Estos son los síntomas que alertan de una Infección de Transmisión Sexual (ITS) en hombres y mujeres

Muchas de las personas que las contraen pueden ser asintomáticas, lo que deriva en complicaciones

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El uso del preservativo puede prevenir la contracción de ITS (Foto: EFE/Villar López)
El uso del preservativo puede prevenir la contracción de ITS (Foto: EFE/Villar López)

Las infecciones de transmisión sexual (ITS) llevan veinte años en aumento en España y los jóvenes presentan más de un 10% de los contagios. Estas afecciones se transmiten por medio de las relaciones sexuales y pueden ser causadas por bacterias, virus, hongos, parásitos y protozoos.

En la mayoría de los casos las ITS no presentan síntomas o son poco expresivos, lo que termina por favorecer su transmisión. Si se dejan sin tratamiento, estas infecciones pueden derivar en complicaciones como la esterilidad, el embarazo extrauterino o el cáncer genital, entre otros. Por ello, ante la sospecha de haber contraído una ITS, o después de haber mantenido prácticas de riesgo (es decir, sin protección), es conveniente acudir a un centro de salud o un centro especializado para realizar una revisión.

Síntomas de infección

Los síntomas dependerán de la ITS y son diferentes en hombres y mujeres. Así, algunos síntomas que pueden alertar de la presencia de estas infecciones en varones son las secreciones, las llagas, ronchas o ampollas cerca de los órganos sexuales, dolor e inflamación en los testículos, escozor o picor, ardor y dolor al orinar o defecar.

En las mujeres, la lista se alarga un poco más: ellas pueden experimentar un flujo anormal en la vagina, llagas, ronchas o ampollas e inflamación de los ganglios cercanos, dolor en la zona de la pelvis, escozor o picor alrededor de la vagina, ardor al orinar o al defecar, sangrado sin tratarse de la menstruación o sangrado excesivo durante la misma y dolor durante las relaciones sexuales.

Las ITS más comunes en España

La clamidia es la infección de transmisión sexual de la que más casos se han registrado en España: un total de 26.518 según los datos del Centro Nacional de Epidemiología de 2022. Es además la única afección en la que las mujeres (67,2% de los casos en jóvenes) presentan mayor incidencia, especialmente en el rango de 20 a 24 años, donde duplican las de los varones.

Esta afección no suele producir síntomas y si lo hace, aparecen entre 7 y 21 días después al contacto sexual. Puede causar complicaciones como esterilidad, afectación de la vejiga, enfermedad inflamatoria pélvica, embarazos extrauterinos. Además, durante el embarazo puede transmitirse al feto, a quien produciría conjuntivitis, infecciones de oído o incluso infecciones pulmonares.

En los hombres, se presenta como una secreción clara y transparente, acompañada de molestias al orinar. En las mujeres, se produce un aumento del flujo, alteraciones en la regla o sangrado después de la relación sexual.

La gonorrea es la segunda más común, con un total de 23.222 casos registrados, un 23,8% de los cuales corresponde a los adolescentes y jóvenes adultos. Puede producir complicaciones desde esterilidad, tanto en mujeres como en varones, hasta alteraciones en otros órganos (articulaciones, piel...) y también transmitirla al recién nacido en el momento del parto, produciendo conjuntivitis.

Esta infección puede aparecer en los genitales (secreción amarillenta y espesa junto con molestias al orinar), en la garganta (molestias) y en el ano (secreción amarillenta, espesa, con picores).

Respecto a la sífilis, España tiene registrados un total de 8.141 casos, de los que el 10,3% corresponden a menores de 25 años. La infección es más frecuente en hombres (89%) que en mujeres. Aunque la mayoría de los casos son asintomáticos, puede aparecer una úlcera o chancro indolora a los 20-40 días después del contacto sexual. Desaparece entre 6-8 semanas y es lo que conocemos como sífilis primaria. Si no se trata, la infección puede pasar a otra etapa que conocemos como sífilis secundaria en la que se puede producir una erupción en la piel incluidas las palmas de las manos y las plantas de los pies. Las mujeres embarazadas pueden transmitir la infección al feto pudiéndose producir abortos tardíos, muerte fetal y sífilis congénita.

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