El pasado verano se aprobó el nuevo Reglamento General de Circulación de la Dirección General de Tráfico (DGT) trae consigo nuevas señales, que ya se empiezan a ver en calles y carreteras. Ana Blanco, subdirectora adjunta de Circulación en la DGT, explicaba que “este es un cambio sustancial porque recoge el cambio en la movilidad de hoy”. De hecho, trata de “adecuar aspectos de la señalización, en especial algunos de mayor antigüedad, a cambios en el ámbito de la movilidad, en especial en lo relacionado a modificaciones en cuanto a tecnología de los vehículos y otros aspectos de forma que siga manteniendo el máximo nivel como sistema semiótico garantizando la adecuada comprensión por parte de todos los usuarios para garantizar la Seguridad Vial y los desplazamientos eficientes”.
La segunda motivación para llevar acabo este cambio es responder a las peticiones de ayuntamientos y el Parlamento sobre la adecuación de la señalización del tráfico a los nuevos aspectos tecnológicos, de movilidad e igualdad de género y establecer una base homogénea ante nuevas regulaciones como las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).
Más información y menos riesgo de mortalidad
El Manual de Medidas de Seguridad Vial de Elvik cita numerosos estudios sobre la importancia de la adecuada señalización y su efecto sobre la accidentalidad. Y un análisis estadounidense sobre ensayos de 20 años sitúa la señalización como la tercera mejor medida de seguridad vial en términos de coste-beneficio, tras iluminación y medidas para evitar colisiones contra postes y objetos laterales.
En 1998, un estudio del Ministerio de Fomento recogía que acondicionar la señalización reducía el riesgo de mortalidad un 39%, y que el coste se amortizaba en dos años. Cabe señalar que la señalización circunstancial con paneles de mensaje variable y otros elementos tiene una relevancia muy alta al permitir avisar de forma rápida incidencias y circunstancias peligrosas para la conducción, con un elevado ratio beneficio social /coste.
Acabar con la torre de babel de las señales
Este cambio pretende unificar todas esas señales que cada ciudad había ‘aprobado’. Esto, explica Ana Blanco, se debe a que cuando un responsable municipal o autonómico detectaba una necesidad de señalización no recogida en el Catálogo de Señales, ‘ideaba’ una señal y la amparaba en una norma propia, creando “una babel”, con diferencias en cada municipio.
Carril reservado para vehículos con alta ocupación
Una de las nuevas señales que ha implementado la DGT es la de carril reservado para vehículos con alta ocupación, que indica la presencia de uno o varios carriles destinados exclusivamente a la circulación de vehículos con alta ocupación. En la imagen figurará el número de personas a partir de las cuales se considera alta ocupación, lo que será determinado por el órgano gestor competente en cada caso. Si el carril o carriles está reservado no solo a VAO sino también a otro u otros tipos específicos de vehículos, se podrán combinar las imágenes correspondientes del mismo modo que en la señal S-51a.
Un carril VAO es aquel por el que solo pueden circular vehículos con más de un viajero, y la nueva señal especifica el número necesario para cumplir con el requisito. Elo objetivo es rebajar el número de turismos que circulan por la carretera, dando prioridad a aquellos con alta ocupación, de manera que se anima a los ciudadanos a compartir coche en vez de desplazarse cada uno en el suyo propio, reduciendo también la contaminación y el impacto medioambiental.