El principal objetivo al invertir en activos es obtener la mayor rentabilidad posible del capital colocado en ellos, pero no es el único. Hay otra clase de inversiones, las pasionales, que además generan otro tipo de recompensas basadas en la emoción, la satisfacción o el disfrute estético.
Obras de arte, coches clásicos o deportivos, joyas, relojes, diamantes, monedas, bolsos, vino o whisky atraen a inversores de todo el mundo por su belleza, calidad y potencial de revalorización, que en 2023 alcanzó hasta el 11% y que en muchos de estos productos continuará al alza este año, aseguran los analistas, debido a su demanda creciente y sostenida.
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Según el Índice de Inversiones en Bienes Pasionales de Knight Frank, que clasifica cada año el comportamiento de diez de estos activos, el que más se revalorizó el año pasado fue el arte, con un 11%, el único que alcanzó un crecimiento de doble dígito.
Todos estos objetos forman parte de la industria del lujo, que en 2023 creció entre un 8% y un 10% respecto al año anterior, lo que supuso cerca de 1,5 billones de euros a nivel mundial, recoge un estudio elaborado por Bain & Company y Fondazione Altagamma.
El valor del arte
A diferencia de los activos financieros como bonos o acciones, cuyo valor puede verse afectado por la volatilidad de los mercados, las obras de arte aumentan de valor con el paso del tiempo, impulsadas por su importancia histórica, la reputación del artista o la rareza de la pieza, señalan desde la consultora Artvia, especializada en el mercado del arte. Ponen como ejemplo el cuadro In this case de Jean-Michel Basquiat, que fue comprado en 2002 por menos de un millón de dólares y se vendió en 2021 por 93.1 millones, más de 93 veces su valor de compra.
Y es que el arte se ha convertido en un activo refugio debido a que cuando “se produce una recesión económica, las obras de arte que poseen un valor estético, histórico y cultural documentado, se vuelven resistentes a la devaluación, y difícilmente disminuye su demanda, lo que reduce el riesgo de la inversión”, indican desde Artvia. Su valor tampoco se ve afectado por factores como el tipo de cambio, la inflación, la subida o bajada de los tipos de interés o la inestabilidad geopolítica de un país.
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Otro de los activos pasionales que más se revalorizaron el año pasado fueron las joyas, un 8%, seguidas por los relojes, un 5%; las monedas, con el 4%; y los diamantes, un 2%. Los vinos subieron un 1% tras un periodo de corrección de precios.
En la parte baja de la lista se colocaron las botellas de whisky de añadas antiguas, con caídas del 9%, y los coches clásicos, con descensos de algo más del 6% respecto a un año antes. En este caso, hay que tener en cuenta que en 2022 estos vehículos registraron un récord de rendimiento anual del 22%. También el año pasado registraron caídas los bolsos de lujo, un 4%.
Si se tienen en cuenta los últimos 10 años, la inversión en botellas de whisky se han revalorizado un 373%; los coches, un 185%; el vino un 162%; y los relojes, el 147%. Muy por delante de las obras de arte (91%), los bolsos (74%), las joyas (44%) y los diamantes (16%), según la clasificación de la consultora Knight Frank.
Una inversión para minorías
La inversión en estos bienes está indicada para unos pocos, principalmente para aquellos “con gran vocación de diversificar sus carteras, elevado patrimonio, un gran conocimiento de estos activos o, en su defecto, que estén muy bien asesorados por expertos”, indica Javier Cabrera, analista de XTB.
Ello se debe a que esta inversión tiene pros y contras. Entre los primeros destaca el potencial de revalorización a lo largo del tiempo, ya que las colecciones y los artículos exclusivos, “especialmente de diseñadores o artistas reconocidos, han tenido un aumento constante de su valor, lo que posibilita obtener rendimientos significativos a largo plazo”, indican desde Abanca.
Entre sus contras, esta inversión requiere un elevado coste inicial, lo que dificulta el acceso a personas con un capital limitado. Además, se suelen revalorizar con el paso del tipo, por lo que el inversor renuncia a una liquidez inmediata.
A todo ello se suma que, aunque el sector del lujo ha mantenido su crecimiento constante en los últimos años, su valor es subjetivo y, en ocasiones, depende de las tendencias o las modas, por lo que su demanda puede cambiar y afectar al valor de algunas de las inversiones.
También existe el riesgo derivado de adquirir productos falsificados o de baja calidad que se hacen pasar por auténticos. “Especialmente en el arte, las joyas y los productos de moda, la originalidad y procedencia de estos productos deben ser verificadas y garantizadas antes de cualquier inversión”, recomiendan desde Abanca.
Relojes y coches deportivos: una inversión al alza
Entre los activos pasionales, Javier Cabrera apuesta por los relojes, debido a que en los últimos años su revalorización ha subido hasta “igualar e, incluso, superar a muchos índices bursátiles”. Incide en que hay que tener en cuenta que “las subastas de estos artículos cada vez son más fáciles, con páginas especializadas en internet y formas de verificar la autenticidad”.
También se inclina por los coches deportivos, debido a que “son inversiones con potencial. Sobre todo en el caso de las marcas que producen un número de vehículos muy limitado y muy pocas tiradas de ediciones especiales”. Pone como ejemplo el caso de Ferrari, que “tiene modelos que no han perdido valor en el mercado secundario, sino que se han revalorizado”.
Mejor invertir directamente en el activo
A la hora de invertir en ellos, Cabrera recomienda hacerlo directamente en el activo, en vez comprar acciones de la empresas que los fabrican, ya que “si inviertes en empresas concretas puedes beneficiarte algo de la tendencia al alza, pero no experimentarás la rentabilidad que se obtenga fuera de ese mercado”. Hace referencia de nuevo a Ferrari, que “vende su coche de primera mano, pero no se beneficia si este se revaloriza, al menos de manera directa”.
En cuanto a si son una buena opción para invertir en el actual escenario de mercado, el analista de XTB reconoce que ahora “la renta variable tiene muchas más ventajas que la mayoría del resto de activos”. Además, considera que si los activos pasionales se comparan con la Bolsa, esta es “mucho más líquida, más transparente y más accesible, por no hablar de la rentabilidad que genera ahora”.