La película de tiburones que triunfa en Netflix y que transcurre en el río Sena y en las catacumbas de París antes de los Juegos Olímpicos

Se trata de ‘En las profundidades del Sena’, una producción francesa original de la plataforma que recupera la fiebre por el cine de escualos en su versión más imprevisible

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Sophia es una científica brillante que descubre que hay un enorme tiburón en el fondo del río. (Crédito: Netflix)

Hay películas que, tan solo con su planteamiento descabellado, se convierten en un triunfo. ¿Qué pasaría si una hembra de tiburón se instalara en las aguas del río Sena y se pusiera allí a criar a su manada? Es de lo que trata En la profundidades del Sena, una producción francesa que se ha situado en los primeros puestos de lo más visto en la plataforma de ‘streaming’ nada más estrenarse.

En ella, una científica, Sophie (Bérénice Bejo) investiga una especie de tiburones, los ‘mako’, o marrajos, hasta que uno de los escualos que había marcado para seguir sus movimientos, atacará a todo su equipo, incluyendo a su marido.

Pasarán los años y Lilith, que así se llama la hembra de tiburón, aparecerá en los radares de las aguas del río Sena de París. ¿Cómo ha podido acostumbrarse a las condiciones de agua dulce? ¿Qué le ha llevado a adentrarse en un espacio fluvial que no es su hábitat natural?

¿Por qué nos gustan las películas de tiburones?

Todas esas preguntas se irán respondiendo a lo largo de una película que nos devuelve la fiebre estival por las películas de tiburones, una tradición de instauró Steven Spielberg el 20 de junio de 1975, cuando se estrenó en Estados Unidos Tiburón y que generó en los espectadores tal impacto que se convirtió de manera inmediata en un clásico de la cultura popular (además de ser uno de los primeros ‘blockbusters’ del cine moderno).

Jason Statham regresa como Jonas
Jason Statham regresa como Jonas en 'Megalodón 2: La fosa''

El año pasado se estrenó Megalodón 2: La fosa, continuación de la película protagonizada por Jason Statham y son muchos los títulos que han aportado elementos de locura expresiva para este subgénero no se agote nunca. Por ejemplo, que, en Sharknado, los tiburones volaran después de haber sido absorbidos por un tornado.

En el caso de En las profundidades del Sena, Lilith pertenece a la especie que aparecía en Deep Blue Sea, solo que esos habían sido modificados genéticamente. Pero nuestra protagonista también tiene una particularidad: se puede reproducir ella sola y a una velocidad inaudita, hasta tal punto que sus crías de dos meses ya tienen cientos de ‘bebés tiburones’ en su interior.

Lugares emblemáticos de París a los que la película les saca partido

El tiburón acecha a los
El tiburón acecha a los parisinos desde las catacumbas. (Crédito: Netflix)

Además, Lilith ha encontrado su lugar favorito del río, en la famosas catacumbas de París. Allí, en ese espacio histórico de la capital francesa repleto de túneles subterráneos lleno de esqueletos, calaveras y huesos de todo tipo, comenzará realmente el ‘show’ y también una de las primeras escenas realmente icónicas de esta película: unos activistas que se han organizado por redes para salvar al tiburón y llevarlo de vuelta al mar, serán atacados por el escualo generando una auténtica escabechina en un espacio en el que se encuentran acorralados y sin salida.

También encontramos un apunto de crítica política. La alcaldesa de la ciudad, que solo piensa en el dinero, se negará a anular la carrera de triatlón que había programada a pesar de las advertencias de la brigada fluvial y los expertos que saben que esa jornada va a terminar en masacre a la vista de todos.

No deja de ser curioso y bastante paradójico que hace unos días saltara la noticia de que la insalubridad del agua del río por su alta contaminación, ponía en jaque algunas de las actividades que se están preparando para los próximos Juegos Olímpicos.

Buena parte de los los
Buena parte de los los iconos de la ciudad de París aparecen en 'En las profundidades del Sena (Créditos: Netflix)

En las profundidades del Sena, muestra, en ese sentido mucha ironía y también destreza para sacar el mayor partido a la propia historia del río, alcanzando la acción su punto álgido cuando comienzan a explotar obuses que habían permanecido en el fondo del río desde la II Guerra Mundial (un dato que es cierto) y el caos se adueña de los tiburones y de los habitantes de la ciudad de París, incluida la alcaldesa.

La película está dirigida con habilidad por Xavier Gens, experto en cine de terror que alcanzó popularidad al ser uno de los miembros de la ‘New French Extremity’ con la película Frontierè(s) y, en esta ocasión, parece divertirse haciendo una película ‘disfrutona’, que aporta algunas dosis de originalidad al género de los tiburones y que mantiene un espíritu de serie B muy entrañable.

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