Generaciones enteras de españoles se han visto reflejadas en las historias de los vecinos de Desengaño 21, el edificio donde se ambientaba la mítica Aquí no hay quien viva, una serie que refleja a medida la España de los 2000 y a la que se puede acudir para ver cómo hemos cambiado en estos últimos 20 años. El debate en torno al tabaco, que sigue latente, no se quedó fuera. De hecho, los guionistas recogieron la conversación de los españoles de entonces a la perfección.
En ’Érase un vicio’ (episodio 10 de la cuarta temporada), aparece una de las frases de la serie que más eco ha tenido en las redes sociales. A raíz de un incendio por una colilla mal apagada, los vecinos prohíben fumar en el edificio. Los no fumadores deciden que es el momento de desengancharse, pero lo fumadores no están de acuerdo y deciden ocupar la casa del presidente. “Venga, vamos a hacer un esfuerzo entre todos, el fumar se ca a acabar”, dice un Juan Cuesta convencido. “Los cojones”, le contesta Marisa tajante.
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Esa misma Marisa sería la que intentaría dejar de fumar meses después en ‘Érase unos propósitos de Año Nuevo’ (episodio 8 de la quinta temporada), donde la Ley Antitabaco aprobada a finales de 2005 se cuela en la trama de la serie. La Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco prohibía fumar en los centros de trabajo y acababa con los espacios reservados para fumadores que permitía la norma de 1988 en colegios y hospitales. También establecía la prohibición de fumar en los establecimientos de hostelería como bares y restaurantes que no tuvieran una zona habilitada, separada del resto, para los fumadores.
Hospitales y colegios casi sin humo
Sin embargo, la de 2005 no fue la primera norma que empezó a poner barreras al tabaco. La primera piedra la puso el Gobierno de Felipe González en 1988, con el Real Decreto 192/1988, de 4 de marzo, sobre limitaciones en la venta y uso del tabaco para protección de la salud de la población, que prohibió fumar en hospitales, centros educativos, y áreas recreativas como los teatros y cines entre otros sitios, aunque la norma permitía que se pudiesen reservar espacios concretos para fumar en estos lugares. Se acaba dar clase con un cigarro en la mano o pasar consulta con el puro emanando humo desde el cenicero.
Aviones sin humo, aunque no todos
El Real Decreto 510/1992, de 14 de mayo, por el que se regula el etiquetado de los productos del tabaco y se establecen determinadas limitaciones en aeronaves comerciales, seguía la línea de cercar el consumo. Se prohibió fumar en los aviones comerciales cuyo origen y destino estuviera en territorio nacional y cuya duración programada de vuelo fuera inferior a noventa minutos. No fue hasta 1999, cuando se acabo por completo con el humo en los vuelos con origen o destino en España a través de Real Decreto 1293/1999 por el que se modificaban las normas anteriores. También se prohibió en los autobuses urbanos y en los interurbanos, en los que aún sobrevivían plazas reservadas a fumadores
En 2011, llegaba la polémica Ley Antitabaco que fue aprobada a finales de 2010. La norma no convencía a los fumadores que se empezaban a ver desplazados de los lugares de ocio. Se prohibió el tabaco en todos los locales públicos de ocio, en restaurantes, bares, discotecas. Además, quedaba prohibido fumar a las puertas de los hospitales, los parques y los colegios. Se organizaron protestas y manifestaciones encabezadas por los hosteleros, que aseguraban que esta nueva medida acarrearía pérdidas millonarias. Sin embargo, más de una década después la ciudadanía se ha acostumbrado y la norma es aceptada e incluso defendida.
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Plan Antitabaco del Gobierno
Con el fin de reducir la mortalidad, la enfermedad y la discapacidad por tabaquismo, el Consejo de Ministros aprobó el 30 de abril de 2024 el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027 orientado a reducir su consumo y a lograr una generación libre de tabaco en España.
Gran parte de las medidas se materializarán a través de la modificación legislativa que el Gobierno se ha comprometido a llevar a cabo en la presente legislatura y que afectará a la Ley 28/2005 y al Real Decreto 579/2017, normativas básicas en materia de tabaquismo. El plan va a suponer; equiparar la regulación de los cigarrillos electrónicos y los productos relacionados del tabaco (con y sin nicotina) a la regulación del tabaco tradicional; aumentar los espacios libres de humo para proteger el derecho a respirar; y prohibición de los dispositivos de un solo uso relacionados con el tabaco; proponer la incorporación a las prestaciones farmacéuticas del Sistema Nacional de Salud, de medicamentos para el tratamiento de la adicción al tabaco, entre otras.
Marisa no consiguió dejar de fumar. Su hermana Vicenta y Concha la ataron a la cama para que no cayera en la tentación. Emilio se quedó vigilándola y salió espantado. Finalmente, el padre Miguel, a través de una especie de exorcismo, intentó que abandonara el tabaco con poco éxito. Para disgusto de las otras dos “super nenas”, que al entrar a la habitación donde tenía lugar el exorcismo del tabaco, vieron que tanto Marisa, como el padre Miguel, estaban fumando de nuevo. Tal vez, si la escena se repitiese ahora, el final hubiese sido otro, porque 20 años pesan -ahora son miles las personas que intentan dejar el tabaco- pero lo hacen más para unos que para otros.