Europa vuelve a las urnas en los primeros comicios tras la guerra de Ucrania: la UE se prepara para un ciclo político en clave militar

El fortalecimiento de la industria armamentística será uno de los objetivos de la Comisión Europea de cara a los próximos seis años. Von der Leyen ha prometido designar un eurocomisario de Defensa en caso de ser reelecta

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La presidente de la Comisión
La presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (Hatim Kaghat/DPA)

La guerra lo cambió todo. Tras la invasión de Ucrania por parte de las tropas de Vladimir Putin, la Unión Europea tomó consciencia de que estaba desnuda, militarmente hablando. Bruselas se vio en la obligación de colaborar en la defensa de su aliado mediante el envío de munición y otras clases de armamento, pero pronto se dio de bruces contra la realidad: tras décadas de desinversión en defensa, como consecuencia de la ingenua idea de que una guerra en el continente era cosa del pasado, la UE no tenía la capacidad técnica ni industrial de suministrar a Kiev todo lo que precisaba, y mucho menos en los tiempos que demandaba la batalla contra Rusia. Una vez aprendida la lección, Europa asegura estar dispuesta a solventar esta situación, por lo que nadie duda que el próximo ciclo político, que nacerá de las elecciones de este domingo, estará marcado por políticas con las que consolidar la defensa y seguridad de la región.

Así de claro lo ha dejado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, desde antes incluso de que empezara oficialmente la campaña electoral. La alemana, que busca ser reelegida en el cargo aun con los apoyos de la extrema derecha de Giorgia Meloni, ha prometido que, en caso de repetir al frente del Ejecutivo comunitario, su Gobierno tendrá un comisario de Defensa, cartera que actualmente no existe como tal en la UE. “Hay que gastar más, gastar más juntos como europeos en Defensa, y esta es la razón por la que tendré un eurocomisario de Defensa”, dijo semanas atrás.

Justamente, la necesidad de incrementar o no el gasto militar ha sido uno de los temas más debatidos durante la campaña electoral en la mayoría de los Estados miembros, incluso en España, a pesar del afán de los políticos locales de plantear estos comicios en clave nacional. Sin embargo, el debate sobre este asunto no ha respondido únicamente a la voluntad de los líderes políticos europeos, ya que el 31% la población del continente también demanda, según reflejó el Eurobarómetro de abril, que la defensa de Europa sea una de las prioridades para los próximos seis años.

De este modo, tal como marca la tradición política europea, las formaciones conservadoras, socialdemócratas y liberales, convencidas de que no hay mejor protección que estar bajo el paraguas de la OTAN, no han dudado en afirmar que una mayor inversión en defensa es imprescindible. En cambio, los partidos de izquierda, pese a no negar la importancia de la defensa, han denunciado una carrera armamentística en beneficio de la industria militar.

Giorgia Meloni, junto a Ursula
Giorgia Meloni, junto a Ursula von der Leyen. (Yara Nardi/Reuters)

El rol de la ultraderecha

En este asunto, al igual que se prevé que suceda en todos los demás, la extrema derecha también tendrá un papel determinante. No obstante, la postura de la variopinta familia ultraconservadora no es uniforme: por un lado el ala que tiene como referente a Marine Le Pen, cuya Agrupación Nacional arrasará en Francia, según todas las encuestas, no es muy afín a la OTAN e incluso a su líder siempre se la ha acusado de ser amiga de Putin. En cambio, al sector que responde a la primera ministra italiana se lo considera “proeuropeo” y proclive a llegar a pactos y acuerdos con el resto de las familias europeas, en temas de defensa y, especialmente, de seguridad.

Tanto Le Pen como Meloni tienen como objetivo reforzar las fronteras europeas para luchar contra la inmigración, sobre todo la que llega en cayucos a las costas de los países mediterráneos provenientes de África, a la que responsabilizan de la mayoría de los males que padece la sociedad europea. De esta manera, estas formaciones intentarán ligar cualquier negociación en materia de defensa con iniciativas para combatir y disuadir la llegada de inmigrantes a Europa.

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El rearme de Europa

Uno de los propósitos que la UE se ha propuesto llevar a cabo en este nuevo ciclo político es desarrollar una industria de defensa fuerte y moderna en la que apoyarse no sólo para emprender el tan necesario rearme de la región, ante la ya más que evidente amenaza rusa, sino también para alcanzar la tan deseada autonomía estratégica. Esto último para alcanzar una cierta independencia del amparo de Estados Unidos, en el que tanto ha confiado Europa desde, al menos, el fin de la Guerra Fría, sobre todo ante el posible regreso de Donald Trump a la Casa Blanca a finales de este año.

Por este motivo, las empresas armamentísticas españolas saben que tienen mucho que ganar en estas elecciones europeas y, por primera vez, han hecho público un manifiesto político en el que reivindican facilidades de financiación, tanto pública como privada, para llevar adelante los proyectos y programas necesarios para la modernización militar de la región. La Unión Europea se ha sacudido los complejos.

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