Las elecciones europeas confirman el giro de Europa a la derecha, donde el discurso extremista ha calado entre las primeras fuerzas en países grandes de la Unión como Alemania, Francia, Italia o Países Bajos. Su homólogo en España, Vox, también se convierte en el gran protagonista de la noche tras duplicar su resultado de 2019.
Dentro de la ola ultra se hace un espacio en el electorado nacional el partido Se Acabó la Fiesta (SALF), liderado por el influencer agitador Alvise Pérez, que irrumpe en sus primeras elecciones con tres diputados y el 4,48% de los votos, empatando con Sumar y Ahora Repúblicas.
En busca de la inmunidad de Bruselas
“Voy con mi furgoneta repartiendo papeletas a la gente”. Sin mitines políticos ni programas electorales, Alvise aseguró llevar a cabo su primera campaña electoral únicamente en el “boca a boca” por toda España. En realidad, el potencial de su campaña ha estado en las redes sociales, donde ha demostrado un nuevo modelo de captar al electorado descontento de derechas, seducido por los bulos y un discurso populista. No es de extrañar que durante la jornada electoral el influencer haya reiterado hasta la saciedad que sus seguidores no votasen por correo, ya que según él la modalidad estaba “saboteada”.
Alvise acumula un largo historial de denuncias por parte de políticos y periodistas por el bombardeo constante de bulos y el hostigamiento continuo que realiza a través de sus canales en redes sociales, donde acumula cientos de miles de seguidores. Con especial actividad en la red social Telegram, Alvise difunde mensaje machistas y xenófobos acompañados de señalamientos e insultos. También fue uno de los nombres que comandaron las protestas violentas en Ferraz contra la ley de amnistía.
Muchas de sus soflamas le han llevado a tener líos con la Justicia. Fue el caso de la denuncia del PSOE por la publicación de una foto personal del exministro de Fomento José Luis Ábalos en su domicilio, sin el consentimiento de éste, y acompañado de un mensaje en el que insinuaba que el político padecía “problemas mentales”. Tras esto el Tribunal de Justica de Madrid obligó a Alvise a indemnizarle con con 60.000 euros.
La periodista Ana Pastor también se querelló con el agitador a comienzos del año por insinuar, sin capacidad de demostrarlo, que la periodista llevó a cabo una “financiación irregular del medio Newtral”. Si bien el juez de la Audiencia Provincial de Madrid decidió que Pastor debería ser indemnizada con 10.000 euros, el Supremo argumentó posteriormente que las declaraciones estaban amparadas por la libertad de opinión, aunque sí respaldó que las informaciones de Alvise no contaban con ningún tipo de apoyo.
Ahora el líder de Se Acabó La Fiesta volverá a juicio después de ser denunciado este martes por el secretario general de FACUA, Rubén Sánchez, una vez más por difamación. Según explica Sánchez a través de Twitter (antiguo X), Alvise le denunció, sin pruebas, de extorsión, coacciones, amenazas, injurias, calumnias, descubrimiento y revelación de secretos; razón por la cual el juez decidió archivar la causa.
Bruselas era un objetivo prioritario para Alvise para blindarse de posibles condenas, ya que los eurodiputados en activo “no pueden ser investigados, detenidos ni procesados por las opiniones expresadas o los votos por ellos emitidos en su calidad de diputado”, de acuerdo a lo dictado por la legislación de la UE.
La lucha por ser el más radical
Alvise ha desgranado en varias de sus entrevistas electorales algunas de las propuestas que llevaría a cabo en caso de llegar a Europa, muchas de ellas desbordan están recogidas en el programa de Vox, como es el caso de las deportaciones masivas a migrantes con el objetivo de “controlar las fronteras”; o mermar las competencias de la Unión Europea para tener más capacidad de decisión desde los nacional.
Pero en esta lucha de ocupar la posición extremista, existen otras medidas que rozan lo disparatado. Alvise llegó a proponer llevar a cabo una modificación de la Constitución para implementar trabajos forzados a pederastas y violadores, una medida que contradice en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
Aún es pronto para determinar la supervivencia de esta formación, pero Alvise ya ha confirmado que las generales son el siguiente objetivo de SALF. En Vox no esperaban compartir el pastel con otra formación radical, pero ahora en la ultraderecha aparece un nuevo competidor por ser le más radical.