Los negociadores de la Policía Nacional no son de película de Hollywood: “Puedes hacer una actuación perfecta y que salga mal”

No hay “palabras mágicas” ante un atrincherado armado: dos negociadores explican a ‘Infobae España’ cómo se enfrentan a intervenciones de máxima tensión

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El inspector jefe Víctor de
El inspector jefe Víctor de las Heras (izquierda) y el inspector Felipe Vargas-Zúñiga (derecha). (Helena Margarit Cortadellas)

Muchos saben de su existencia por los papeles protagonistas de Eddie Murphy y Samuel L. Jackson en las películas El Negociador, pero ellos prefieren alejarse de ese aura de misticismo que rodea esta especialización policial. “Ni somos magos, ni utilizamos palabras mágicas”. Hablan, en una entrevista con Infobae España, el inspector jefe de la Policía Nacional Víctor de las Heras y el inspector Felipe Vargas-Zúñiga, quienes conforman un binomio temporal cuando ocurren los sucesos más delicados y complejos de resolver en la Comunidad de Madrid.

Ambos tienen su destino en otras labores, el primero como jefe de Sección de Trata en la Brigada Provincial de Extranjería y el segundo como jefe de Seguridad Ciudadana en la comisaría del distrito de Retiro, pero además portan un teléfono móvil que puede sonar “en cualquier momento”. Su trabajo no está remunerado y reconocen que se ponen el chaleco antibalas con el distintivo de negociador “casi por amor al arte”.

Se enfrentan a personas atrincheradas y habitualmente armadas, a veces con rehenes y otras con intenciones suicidas que ponen en peligro otras vidas. Víctor de las Heras lleva una década como negociador y subraya que la pandemia fue un “detonante brutal para las enfermedades mentales”, muy frecuentes en este tipo de sucesos. La entrevista se produce pocos días después del asesinato de dos menores a manos de su abuelo, que se quitó la vida tras varias horas atrincherado en su casa de Huétor Tajar (Granada). “No querría estar en la piel del negociador de la Guardia Civil”, dice el inspector jefe.

Víctor de las Heras, inspector
Víctor de las Heras, inspector jefe de la Sección de Investigación de Trata de la Brigada Provincial de Extranjería de Madrid y negociador de la Policía Nacional. (Helena Margarit Cortadellas)

Y es que la salud mental de los agentes también está en juego. Al preguntarle por su intervención más difícil, a Víctor le viene a la cabeza rápidamente el caso de un inspector de Policía que se suicidó en un restaurante chino de Alcobendas en 2016: “Vi un mensaje que sonaba a despedida en Facebook. Era mi amigo. Me había contado los problemas que estaba teniendo con su mujer. Le llamé y no me contestó. Entonces vi en las noticias que había un policía atrincherado y me fui rápidamente para allá”. Pese a la negociación con sus propios compañeros del Cuerpo, el agente se acabó quitando la vida. “Puedes hacer una negociación perfecta y, aún así, salir mal”, subraya el inspector Felipe Vargas-Zúñiga.

Una clave: nunca mentir

Los negociadores tienen que superar un curso de formación para adquirir esta especialidad. Les enseñan que lo más importante en una negociación con una persona que está poniendo en peligro su vida o la de otros es la “escucha activa” y la “ventilación de emociones” para que baje su nivel de alteración. Felipe desmiente la falsa creencia de que está prohibido decir “no” a quien está al otro lado. “Lo que no podemos es mentir o prometer cosas que no podemos cumplir. Por ejemplo, nunca vamos a dar droga aunque nos la pidan”, explica.

Felipe Vargas-Zúñiga, inspector al mando
Felipe Vargas-Zúñiga, inspector al mando de Seguridad Ciudadana en la Comisaría de Retiro y negociador de la Policía Nacional. (Helena Margarit Cortadellas)

Este inspector de Policía, negociador desde 2019, cuenta sus casos por éxitos, entre ellos el último caso en el que ambos intervinieron, el de un joven que se atrincheró con dos cuchillos y una pistola en su piso del distrito de Hortaleza a finales del mes de abril. Estaba en mitad de un brote psicótico y “en su cabeza pensaba que lo íbamos a matar”, cuenta Víctor. La negociación fue “de libro” y lograron que renunciara a sus intenciones.

Utilizan infinidad de estrategias en esa particular partida de ajedrez con el atrincherado. En ese caso fue clave la intervención de la madre del atrincherado, pero en otros sucesos puede jugar a favor del negociador un factor “tan absurdo” como la lluvia. Fue un incidente de violencia de género, uno de los primeros en los que intervenía Felipe como negociador. “Un marroquí tenía cogida por el cuello a su pareja y amenazaba con matarla con un cuchillo y una pistola”, relata. Era noviembre y, a medida que transcurrían las horas, el hombre, que estaba “semidesnudo” iba teniendo más frío. “Nos pidió una manta y le dimos una sábana fina”, hasta que más tarde “empezó a llover, se incomodó y pudimos entrar a reducirlo”. Víctor y Felipe ya están preparados para que suene la próxima llamada y sigan salvando vidas.

Vídeo de la Policía Nacional persiguiendo a los presuntos asesinos del hermano de Begoña Villacís.
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