El 93,3% de los profesores asegura que los problemas de salud mental se han incrementado en las aulas. Mientras, el 86,1% de las enfermeras escolares consultadas tratan al menos a un alumno o alumna con diagnósticos relacionados con la salud mental y el 50,79% de los padres conocen a algún estudiante que enfrenta este tipo de trastornos. Y a pesar de ello, más de la mitad de los docentes reconoce que en su centro no hay protocolos sobre la salud mental del alumnado. De hecho, tan solo uno de cada cinco colegios cuenta con la figura de la enfermera escolar.
Estas son las principales conclusiones del informe Diagnóstico de la salud mental en las aulas, elaborado conjuntamente por el sindicato de enfermeras SATSE y la Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE). Según el estudio, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad o TDAH (81%), la ansiedad (66,4%) y los intentos autolíticos y/o autolesiones (62,7%) son las principales patologías diagnosticadas entre los menores, seguidos de los trastornos del espectro autista (64,7%), los trastornos del comportamiento (56,9% y de la conducta alimentaria (47,4%).
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Frente a este panorama, los tutores muestran su preocupación. Nueve de cada diez padres ven preciso que se reciba algún tipo de atención en el centro educativo y el 95,5% de los docentes considera necesario que algún profesional sanitario trate la salud de forma regular e integral en los colegios e institutos.
Falta de protocolos e intervención
De los profesores consultados, el 53,30% admite que en sus centros educativos no hay protocolos sobre prevención detección y formación de salud mental en el alumnado. Por su parte, el 43,8% de las enfermeras no cuenta con estrategias o herramientas de prevención, detección y derivación ante posibles trastornos de salud mental entre la población escolar que tiene asignada. Asimismo, un 68,3% de estas profesionales no tiene la posibilidad de realizar una intervención con las familias al respecto y un 56,3% de ellas ni siquiera puede intervenir con el profesorado ante cualquier caso.
“El 51,5% considera que el motivo principal de que haya enfermera/o escolar en el centro es la presencia de algún alumno/a con necesidades de salud especiales o con patologías crónicas, enfermedades raras y/o discapacitantes, lo que evidencia que no se apuesta por la prevención ni por el papel que en ella pueden desempeñar las enfermeras”, afirman los sindicatos en un comunicado.
Tampoco se presta atención a la salud mental de los docentes, pese a que un 40% de ellos sufre ansiedad, según el Barómetro Internacional y del Bienestar del Personal de la Educación. La gran mayoría de estos profesionales educativos aseguran que la Administración no contempla recursos ni programas de apoyo para su salud mental en el lugar de trabajo. Según los profesores encuestados, los factores que más influyen son el exceso de burocracia (80,2%); el exceso de alumnado (70,9%); los problemas de convivencia en las aulas (70,8%); la escasez de recursos (61,3%); la falta de dignificación social (60,3%); el exceso de responsabilidad (55,9%) y el exceso de horario lectivo (33,8%).
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A los profesores también les falta formación en la materia: un 59,9% de ellos no ha realizado ningún curso sobre bienestar emocional y salud mental.
Escasa implantación de la enfermera escolar
Los responsables de ANPE y SATSE lamentan la “escasa y desigual” implantación de la figura de la enfermera escolar, a pesar de su clara necesidad. “La enfermera escolar desempeña un papel importante en la prevención de los problemas de salud mental a través de la identificación de factores de riesgo relacionados con el inicio de conductas lesivas, como el consumo de alcohol, tabaco o drogas, y situaciones como el acoso escolar, la baja autoestima o los problemas de socialización”. Por ello, han reclamado a las administraciones que apuesten por su generalización en el próximo curso académico.
En general, madres, padres y profesores muestran interés por la presencia de estos profesionales en colegios e institutos. Más de 9 de cada 10 profesores cree que es necesario tratar la salud de forma integral (física y mental) de manera regular en el centro educativo por algún profesional. A su vez, el 70,83% de los padres reclama que la atención a la salud mental del alumnado se maneje por parte de personal sanitario que esté presente en el propio centro.