En España, la tramitación de una herencia puede ser un proceso complejo, especialmente cuando se trata de un testamento cerrado. Este tipo de testamento, menos común que el abierto, requiere de pasos específicos para garantizar su validez y el correcto cumplimiento de las últimas voluntades del testador.
Estos son los pasos necesarios para realizar una herencia con un testamento cerrado, basándose en la normativa vigente y las recomendaciones de los expertos en derecho sucesorio.
¿Qué es un testamento cerrado?
Un testamento cerrado es un documento en el que el testador plasma sus últimas voluntades, pero cuyo contenido se mantiene secreto hasta su apertura tras el fallecimiento. Este tipo de testamento debe ser entregado en sobre cerrado y sellado ante un notario, quien certifica la entrega sin conocer su contenido.
Redacción del testamento cerrado
El testador puede redactar el documento por sí mismo o con la ayuda de un abogado. Es esencial que el contenido sea claro y cumpla con los requisitos legales para evitar posibles impugnaciones. La redacción debe incluir la identificación del testador, la disposición de sus bienes y las designaciones de herederos y legatarios.
Una vez redactado, el testamento debe ser introducido en un sobre cerrado y sellado. El testador debe llevar este sobre a un notario para que se levante acta de su entrega. En el acta, el notario hará constar la entrega y describirá el estado del sobre. Esta entrega se tiene que realizar en presencia de dos testigos.
El notario conservará el testamento cerrado y lo inscribirá en el Registro de Actos de Última Voluntad. Es una base de datos nacional que contiene información sobre todos los testamentos otorgados en España. La inscripción en este registro asegura que, tras el fallecimiento del testador, se pueda localizar el testamento y proceder a su apertura.
Apertura del testamento cerrado
Cuando el testador fallece, sus herederos deben solicitar la apertura del testamento cerrado. Para ello, deben presentar el certificado de defunción al notario que lo custodió. Éste convocará a los herederos y abrirá el sobre en presencia de ellos y de dos testigos. Una vez abierto, el contenido del testamento se transcribe en un acta notarial.
A continuación, los herederos deben proceder a la aceptación de la herencia. Este paso puede ser una simple aceptación o una aceptación a beneficio de inventario, dependiendo de las circunstancias. La aceptación a beneficio de inventario permite a los herederos limitar su responsabilidad a los bienes heredados, protegiendo su patrimonio personal.
Este proceso puede implicar la valoración y partición de los bienes, y debe realizarse conforme a las instrucciones del testador y las normas legales aplicables.
Finalmente, los bienes inmuebles y otros derechos que formen parte de la herencia deben ser inscritos en los registros públicos correspondientes a nombre de los nuevos propietarios. Para ello, se debe presentar el acta de adjudicación de herencia ante el Registro de la Propiedad u otros registros pertinentes.
En todo este proceso, es recomendable contar con el asesoramiento de un abogado especializado en derecho sucesorio para garantizar que todos los pasos se realicen correctamente y se eviten posibles conflictos entre los herederos.