A diferencia de países como Estados Unidos y Reino Unido, en España personalizar las matrículas de vehículos es una práctica ilegal y puede resultar en multas significativas. El Reglamento General de Vehículos estipula la obligatoriedad de tener un número de identificación único para cada coche, sin posibilidad de modificarlo. De acuerdo con la Dirección General de Tráfico (DGT), llevar las placas correctamente colocadas, una en la parte delantera y otra en la trasera, es esencial para evitar sanciones económicas.
Cambiar incluso un sólo elemento de la identificación de una matrícula, ya sea algún número o las letras, puede resultar en una multa de hasta 6.000 euros y la pérdida de hasta seis puntos del carnet de conducir. Las matrículas mal colocadas también pueden acarrear sanciones, aunque estas son notablemente menores. En este sentido, si una de las dos placas obligatorias falta, no es visible o no se puede leer claramente debido al desgaste, la multa asciende hasta los 200 euros.
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Aunque no es posible personalizar el contenido de la matrícula, sí se pueden realizar ciertas modificaciones en la placa en sí. Por ejemplo, la forma de la placa puede cambiar siempre que se mantengan las medidas establecidas, de 52 centímetros de largo por 11 de alto (aproximadamente 20 x 4 pulgadas). Por lo tanto, placas hexagonales u octogonales son permitidas, cumpliendo con las normas establecidas y sin alterar significativamente su apariencia.
Otra modificación permitida es la adición de dibujos geométricos en el fondo de la placa, siempre que estos no interfieran con la legibilidad de los números y letras identificativos. Sin embargo, el reglamento es claro en que estas decoraciones deben ser muy pequeñas y tenues. Bajo ninguna circunstancia pueden contener símbolos que afecten la visibilidad de la información esencial.
Finalmente, los materiales usados para las matrículas también pueden variar. En la actualidad, es posible optar entre placas de aluminio o metacrilato. Según la normativa, la elección del material no debe impedir la lectura correcta de la matrícula, dado que la seguridad y claridad en la identificación del vehículo son primordiales.
Proceso de matriculación
La matriculación de vehículos en España es un proceso que involucra varias etapas y requisitos, según establece la DGT. Para obtener la matrícula de un coche nuevo o usado, el conductor debe solicitarla a la DGT mediante un formulario disponible en su página web oficial. Tras la tramitación, se asignará un número de matrícula junto con el permiso de circulación del vehículo, lo que permitirá al propietario solicitar las placas correspondientes.
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El actual sistema de matriculación de vehículos surgió en el año 2000, siguiendo una directriz de la Unión Europea. Este cambio permitió uniformar las matrículas dentro del bloque europeo. Las placas actuales incluyen cuatro cifras seguidas de tres letras consonantes. El formato estándar evita las vocales para impedir la creación de palabras indecorosas o confusas. Además, al comienzo se incluye la letra ‘E’ y la bandera europea, representando a España.
Antes del año 2000, las matrículas en España incluían las letras identificativas de la capital de la provincia donde el coche estaba registrado. Por ejemplo, un vehículo registrado en Teruel portaba las iniciales ‘TE’. Según múltiples comunicados emitidos por la DGT, los propietarios de vehículos con matrículas del formato antiguo pueden solicitar el cambio al formato europeo si la matrícula original no coincide con la provincia actual de registro. Este procedimiento, al armonizarse con la normativa europea, ha simplificado la categorización y gestión administrativa de los vehículos en toda España, facilitando la movilidad y el comercio vehicular al evitar diferencias regionales innecesarias.