La Policía de Madrid ha recordado a los conductores la importancia de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), proceso obligatorio y esencial para garantizar el correcto estado de los vehículos para su circulación. En este sentido, la fuerza ha destacado que es preciso repetir la ITV cuando los vehículos son sometidos a ciertas modificaciones, ya sean estas con fines estéticos o funcionales, para verificar que las mismas no afectan a la seguridad.
Entre las reformas más frecuentes que obligan pasar otra vez la ITV se encuentran los cambios en la estructura del vehículo, como la instalación de un enganche para remolque o barras antivuelco. Asimismo, las modificaciones en el motor, incluyendo aumentos de potencia, instalación de turbo, o cambios en el sistema de escape, también necesitan ser evaluadas en una nueva inspección para asegurar su conformidad con las normativas de emisiones.
Otro tipo de alteraciones que requieren volver a superar la ITV, según señalan desde la Asociación de Entidades para la Inspección Técnica de Vehículos (AEMA-ITV), incluyen modificaciones significativas en la carrocería, como la instalación de alerones, faldones, o cambios en la altura del vehículo. Del mismo modo, cualquier cambio en la suspensión debe pasar por una inspección al considerarse una reforma importante. La instalación de neumáticos no equivalentes, es decir, los que no cumplen con las características homologadas por el fabricante en términos de tamaño, velocidad o capacidad de carga, también obliga al paso por la ITV.
Pasos de la inspección
El proceso de inspección técnica tras una reforma se compone de dos fases: la inspección de documentación y la inspección física. En la primera fase, el titular del vehículo entrega la documentación necesaria en la estación de ITV. La misma puede variar según se trate de una reforma con o sin proyecto, y dependiendo de si el vehículo es propiedad de una persona física o de una empresa.
Durante la inspección física, los profesionales de la ITV evalúan las modificaciones realizadas en el vehículo comparándolas con la documentación presentada y con los estándares de la normativa vigente. Para la fase de inspección de documentación, no es necesario concertar cita previa, pero para la inspección física sí. Una vez revisada la documentación, la estación de ITV se pondrá en contacto con el propietario del vehículo para fijar el día y la hora de la revisión.
Antes de acudir a la inspección, es crucial realizar la homologación de la reforma, el paso previo que establece que el vehículo cumple con las condiciones óptimas para circular con seguridad. Las reformas deben estar documentadas y el coche debe ser homologado para conseguir una inspección técnica favorable.
De igual manera, las modificaciones tienen que ser realizadas en talleres autorizados, los cuales entregarán un certificado de montaje acorde al informe de conformidad de la reforma emitido por el fabricante o un laboratorio autorizado. Estos documentos serán solicitados por la estación de ITV y deben certificar la correcta realización de las modificaciones. Además, los elementos instalados deben estar homologados para poder ser legalizados en el vehículo.
El titular del vehículo debe acudir a una estación de ITV para la inspección técnica de reformas dentro de un plazo máximo de 15 días tras realizar la modificación. En caso de reformas importantes en el vehículo, algunas veces es necesario solicitar un nuevo Permiso de Circulación en Tráfico. No legalizar una reforma y no realizar la correspondiente ITV puede resultar en sanciones económicas e incluso la inmovilización del vehículo. Asimismo, en caso de accidente, la aseguradora puede negarse a indemnizar los daños si el vehículo no cuenta con la ITV correspondiente.