El consumo de tabaco en España ha dejado de disminuir en los últimos años, y las leyes que lograron una drástica reducción en la primera década del siglo XXI, ya no son suficientes. Por ello, la ministra de Sanidad, Mónica García, ha anunciado que intentará reactivar el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2021-2025, tras pasar dos años guardado en la recámara. Un plan muy ambicioso que propone una serie de medidas como la expansión de los espacios libres de humo, el aumento de los impuestos y el control de los nuevos derivados del tabaco como el vapeo.
En una entrevista el pasado lunes con la Cadena SER, García incidió en que su prioridad es la protección de los menores y de los fumadores pasivos. Y aunque no ha confirmado en si finalmente se prohibirá fumar en las terrazas, sí que resaltó que está en estudio. Según una encuesta de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), se trata de una medida que el 72% de la población apoya, a pesar de la oposición del sector hostelero.
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El año pasado, Cataluña ya intentó sacar adelante una prohibición para fumar en las terrazas, pero la propuesta tuvo que ser retirada debido a la presión de los hosteleros. El consejero de Salud, Manel Balcells, había anticipado que 2023 sería el año para eliminar el humo de estos espacios, pero el plan no se concretó debido a la imposibilidad de contentar tanto a los profesionales de la salud como al sector de la restauración.
El borrador del plan nacional, al que tuvo acceso EL PAÍS, busca “reforzar” la normativa vigente, poniendo énfasis en proteger áreas sensibles como las zonas de juego infantil. Aunque no se menciona explícitamente la prohibición de fumar en terrazas, se sugiere la adopción de medidas similares a las propuestas durante la pandemia, como la prohibición del consumo de tabaco en ciertos lugares. También, se plantea expandir los perímetros libres de humo alrededor de colegios, parques, hospitales y paradas de autobús, además de promover iniciativas de “playas sin humo” y prohibir el tabaco en vehículos privados.
El plan incluye propuestas específicas como el empaquetado genérico del tabaco y la regulación estricta de la publicidad y promoción de productos relacionados con el tabaco. Asimismo, busca mejorar la regulación en la venta y consumo de productos con o sin nicotina, eliminando olores que enmascaran el sabor del tabaco, especialmente en vapeadores.
Un borrador guardado en el cajón
José María Suelves, de la Sociedad Española de Salud Pública, destacó a EL PAÍS que aumentar los impuestos sobre el tabaco y sus derivados es una de las formas más efectivas para reducir el consumo y prevenir que los jóvenes comiencen a fumar: “Es la que se ha demostrado más eficaz, no solo para que los fumadores consuman menos, sino para impedir que los más jóvenes comiencen. Es, además, una estrategia que ayuda a compensar la enorme carga económica que suponen las enfermedades derivadas del tabaquismo”.
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Y aunque el plan tiene buenas intenciones, su aprobación aún está pendiente para el ministerio, y podrían pasar meses antes de que se detallen y modifiquen las leyes necesarias para implementar las nuevas normas. Ya que necesita un acuerdo parlamentario y supone un desafío considerable para tomar antes de finales de 2024.
El borrador fue elaborado bajo la dirección de Carolina Darias, quien dejó el ministerio sin especificar los motivos del retraso. José Manuel Miñones asumió temporalmente el cargo sin avanzar con el plan. Y ahora, Mónica García, ha mostrado su compromiso por impulsar estas medidas, aunque aún está por verse si logrará superar las obstáculos para distanciar a la sociedad del tabaquismo.