Para los que piensan que las elecciones europeas son aburridas, hay un hecho que contradice esta visión: como los comicios al Parlamento Europeo se llevan a cabo por circunscripción única y no por el sistema proporcional habitual en España, esto favorece la aparición de nuevos partidos y nombres, por lo que siempre hay sorpresas. Ya ocurrió con el empresario José María Ruiz Mateos y su iniciativa Agrupación Ruiz-Mateos, que logró dos escaños en 1989; y con Podemos en 2014. Y ahora, la noticia inesperada se llaman Alvise Pérez y Se Acabó la Fiesta.
Como tantos otros casos de éxito en la política reciente -desde Donald Trump a Santiago Abascal-, Pérez se ha hecho famoso diciendo lo que mucha gente quiere oír, al margen de que sea verdad o mentira. La estrategia es la habitual: un mensaje sencillo -en su caso, la denuncia de la “corrupción de la élite política”-, promesas poco definidas de “derribar el sistema” y cambiarlo todo, y un uso hábil de las redes sociales para llegar a centenares de miles de personas con pocos recursos.
Alvise -que dice no ser de derechas ni de izquierdas, aunque claramente está atrayendo al votante que se dice “ultraliberal” y a los cercanos a Vox- ha basado su éxito principalmente en un canal de comunicación: Telegram. Con casi medio millón de seguidores en esta plataforma de mensajería rusa, ha enfocado sus esfuerzos en la difusión de mensajes contundentes y xenófobos que transmitan el mensaje de una España corrupta ahogada por problemas causados por los extranjeros y los políticos tradicionales.
En muchas ocasiones, sin embargo, se ha probado que esos mensajes se basaban en mentiras. Pero ni a sus seguidores ni a él les importa eso: lo importante es que la información se difunda y se viralice lo suficientemente rápido como para sembrar la duda, al margen de que luego sea desmentida.
Hay muchos ejemplos: en marzo de 2020, publicó en Twitter, donde tenía cerca de 150.000 seguidores- una imagen de Manuela Carmena y el texto: “¿Sabéis qué exalcaldesa de 76 años ha recibido en su casa un respirador personal de la empresa VitalAire para evitar acudir a un hospital público y hacer cola como el resto de españoles? Os doy una pista: no informará de ello ni La Sexta ni medio alguno de izquierdas”. Carmena respondió: “Alvise, no te conozco y no sé qué motivos tienes para publicar esa calumnia. No estoy enferma y no he recibido ningún respirador. En estos momentos de preocupación y esfuerzo colectivo de nuestro país por superar la pandemia, actitudes así no ayudan. Debería darte vergüenza”. Y Pérez volvió a replicar: “Yo sí te conozco; por excarcelar etarras en los 90 (¿recuerda liberar a Azcárate, con 4 asesinatos, porque padecía varices esofágicas?). Si lo considera una ‘calumnia’, ruego que me denuncie”.
Carmena, en efecto, denunció. Y ganó el juicio: un Juzgado de Primera Instancia condenó a Pérez a pagar 5.000 euros a la ex alcaldesa de Madrid por vulnerar su derecho al honor.
Esta dinámica se ha repetido en numerosas ocasiones. En 2018, dijo que la presencia de manteros en una calle de Valencia casi provoca un atropello a un niño. Cuando le respondieron que esa calle es peatonal y no hay coches, borró el tuit.
Pérez acumula problemas judiciales por afirmaciones de este tipo contra políticos, periodistas y figuras públicas -normalmente, de la izquierda-, y no ha ocultado que una de sus principales razones para buscar ser eurodiputado es protegerse de estas denuncias. Según las encuestas, tiene muchas opciones de lograrlo: el último barómetro del CIS sitúa a Se Acabó la Fiesta como la quinta fuerza política, justo detrás de Sumar, lo que asegura su entrada en el Parlamento Europeo. Según un análisis de El Confidencial, triunfa sobre todo entre los jóvenes: 1 de cada 10 votantes menores de 35 años afirma que planea votar por su partido.
Quién es Alvise Pérez
Luis Pérez Fernández, como se llama realmente, nació en Sevilla el 26 de febrero de 1990. Estudió Ciencias Políticas y de la Administración Pública en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). En 2012, se trasladó a Leeds, donde trabajó en el departamento de comunicación del Instituto Cervantes. En el ámbito político, se unió como voluntario a UPyD, el partido fundado por Rosa Díez, y en Leeds se convirtió en delegado internacional de Liberal Youth, la organización juvenil de los Liberal Demócratas.
De regreso a España en 2017, Pérez se afilió a Ciudadanos, donde ocupó el cargo de jefe de gabinete del grupo parlamentario en las Cortes Valencianas, liderado por Toni Cantó. En 2019, tras dimitir al ser apartado de ese cargo, pasó a enfocarse en su actividad en redes sociales.
Ahora, su irrupción preocupa a Vox -que piensa que muchos de los votantes de Se Acabó la Fiesta son personas que han votado anteriormente a Abascal o que le votarían de no existir la formación de Alvise- y al Partido Popular, que ve surgir una nueva formación a su derecha. Él, mientras tanto, disfruta de su momento de fama. Este viernes, en su acto de cierre de campaña en la plaza de Colón de Madrid, fue recibido como una estrella del rock: “Nos presentamos a la Unión Europea para protegernos judicialmente y denunciar la gran mentira del matrix informativo español, y eso lo habéis logrado vosotros con el boca a boca. Es vuestro éxito que estemos alzándonos el pueblo español”.