Incredulidad, emoción y voces quebradas. Muchos nervios. Las bolsas transparentes con pósteres, camisetas, sudaderas y hasta cantimploras visten los aledaños de un Santiago Bernabéu que, este miércoles y jueves, mutará de mojo dojo casa house a apartamento de la Barbie pop. París, Estocolmo, Lisboa y, por fin, Madrid. Taylor Swift regresa a España trece años después de su último concierto, enmarcado bajo la gira Speak Now World Tour. Por aquel entonces, los rizos y la inocencia marcaban una carrera musical que comenzaba a despuntar fuera de Estados Unidos. Desde 2011, sin embargo, muchas cosas han cambiado. De promesa del country a potencia mundial, Swift es la artista del momento. Lleva siéndolo más meses de los que muchos quieren admitir. Todos quieren una entrada para The Eras Tour, pero sólo 130.000 seguidores podrán disfrutar de su maestría sonora y lírica en el ‘nuevo’ templo blanco.
Los puestos oficiales del merchandising de la artista abrían sus puertas este martes, una suerte de previa y de termómetro para testar el ambiente de cara a la anticipada doble cita de la cantante estadounidense en la capital. “Soy una montaña rusa de emociones”, dice Nereida a Infobae España. Viene desde Alicante y lleva el mismo vestido que Taylor Swift en el videoclip de Karma, una de sus canciones de Midnights. Ir acorde con la temática es un requisito indispensable para ver a la artista de tu vida. Cuando vino a España “era una cría, tenía 12 años” y no podía permitirse viajar desde la Comunidad Valenciana hasta la capital.
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La taquicardia generalizada se palpa en el ambiente... y en el estadio, que alberga en su interior uno de los puntos donde los swifties podrán adquirir los productos oficiales de la mastodóntica gira. Los trabajadores desconocen cuántas personas han pasado por el Bernabéu para deslizar su tarjeta. El ritmo es frenético. Subir las escaleras, decidir rápido el color de la camiseta que se va a adquirir y repetir. Los más atrevidos se deciden por las sudaderas, al módico precio de 75 y 80 euros, casi tanto como algunas de las entradas disponibles. Así desde las 10:00 horas de la mañana. El caos reina en un espacio que conjuga a la cantante con las compras asociadas al Real Madrid, un antagonismo que dilucida las dos colas que se forman en la Avenida Concha Espina.
A la alicantina, visiblemente emocionada por todo lo que rodea al show que podrá vivir en primera persona este miércoles, le ha resultado “nefasta” la cobertura que se ha hecho de The Eras Tour en España. “Lo que me ha parecido horrible es que en todos los sitios, allá donde ha ido, la han recibido súper bien. Aquí no han puesto ni un cartel de mierda, ya ves tú lo que costaba”, dice Nereida indignada. También hay unanimidad entre los swifties en todo lo relativo a las quejas por ruido de los vecinos de la zona. “El Bernabéu lleva aquí más años que los edificios, que no lloren tanto”, declara. 80 años, para ser más exactos. Comenzó a construirse en el 1944 y se inauguró tres años después. “Cuando podían ganar dinero con los partidos no se quejaban tanto”, alega Francisco, amigo de Nereida, en su primera intervención.
Para un altísimo porcentaje de los asistentes a The Eras Tour es su primera vez viendo a Taylor Swift en directo. De todas las edades y tipos, los swifties se presentan como una masa ecléctica y para nada uniforme. Al fin y al cabo, es una de las artistas más escuchadas del mundo. Para Aitana y Laura, de 14 años, la estadounidense no sólo es su artista favorita, también una “inspiración”: “Que haya conseguido tanto éxito a su edad es un logro”, afirman a este medio. Noelia y Raquel, amigas, asistirán al concierto del jueves y admiten estar “muy nerviosas”, sobre todo por las surprise songs, la parte acústica del espectáculo en la que Taylor interpreta varios temas de su discografía que no forman parte del grueso del show. “Quiero que cante Tolerate It”, dice Raquel. “Las mías ya las ha cantado, en Lisboa se pasó”, responde Noelia sobre los temas que la estadounidense interpretó en sus conciertos del 24 y 25 de mayo en el Estádio da Luz.
Comprar las entradas para la doble cita de la intérprete en Madrid no fue tarea fácil. “Yo las conseguí en clase, estaba con el móvil”, dice una joven después de adquirir media tienda. “Yo casi no las consigo, estuve en la cola siete horas y, al final, me las compró una amiga”, admite otra. “Valía mucho, pero le dije que me daba igual, que la pagaba”, apostilla. Son cuatro amigas, todas menores, y el brillo en sus ojos delata la ilusión que les produce ver a una artista que comenzó a despuntar en la industria cuando ellas eran apenas bebés. El precio tampoco ha sido un hándicap para las seguidoras de Taylor Swift. El ambiente denota un sentimiento de oportunidad única. Quizá haya que volver esperar más de una década para volver a verla en Madrid.
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Catorce horas de viaje para ver a Taylor Swift
The Eras Tour se presenta, no sólo como la gira más importante de Taylor Swift hasta la fecha, también como una oportunidad única para acercarse a la extensa discografía de la cantante. “Estamos ansiosas, es lo único de lo que hablamos, no voy a poder dormir esta noche”, dice una swiftie que ha viajado desde Chile única y exclusivamente para asistir al concierto en el Santiago Bernabéu. “Yo alargué mi eurotrip para venir”, relata otra seguidora que ya pudo ver a Swift en uno de sus conciertos de la gira en Argentina. “Es que ahora que sacó The Tortured Poets Department va a ser completamente distinto, estoy muy emocionada por las nuevas canciones”, añade.
Wendy, por su parte, ha viajado 14 horas para ver a la todopoderosa cantante. De Guatemala a El Salvador y de El Salvador a Madrid. Se ha presentado en el Santiago Bernabéu con las maletas, recién aterrizada de Barajas, para comprar el merchandising de la artista en el estadio blanco. “La verdad es que vale la pena”, dice sobre la emoción y los nervios de haber tenido que gestionar un viaje tan extenuante. La guatemalteca sigue los pasos de la estadounidense desde que tenía 12 años. Ahora, con 24, no se puede creer que vaya a ver a la artista que la ha acompañado durante su adolescencia. “Es impresionante”, dice emocionada. “Sufrí por conseguir la entrada y el famoso código, metí a toda mi familia y mis amigos, fue un caos total”, indica con la tranquilidad posterior al “caos”.
Wendy no ha sido la única que ha cruzado el Atlántico para escuchar Cruel Summer o All Too Well en directo. “En el vuelo venía mucha más gente que también ha viajado para ver a Taylor”, explica a Infobae España. El furor por la gira europea de la cantante ha sido masivo. No en vano, un 25 por ciento de las entradas vendidas para los cuatro espectáculos que Swift dio en París fueron compradas por ciudadanos estadounidenses. “Creo que es una oportunidad única, siento que no es real, no me puedo creer que tenga entradas”, afirma Nuria, que ha viajado desde Alemania para “visitar a mi familia” y para ver a su artista predilecta. Aunque también acudirá a una de las fechas de The Eras Tour en su país, ha aprovechado para matar dos pájaros de un tiro. Compromisos genealógicos y groupies. La artista con más músculo de la industria se prepara para asaltar un estadio reconvertido en sala de conciertos. Madrid recibe al todoterreno musical llamado Taylor.
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