El que fuera guardameta del Real Madrid, Iker Casillas, anunciaba este fin de semana el fallecimiento de su querida abuela Nicasia González. El deportista compartía la noticia a través de sus redes sociales, con varias stories de Instagram.
El exportero, que siempre ha presumido de tener un vínculo muy especial con su abuela, compartía distintas imágenes de Nicasia, que ha sido un pilar fundamental en la vida de Casillas y que le deja un legado de inolvidables recuerdos vividos durante su infancia.
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En una de estas publicaciones, el exportero compartió un emotivo vídeo donde se le ve acariciando la mano de su abuela en el hospital, un gesto lleno de ternura y complicidad. Lo acompañó con una dedicatoria especial a su abuela: “Por todos aquellos ratos y por los bocatas de salchichón. D.E.P. abuela Nica”. Asimismo, hacía pública una imagen, un primer plano de Nicasia, tomado hace unos años, y ha rescatado de su álbum personal un post muy especial del 30 de julio de 2022, en la que aparece ella junto con sus hermanos. “Mi abuela y sus hermanos. Mis tíos-abuelos. ¡Buena comida! ¡Buena tarde! ¡Buen fin de semana a todos!″, era el texto que acompañaba a la fotografía.
Su lazo esencial con Navalacruz
Iker Casillas mantiene un vínculo profundo con Navalacruz, el pueblo de Ávila donde pasó los veranos de su niñez, visitándolo tanto solo como con sus hijos. En 2010, este lazo se destacó cuando fue nombrado hijo predilecto junto a su abuela, mostrando la importancia de su relación familiar.
Nicasia ha sido una personal fundamental para él de la que siempre se ha sentido muy orgulloso. Durante los últimos años, le ha dedicado bonitos mensajes en redes sociales. “¡Vamos, abuela Nica! ¡Ya queda menos para esos mega bocadillos de salchichón con mortadela! ¡Y para darme mis 100 perrillas para chuches!″, son algunas de las notas que hemos podido leer del de Móstoles. Siempre bromeando con los enormes bocatas que le prepara antes de que saliera a jugar al fútbol cuando era pequeño.
El confinamiento por la pandemia del coronavirus fue un momento de obligado distanciamiento entre ambos por las restricciones impuestas. Era el propio Casillas quien confesaba durante la presentación de su documental Colgar las alas que una de las cosas más duras de esta época había sido no poder visitarla. “Sufro cuando no puedo ir a verla. Espero que esto sea algo pasajero y demos con una vacuna. Y poder ir a ver a mi abuela todos los días”, reconocía visiblemente emocionado.
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Una infancia junto a su abuela
Casillas mantiene una conexión profunda con Navalacruz, el lugar donde pasó su niñez y frecuenta cada vez que puede junto a sus hijos, Martín y Lucas, fruto de su relación con Sara Carbonero. Vivió los veranos en este pueblo donde pegaba sus primeras patadas al balón en sus calles. Esta pequeña localidad abulense se puede decir que es un refugio para el exguardameta. No se pierde nunca sus fiestas, las cenas con los amigos y las comidas populares.