La demoledora carta de una enfermera del hospital La Paz: “No nos quitéis este gran derecho”

La dirección de recursos humanos del hospital madrileño ha anunciado que a partir de este verano la reducción de jornada se podrá pedir solo por horas, no por días completos

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Un dibujo hecho por un niño que muestra a su familia para reclamar conciliación. (Imagen compartida por M.T.)
Un dibujo hecho por un niño que muestra a su familia para reclamar conciliación. (Imagen compartida por M.T.)

La conciliación familiar, ese gran derecho que brilla por su ausencia en algunas profesiones y en otras solo es posible cuando se permiten las reducciones de jornada. Este es el caso de la enfermería y una demoledora carta de una profesional del hospital de La Paz así lo demuestra. No ha querido dar su nombre, solo sus iniciales -M.T.- una enfermera que lleva dedicándose a este trabajo casi 20 años y que lo define como “el más bonito del mundo”. A la vez, ha tenido la suerte de no verse obligada a dejar de lado la parte de los cuidados, es decir, ha podido criar a sus hijos -cinco nada más y nada menos- y cuidar a sus padres.

Hasta ahora era la flexibilidad laboral lo que ha permitido que M.T. no descuidara ni su carrera profesional ni su familia. La situación ahora cambia. La dirección de recursos humanos del hospital madrileño ha anunciado que a partir de este verano la reducción de jornada se podrá pedir solo por horas, no por días completos. El próximo 6 de junio habrá una concentración para reclamar la conciliación en el propio centro hospitalario. Sin esta opción, muchos médicos, enfermeros, auxiliares y administrativos se verán obligados a tomar una decisión que puede afectar tanto a sus familias como a su empleo.

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Bajo el título de Las reducciones de jornada no se tocan, esta enfermera ha narrado su historia. Cuenta que forma parte desde el servicio de Urgencias del hospital desde que terminó la carrera y comenzó a trabajar en 2025, siempre “de contrato en contrato”. Desde 2007 trabaja en la planta de Neurología y fue en 2011 cuando dio a luz a su primer hijo, Pablo, y en 2013 tuvo una niña, Candela.

El Hospital Universitario de La Paz, en Madrid, acumula ya un mes de retraso en el diagnóstico de pruebas clave. En general, la Comunidad de Madrid es una de las regiones que menos sustituciones cubre por vacaciones en verano, lo que se traduce en un peor servicio en la sanidad pública.

“Para verano del 2014, solicité mi primera reducción de jornada, ya que los veranos sin colegios ni escuelas hacen difícil la conciliación y, además, porque me apetecía disfrutar de mis hijos. En 2015 nace, en octubre, mi tercer hijo, David; y para verano del 2016 vuelvo a solicitar la reducción de jornada, pero esta vez no se quedaría solo en la temporada de verano, sino que continuaría con ella el resto de tiempo, ya que para mí, mi principal profesión es ser madre, pero mi vocación de enfermera es enorme, y gracias a la reducción de jornada con días completos he podido conciliar las dos cosas. En 2018, en marzo, tengo a mi cuarto hijo, Santiago”, cuenta.

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Cinco hijos y padres dependientes

En noviembre de ese mismo año, su madre, de 63 años, sufre una hemorragia cerebral, quedándose totalmente dependiente. A su vez, tenía que lidiar con la enfermedad neurodegenerativa de su padre. “Evolucionaba cada vez más rápido, tuvimos que incapacitar a mi madre, siendo yo la tutora”, explica M.T. Y después llegó la pandemia de coronavirus en 2020. “Solicité el aumento de jornada a jornada completa, ya que era un momento donde se nos necesitaba al 100%, pero en verano volví a mi reducción del 50% para continuar disfrutando de los míos”, afirma. Posteriormente, en 2023, tuvo una quinta hija, Isabel, y falleció su padre.

“Esta es mi historia, y no es para dar pena, porque no es lo que yo siento, ya que en cada proceso que he vivido he podido disfrutar de muchos momentos buenísimos y he podido vivir todo esto, y lo sigo haciendo, trabajando, gracias a la reducción de jornada, que me permite ser madre y poder estar con mi familia, y seguir trabajando de lo que más me puede gustar en el mundo, de enfermera. Con esta carta solo quiero pedir que por favor no nos quitéis este gran derecho que nos da la oportunidad de ser madre/padres y seguir ejerciendo nuestra vocación”, concluye.

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