El divorcio suele ser un proceso duro y poco agradable, en el que dos personas deciden poner fin a su matrimonio. Esto significa disolver todos los vínculos y responsabilidades legales entre los cónyuges y en términos legales, siempre debe hacerse a través de una sentencia judicial.
Las formas en las que se puede llevar este proceso son dos: el divorcio de mutuo acuerdo y el divorcio contencioso. Ambos tienen procesos muy diferentes, lo que implica que los documentos que se deben presentar también varían.
El divorcio de mutuo acuerdo
El divorcio de mutuo acuerdo se presenta cuando ambos cónyuges están conformes con la decisión de poner fin a su matrimonio. Esta modalidad permite que los esposos presenten una propuesta de convenio regulador al juez competente, donde acordarán aspectos esenciales como la custodia de los hijos, el régimen de visitas, el uso de la vivienda familiar, la pensión de alimentos y la liquidación del régimen económico matrimonial.
Este tipo de separación puede tramitarse de manera extrajudicial a través del proceso conocido como divorcio express. Este procedimiento simplificado se realiza ante notario, siempre y cuando no haya hijos menores de edad o hijos emancipados evaluados judicialmente como dependientes. Este formato solo es viable si ambas partes están de acuerdo.
En este caso los documentos a presentar son los siguientes:
- Certificado de matrimonio.
- Certificado de nacimiento de los hijos, en caso de haberlos.
- Certificado de empadronamiento de los cónyuges.
- Sentencia de separación, en caso de que el matrimonio se haya separado previamente.
- El Convenio Regulador, necesario en el divorcio de mutuo acuerdo, incluye acuerdos sobre “el cuidado de los hijos, régimen de visitas y comunicación con los padres y abuelos, atribución del uso y disfrute de la vivienda familiar, pensión de alimentos y/o pensión compensatoria”. Este documento debe ser aprobado por el juez para formalizar el acuerdo y hacerlo vinculante.
El divorcio contencioso
Los divorcios contenciosos implican una demanda de separación presentada por uno de los cónyuges sin el consentimiento del otro. Estos procesos suelen ser más caros y prolongados en comparación con los divorcios de mutuo acuerdo.
En los divorcios contenciosos, cada parte debe contratar su propio abogado y procurador, lo que incrementa los costos legales. A diferencia de los divorcios consensuados, donde ambas partes pueden compartir asesoramiento legal, en los casos contenciosos, la representación individual es obligatoria debido a que cada abogado representa a un miembro de la pareja.
Para estos procesos hay que presentar los mismos documentos que en los divorcios de mutuo acuerdo, con la excepción del Convenio Regulador, que se sustituye, como mínimo, por lo siguiente:
- Nóminas y/o justificantes de prestaciones.
- Declaraciones de la renta, normalmente de los 3 últimos años.
- Recibos que acrediten los gastos ordinarios y quién corre con estos gastos.
- Documentación que pruebe los horarios laborales.
- En general, cualquier tipo de documentación que acredite los ingresos de los dos cónyuges y las cargas económicas que soporta cada uno de ellos.
En el caso de que la denuncia incluya la liquidación de la sociedad de gananciales, es esencial presentar una serie de documentos específicos. En primer lugar, la escritura de compraventa de las casas y otros inmuebles del matrimonio. Estos documentos son fundamentales para demostrar la titularidad y los activos conjuntos de la pareja.
Además, se deben aportar los documentos bancarios que acrediten la titularidad de las cuentas corrientes y su saldo, así como el valor de acciones, bonos y fondos. Esto incluye todo tipo de activos financieros en común.
Otro documento fundamental es la información correspondiente a los vehículos, especificando su forma de pago y cualquier préstamo relevante. También es crucial incluir las escrituras de préstamos hipotecarios y/o contratos de préstamos personales o de tarjetas de crédito con sus respectivos extractos del capital pendiente de amortizar.