Con el verano, llega el momento de hacer el cambio de armario. Guardamos los abrigos, las chaquetas, los gorros y las bufandas, para hacerles hueco a las camisetas de tirantes, pantalones, vestidos y faldas. Pero, al sacar las prendas, nos damos cuentas de que están llenas de agujeros. ¿A qué se debe esto?
Puede que estos boquetes se deban al desgaste de la tela, a algún enganchón del nos hayamos olvidado de un año para otro o que los haya provocado la lavadora. Sin embargo, seguramente son obra del principal enemigo de los vestidores y armarios: las polillas.
Este insecto, tal y como lo define la Real Academia Española (RAE), es un “gusanillo que se cría en la ropa, la roe y la destruye”. Se desarrolla siguiendo un proceso metamórfico: huevo, larva, capullo y polilla. Es precisamente a las larvas a la que les tenemos que prestar especial atención, ya que, son las encargadas de destrozar la ropa hasta quedarse sólo con los hilos. Pero, es que además de cargarse todas las prendas que están a su alcance, dejan mal olor.
Por qué tenemos polillas en casa
Una infestación de polillas en el armario no siempre se debe a una falta de higiene o limpieza. Estos insectos se sienten atraídos por la luz y en épocas como en verano, cuando dejamos la venta abierta, es más probable que acaben invadiendo los armarios. Otro posible origen de estas infestaciones es la compra de ropa usada o nueva que ya contiene larvas o huevos de polilla.
Algunos de los factores que más ayudan a su aparición son la humedad, el calor y la falta de ventilación. Por ello, es vital airear las prendas y el armario con asiduidad, así como secar muy bien la ropa antes de guardarla y procurar que el lugar donde la dejemos esté seco. El polvo de los roperos también es muy atrayente para estos bichos. Sus componentes: piel muerta, suciedad y materia desprendida de la ropa, son su principal alimento.
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Qué no hay que hacer si tenemos polillas
Es importante evitar rascar las prendas que han sido atacadas por estos insectos, ya que, eso facilita la expansión de las larvas. Lo más recomendable es deshacerse de esa ropa que ya presenta daños visibles para evitar mayores complicaciones.
Con el fin de prevenir la aparición de polillas, es esencial lavar la ropa antes de guardarla en el armario, porque les atrae la suciedad. Mantener una rutina regular de lavado puede evitar que los insectos se reproduzcan.
Cómo ahuyentarlas
Existen múltiples trucos para mantener a las polillas y sus larvas alejadas de la ropa. En el mercado encontramos una variedad de antipolillas para colocar dentro de los armarios o colgando de una barra del perchero. Algunos de estos productos contienen sustancias insecticidas, mientras que otros les espantan por su olor.
No obstante, pese a la efectividad de estos artículos, se recomienda el uso de otros repelentes naturales, porque algunos de estos compuestos químicos pueden resultar nocivos y son un peligro para los niños pequeños. Un remedio tradicional es el uso de lavanda seca, su olor suele repeler a las polillas. Otras especias aromáticas como el laurel, el tomillo, el romero y los clavos de olor también son efectivas. Además, el eucalipto se considera uno de los enemigos más eficaces.
Asimismo, se pueden utilizar pieles de frutas cítricas como limones, naranjas y pomelos para mantenerla a raya. Otra opción es emplear aceite de cedro, que se vende en pulverizadores para facilitar su aplicación.