El Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (GIAT) de la Guardia Civil lleva días investigando un posible ciberataque a la base de datos de conductores de la Dirección General de Tráfico (DGT) después de que saltaran las alarmas de que el organismo podría haber sido víctima de ciberdelincuentes.
Desde la DGT han asegurado a EFE que ya se han identificado varios usuarios sospechosos de haber intentado entrar en la base de datos para recabar información, a los que se les ha cortado el acceso, y cuya identidad ha sido puesta en conocimiento de la GIAT.
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No obstante, la investigación aún no ha constatado que los ciberdelicuentes se hayan hecho con los datos del total de conductores registrados en la base de la DGT y que, según ha adelantado El Confidencial, habrían puesto a la venta en un foro especializado en compraventa de información robada en ataques informáticos.
En cualquier caso, el censo de conductores es de 27 millones y no 34 millones como se había publicado, según han informado desde Tráfico. Desde la DGT han reconocido que sufre ciberataques con frecuencia, al igual que ocurre en otros organismos o empresas.
Otros ciberataques
Los ciberataques en España han aumentado considerablemente, afectando a diversas entidades del país. En 2023, el Centro Criptológico Nacional (CCN-CERT) gestionó 107.777 ciberincidentes, según evidencia el Informe Anual de Seguridad Nacional 2023. Además, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) y el ESDF-CERT reportaron 83.517 y 1.480 incidentes respectivamente.
Este incremento de ciberataques no solo se refleja en el número de casos, sino en su complejidad y severidad. Comparado con años anteriores, el aumento es drástico: en 2022 se registraron 55.695 incidentes, cifra que casi se duplicó en 2023 según los datos del CCN-CERT. Estos ataques han comprometido conexiones autorizadas y han resultado en robos masivos de datos personales y ciberespionaje, además de tener objetivos destructivos y manipuladores. Este fenómeno pone en riesgo la seguridad tanto de los organismos como de la ciudadanía.
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El crecimiento de los ataques se atribuye a la mayor dependencia de la sociedad en las tecnologías y la interconectividad. Los atacantes han mejorado sus capacidades técnicas y logísticas, explotando las vulnerabilidades de los sistemas, especialmente en el contexto del teletrabajo. La proliferación del mundo virtual en la vida cotidiana ha ampliado las oportunidades para estos cibercriminales, quienes se aprovechan de la alta dependencia tecnológica.
*Noticia elaborada con información de EFE
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