El pasado sábado se desplazaron tres coches patrullas hacia la calle Venezuela, en el centro de Vigo. El motivo vino dado por una trifulca entre un okupa y el propietario del piso, quien acudió a la vivienda para recriminarle su actitud e insistir en que abandonase inmediatamente el inmueble. Según el dueño, ha creado un narcopiso y está “amargando la vida” de todo el edificio; sin embargo, lo que molestó al okupa fue que le indicó que volvería a pasar por allí de forma asidua para “controlar y defender mi propiedad”.
Tal y como ha explicado La Voz de Galicia, ocurrió en torno a las diez y media de la mañana, cuando los cuerpos de seguridad llegaron al lugar tras la llamada del inquilino. Todo un despliegue que sorprendió a quienes allí se encontraban y que hicieron comentar a los comerciantes de la zona sobre la situación. Según ellos, hace un tiempo que están ocurriendo numerosos robos en las viviendas de la zona. Sin embargo, los policías nacionales tuvieron que abandonar el inmueble sin aportar ninguna solución.
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Los agentes hablaron con ambas partes para conocer lo sucedido y finalmente el dueño tuvo que irse de la propiedad con las manos vacías, ya que le comunicaron que no podían hacer nada hasta que unos tribunales solicitaran el desalojo del okupa a través de una orden de desahucio. Pero al salir del bloque de viviendas, el propietario calificó la situación de “insostenible y delirante”. Además, acusó al joven de tráfico de drogas: “En este piso hay un chico que vende drogas, ha montado un narcopiso y es un okupa. Le dije: ‘Te tienes que ir’ y él llamó a la policía, les dijo que yo estaba molestando”.
“Creyó que lo iban a matar o secuestrar”
E incluso ha narrado la peligrosa acción que ocurrió en el interior del edificio días antes. Explica que unos delincuentes accedieron al narcopiso para cobrarle al okupa una deuda: “Le pusieron unas bridas al joven, que se dedica al menudeo, porque les debía dinero, creyó que lo iban a matar o secuestrar”. El joven comenzó a gritar y un vecino avisó a la policía por el ruido.
Y es que esto ha sido uno de los grandes problemas a los que se ha enfrentado el propietario, ya que ha convivencia con los vecinos es cada vez más insostenible. “Le hace la vida imposible a toda la comunidad de vecinos, han presentado una reclamación y hace poco hubo una intervención policial porque un residente se quejó de los gritos”, ha indicado el casero, según La Voz de Galicia.
Este también ha declarado que el okupa, de unos 30 años, consiguió acceder a la vivienda sin contrato de alquiler, y que lleva “meses y meses” dentro sin pagar, a pesar de compartir piso con tres inquilinos más que son “muy buenas personas”, de los cuales uno es mayor y con un trasplante. El casero ha vuelto ha incidir en que el problema no es el dinero, “sino que él amarga la vida a la comunidad de vecinos”. Y ha recriminado a la policía que “no hace nada”, aunque la justicia “tenga constancia de que en ese piso se trapichea”.
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