos en las propiedades de la sangre y la circulación. Uno de estos efectos incluye el espesamiento de la sangre, lo que puede complicar su flujo, particularmente a los pequeños capilares en extremidades como las manos y los pies. El Dr. Mezher lo explica así: “Sabemos que las mujeres son cinco veces más propensas a sufrir el fenómeno de Raynaud, que puede causar espasmos en los vasos sanguíneos de las manos y los pies, pero incluso sin esto, las mujeres tienen un promedio de 3 grados más de frío en las manos y los pies debido a que el estrógeno espesa la sangre, lo que dificulta su acceso.”
La incidencia de este fenómeno y la mayor sensibilidad al frío explican en gran medida por qué muchas mujeres prefieren ducharse con agua más caliente. A medida que más personas compartan sus experiencias y se difundan explicaciones científicas como la del Dr. Mezher, es probable que aumente la comprensión de esta diferencia de preferencias entre géneros.
Entonces, la próxima vez que un hombre y una mujer discutan sobre la temperatura ideal del agua de la ducha, quizás sean más comprensivos el uno.