El “intercambio de parejas” que fomenta las donaciones de órganos de donantes vivos: el trasplante renal cruzado en España

Desde la creación de la Organización Nacional de Trasplantes, cerca de 6.500 personas han donado un riñón o parte de su hígado en vida en España

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Imagen de archivo de una
Imagen de archivo de una operación de trasplante (Getty)

Milagros Ramos recibió hace tiempo su trasplante de riñón. “Ha cambiado mi vida, ha vuelto la ‘Mila’ de hace diez años”. Su donante fue su marido, Juan Luis Arévalo, aunque no de forma directa. El resultado de la operación fue un cruce de parejas a través del trasplante renal cruzado.

“Milagros recibió un riñón de una persona que no conoce, pero en realidad es como si la donación se hubiese producido directamente”, explica Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT, durante la celebración del Día Nacional del Donante de Órganos, Tejidos y Células, un acto presentado por la ministra Mónica García. El programa de trasplante renal cruzado se inició hace 15 años y ha permitido desde el año 2009 la realización de 325 trasplantes renales en vivo.

El trasplante renal cruzado: del familiar al donante altruista

Elena Martín, enfermera coordinadora de la ONT, explica que el trasplante renal cruzado es como un “intercambio de parejas”. Así, si “yo quiero donarle un riñón a Luis pero no puedo, no somos compatibles”, el nefrólogo puede incluirme en el programa de trasplante renal cruzado.

Consta de 26 centros nacionales y 19 laboratorios de histocompatibilidad a los que se avisa cada tres meses de la realización de un cruce de parejas. Con todos los datos introducidos, se verifica la compatibilidad entre unas parejas y otras. “Lanzamos el cruce y avisamos a los centros de que ha habido un match, que hemos encontrado una cadena compatible y que se pueden trasplantar varias personas. Podemos conseguir cruces de dos parejas, de tres parejas o de 45 parejas”.

En 2010, se incluyó a esta mezcla la figura del donante altruista o buen samaritano, que ofrece sus órganos en vida a una persona desconocida. En los primeros 13 años desde su implantación, han sido 21 personas las que han donado un riñón a un paciente con el que no tenían relación ni posibilidad de establecerla. “Gracias a nuestro maravilloso donante altruista conseguimos enlazar aún más pacientes y podemos sacar más pacientes de listas de espera y de diálisis, que es lo que queremos”, celebra Martín.

La donación en vivo, la primera y mejor opción para el paciente

España es líder mundial en trasplantes de órganos desde hace 32 años. En 2023 volvió a superarse: el país logró 5.863 trasplantes en el año 2023, superando sus mejores cifras de actividad de 2019. Al fijarse únicamente en los trasplantes desde pacientes vivos, las cifras son algo más bajas: desde que se creó la Organización Nacional de Trasplantes en 1989 y hasta finales de 2023, cerca de 6.500 personas han realizado donaciones en vida en el país. No obstante, estos procedimientos son cada vez más comunes y el trasplante renal es de los que más crece. Así, si en el año 2000 se realizaban 19 intervenciones, en 2023 se alcanzó el máximo histórico de 435 procedimientos.

El trasplante vivo anticipado es siempre “la primera opción” por sus facilidades y mejor pronóstico para el paciente, según Lluís Guirado, director del Servicio de Nefrología de la Fundació Puigvert. El doctor Guiradó asegura que, para el donante, este procedimiento “tiene muchas más ventajas que desventajas”. “La donación en vivo la explicamos mucho y mucho pacientes, con una buena explicación, la aceptan”.

Pero lo difícil no es aceptar, sino pasar las pruebas. “El donante cadáver necesita un aprobado y el donante vivo necesita un sobresaliente”, asegura Guiradó. Esta persona tiene que estar “muy bien de salud”, tanto física como mental, y debe entender bien lo que conlleva el procedimiento. El estudio físico conlleva análisis de sangre, de orina, pruebas de compatibilidad, una radiología completa, un estudio cardiológico y, en el caso de las mujeres, un estudio ginecológico. “Después de todas estas pruebas, van viendo a distintos especialistas para garantizar la salud física del donante”, incluyendo psicólogos y psiquiatras. Finalmente, se pasa por un comité de ética, el juzgado y el trasplante. “Es un proceso que, si lo vas haciendo regularmente, lo tienes acabado en un mes y medio aproximadamente”.

Cooperación internacional para salvar vidas: de la Alianza Sur al EUROKEP

La ministra de Sanidad, Mónica
La ministra de Sanidad, Mónica García (c), durante la inauguración del acto con motivo del Día Nacional del Donante de órganos, tejidos y células, en el Ministerio de Sanidad, a 5 de junio de 2024, en Madrid (España). (Gabriel Luengas / Europa Press)

Los cruces no se hacen solo en España, sino que desde 2018 se empezó a colaborar con Italia y Portugal en el marco de la Alianza de Trasplantes del Sur de Europa. Hasta diciembre de 2023, se han intervenido en un total de 16 pacientes, de los cuales 9 eran españoles, 4 italianos y 3 portugueses. Esto complica la coordinación de los cruces, pues “en un inicio lo que hacíamos era trasladar al donante de ciudad a donde iba a donar el riñón”, explica Martín. Actualmente, se ha cambiado de estrategia y únicamente se traslada el órgano, pero la maniobra no viene sin sus dificultades.

Se debe encontrar el día idóneo y también la hora, algo complejo con las posibles diferencias horarias. Cuando hay mucha distancia entre donante y receptor, se utilizan aviones comerciales. “Tenemos convenios con compañías como son Iberia, Air Nostrum, AirEuropa, Vueling... gracias a ellos conseguimos trasladar las neveras y los hemos utilizado ya en 128 ocasiones”, asegura la enfermera. Cuando estos vehículos no son posibles, se utilizan compañías privadas, “pero tenemos la gran suerte de tener más convenios, como puede ser el de AVE, que lo hemos utilizado ya en nueve ocasiones”, añade. En toda esta logística, ayudan tanto los aeropuertos como la Policía Nacional o la Guardia Civil.

La última cadena fue de tres (personas): uno era en Italia, otro en Barcelona y otro era en Bilbao”, recuerda Martín. Para añadir dificultad, “el hospital de Italia estaba en una zona que no tenía aeropuerto, con lo cual tuvimos que utilizar a las Fuerzas del Estado de Italia para poder transportar muy rápido la nevera hasta el aeropuerto, donde sí teníamos el avión. Luego ya es combinar, Italia-Barcelona, Barcelona-Bilbao”.

Actualmente, la Organización Nacional de Trasplantes trabaja con la Comisión Europea para crear EUROKEP, un consorcio de 18 organizaciones y 15 países para “crear un programa de trasplante renal paneuropeo”. Se espera que este proyecto pueda empezar en septiembre, con una primera reunión en Madrid.

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