Cómo ganar 30 céntimos por tu aceite de cocina usado

Se estima que España genera cada año unos 150 millones de litros de aceite vegetal usado. Este residuo es altamente contaminante y puede suponer grandes problemas en la red de saneamiento público, según explica el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Los aceites usados se consideran residuos peligrosos, de conformidad con lo establecido en la Decisión 2014/955/UE, de 18 de diciembre de 2014. Desechar los aceites de cocina usados por el fregadero o el inodoro puede atascar las tuberías y dificultar los procesos de depuración de aguas residuales. La cifra empleada en la eliminación de obstrucciones procedentes del vertido de aceites y grasas por los desagües asciende a más de 90 millones de euros al año solo en Europa. Además, el aceite puede formar una película superficial en aguas naturales (en ríos, lagos, etc.), lo que afecta al intercambio de oxígeno y perjudica a los seres vivos de los ecosistemas.

Te puede interesar: Este es el precio de la gasolina en Madrid, Barcelona y otras ciudades

Estos efectos adversos pueden darse sin importar lo mínima que sea la cantidad mal gestionada. Se calcula que un solo litro de aceite puede contaminar mil litros de agua. Por ello, las instituciones nacionales y europeas animan a reciclar este material.

Así, se han ido instalando una serie de contenedores especiales en las ciudades españolas que faciliten esta buena práctica. Existen también puntos limpios en la mayoría de ciudades. Para reciclarlo, es necesario depositar el aceite usado en botellas de plástico vacías u otros recipientes, pero siempre cuando esté frío.

El aceite de cocina usado puede tener una segunda vida: se utiliza para fabricar surfactantes —base de numerosos productos de uso cotidiano, como detergentes, cremas cosméticas, pinturas o barnices—, así como velas o fertilizantes, entre otros. Asimismo, actualmente hay empresas que lo utilizan para fabricar combustibles renovables, que permiten aprovechar al máximo este recurso, principalmente biodiésel.

El biodiésel es un combustible renovable cuyas emisiones de CO2, SO2 y CO son significativamente menores en comparación con otros carburantes, según informó la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos. La institución estima que la reducción de emisiones de CO2 se sitúa entre el 57 % y el 86 % respecto a los combustibles fósiles.

Te puede interesar: Greenpeace pide al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que obligue a cambiar la clasificación de El Algarrobico

Además, el biodiésel no contiene azufre, lo que previene la liberación de este gas a la atmósfera. Esto lo hace un combustible más limpio y menos nocivo para el medio ambiente. Otra ventaja es su capacidad de ser utilizado en motores diésel convencionales sin necesidad de realizar modificaciones, facilitando su adopción y su integración en la actual infraestructura automotriz.

Por ello, compañías como Repsol han comenzado a recogerlo en más de 450 estaciones de servicio de la Comunidad de Madrid, Galicia y Castilla-La Mancha. Ofrecen a aquellos que se acerquen treinta céntimos de saldo por cada litro de aceite.

Para poder acceder a esta recompensa, habrá que acercarse a una estación de servicio de Repsol. El aceite debe transportarse en botellas de plástico transparente de hasta cinco litros, siempre cerradas con un tapón. El aceite se entrega después al vendedor de la estación.

Una vez cumplimentados estos pasos, se empezará el proceso de transformación para convertirlo en combustible. Por cada litro que se lleve a las estaciones de servicio, Repsol dará 30 céntimos de saldo en Waylet, una aplicación gratuita de pago de la misma compañía.