Fue el 1 de junio de 2006 cuando ‘La más grande’ falleció a causa de un cáncer de páncreas. La enfermedad apareció en su vida a finales de 2004 y, a pesar de someterse a todos los tratamientos disponibles y viajar repetidamente a Houston, Estados Unidos, no fue posible salvarle la vida.
España quedó huérfana de una de las voces más impresionante del panorama musical. Por su parte, el entorno de la artista, tras la desolación de la pérdida, cambió para siempre. Si bien las numerosas visitas médicas ya habían anticipado la ruptura de la familia de Rocío Jurado, la muerte y posterior apertura de su testamento constató la separación del clan Mohedano. Ya en el documental de Rocío, contar la verdad para seguir viva, Rocío Carrasco, la hija de la cantante, acusó a su familia de haberse unido a la persona que más daño le había hecho tanto a ella como a su madre.
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Rocío Carrasco, sin relación alguna con su familia
Tras la muerte de la cantante, Rocío Carrasco perdió la relación con toda su familia materna, a excepción de su prima Rosario. En un primer momento, dejó de hablarse con Ortega Cano y sus tíos por conflictos relacionados con el reparto de la herencia.
Más adelante, con quien perdió relación fue con sus hermanos, Gloria Camila y José Fernando. “A mis hermanos les quiero mucho pero sigue estando la figura central en mitad de todas las relaciones que yo pueda tener. Entre otras cosas, no tengo relación con mis hermanos por la que tienen ellos con Antonio David. Esa es la razón más importante”, confesaba la propia Rocío Carrasco en el documental de Mediaset.
Más adelante, la hija de la chipionera también rompió la relación con sus tíos Amador y Rosa Benito, esta vez por el posicionamiento que ambos tuvieron durante el divorcio de Rocío Carrasco con Antonio David.
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Cuál es la relación de Rocío Carrasco con sus hijos
Finalmente, la última ruptura fue la más dura para la hija de la Jurado. Se trata de la que tuvo con sus hijos, Rocío y David Flores. El objetivo de proteger a ambos la hizo guardar silencio durante 25 años. El documental Rocío, contar la verdad para seguir viva fue la primera vez que habló de este tema.
En el verano de 2012, Rocío Flores se encontraba en la casa de su madre cuando se produjo un grave enfrentamiento entre ambas, que culminó con la joven presentando una denuncia contra su madre en la Guardia Civil. Desde entonces, la relación entre madre e hija no dejó de deteriorarse debido a la distancia y a otros conflictos mediatizados. Rocío Flores ha mencionado en varias ocasiones a la prensa que la relación con su madre nunca fue buena y que la presencia de Fidel Albiac agravaba la situación.
Tras el mencionado incidente, la Fiscalía de Menores determinó que la joven debía vivir con su padre, quien presentó una demanda en 2013 para reclamar la custodia exclusiva de su hija. El otro hijo de la pareja, David Flores, también decidió irse a vivir con su padre al cumplir la mayoría de edad.