Contrato de alquiler de una habitación: lo que tiene que aparecer para que sea legal

Existen lagunas legales en torno al arrendamiento de un dormitorio, por lo que es recomendable establecer un contrato que proteja a los inquilinos y propietarios

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Qué debe incluir un contrato de habitación
Qué debe incluir un contrato de habitación

Los niveles que están alcanzando el precio de los alquileres están dificultando el acceso a la vivienda de la gente joven y con pocos recursos económicos. Arrendar una habitación se erige como una práctica cada vez más habitual, especialmente en zonas donde los precios del alquiler sufren de costes demasiado elevados y una demanda acreciente. En este sentido, un contrato de alquiler de habitación debe asegurar los derechos y responsabilidades de cada parte, lo que evitará posibles malentendidos y conflictos.

Al alquilar una habitación, el inquilino arrienda un dormitorio del inmueble, recibiendo además derecho al uso compartido de las zonas comunes como el salón, la terraza o la cocina. El contrato de alquiler por habitaciones es una modalidad diferente a un alquiler normal: se realiza por meses, trimestres o cursos académicos en caso de estudiantes. Algunas diferencias con un alquiler al uso son las siguientes:

  • El inquilino no tiene derecho a permanecer en la vivienda más allá de lo establecido en el contrato, lo que otorga al propietario un mayor control sobre la disponibilidad del inmueble.
  • El alquiler de varias habitaciones ofrece al propietario la ventaja de reducir el riesgo de impago y permite sustituir rápidamente a los inquilinos que no paguen la renta. Sin embargo, la mayor rotación de inquilinos puede implicar más trabajo para el arrendador, quien además no cuenta con beneficios fiscales en la tributación de las rentas en el IRPF.
  • Es crucial que el contrato de alquiler de vivienda por habitaciones especifique la finalidad del alquiler y su duración temporal. Al igual que en el alquiler de temporada, el inmueble suele ofrecer los muebles básicos y el arrendador se encarga de los suministros, aunque estos costos pueden ser incluidos en las rentas.

Normativa del alquiler por habitaciones

La reglamentación que rige el alquiler de habitaciones suele estar regulada por el Código Civil, en los artículos 1554 y siguientes. No obstante, esta modalidad podría estar sujeta a la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), aunque no se especifica la existencia de este tipo de arrendamiento. A la hora de redactar un contrato de alquiler por habitaciones no existe contenido obligatorio, pero existen varias formas de proteger los intereses de arrendador y arrendatario:

  • Indicar de manera exacta cuál es la habitación que ocupará el arrendatario para evitar confusiones.
  • Especificar la duración del contrato.
  • El contrato debe incluir el precio del alquiler y la forma de pago con la que el arrendatario abonará las rentas mientras dure el alquiler de la habitación.
  • Es recomendable que se detallen los servicios incluidos en el arrendamiento, como el uso de la cocina o la conexión a internet, entre otros.
  • Se aconseja incluir en el contrato cómo se repartirán los gastos extras en caso de que sea necesario.
  • Debe indicarse si el inquilino puede subarrendar la habitación; si no se menciona nada en el contrato, de acuerdo con el Código Civil, podría hacerlo.

Además, existen diferentes implicaciones a nivel fiscal a la hora de alquilar una habitación, tanto para el arrendador como para el arrendatario, por lo que se deben conocer antes de proceder a la firma del mismo. En el caso del arrendador, este tendrá que declarar a Hacienda el beneficio obtenido por el alquiler de la habitación. No obstante, podrá deducir entre el 50% y el 100% de esta cantidad de acuerdo a la situación de la que se trate:

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