“Dañaremos a quien nos dañe”. Esa fue la advertencia lanzada por el Gobierno israelí en la víspera de que España -junto a Noruega e Irlanda- reconociera este martes al Estado de Palestina. A pesar de que, por el momento, la reacción de Israel a la decisión tomada por el gobierno de Pedro Sánchez ha sido sobre todo retórica y no se ha traducido en acciones concretas, una de las medidas que podría realizar el Ejecutivo de Netanyahu como represalia está vinculada a importantes proyectos armamentísticos de las Fuerzas Armadas españolas, en los que el departamento que lidera Margarita Robles ha invertido la nada despreciable suma de 1.225 millones de euros.
Aunque la Moncloa ha frenado el suministro de armas con destino a Israel, España continúa siendo un importante cliente de la industria militar de este país de Oriente Medio, al punto que algunos de los mayores programas de modernización del Ministerio de Defensa dependen de tecnología desarrollada por la industria israelí. De esta manera, el Estado hebreo tiene la potestad, llegado el caso, de prohibir el uso de la misma en estos proyectos españoles ya en desarrollo.
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Si finalmente Israel escogiera el ámbito de la defensa para llevar a cabo su venganza, el Ejército de Tierra sería el más perjudicado: de los cuatro programas relacionados con la industria militar israelí, tres tienen como beneficiario a la fuerza terrestre. De esta manera, el Ejército vería naufragar la adquisición de nuevos sistemas lanzacohetes, capaces de destruir objetivos a 300 kilómetros de distancia; 1.600 misiles antitanque; y modernas radios de comunicación, tanto para sus carros de combate Leopard como para sus vehículos de infantería Pizarro.
No obstante, los riesgos de que estas compras no llegaran a materializarse no provienen únicamente de Israel. Desde la formación de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, presionan desde hace semanas a su socio de Gobierno para romper relaciones diplomáticas con Israel, lo que pondría en serio peligro los proyectos armamentísticos mencionados. El PSOE y Sumar siempre han chocado en cuanto a la política de Defensa, y los de Díaz se han mostrado en más de una ocasión reacios al incremento del gasto militar, en especial si el dinero termina en manos israelíes. El último encontronazo entre los socios del Gobierno respecto a este tema ha tenido lugar este mismo martes, después de que la ministra de Trabajo acusara a los socialistas de deslealtad por no haber sido informadas de los detalles del acuerdo firmado ayer con Ucrania.
Un nuevo lanzacohetes
En diciembre de 2023, Defensa encargó a las empresas españolas Escribano y Expal -propiedad esta última de la alemana Rheinmetall- el desarrollo de un nuevo sistema lanzacohetes para el Ejército. El proyecto, denominado Silam, cuenta con un presupuesto de 697,5 millones de euros. La propuesta que presentaron las dos firmas se basa en el sistema israelí Puls, fabricado por la compañía Elbit Systems, montado en un camión 8x8. El plan que las firmas presentaron a Defensa implica la fabricación por parte de Escribano de la mecánica, hidráulica y electrónica del lanzador; mientras que Expal será responsable del desarrollo de los cohetes.
El Puls, ya en uso en países europeos como Dinamarca y Países Bajos, es un lanzador multipropósito que cuenta con dos pods, cada uno diseñado para un tipo de cohete específico: el Accular de 122 mm (18 cohetes) con un alcance de hasta 35 km, el Accular 160 mm (10) con un alcance de hasta 40 km, el Extra (4) con un alcance de hasta 150 km y el Predator Hawk (2) con un alcance de hasta 300 km. Entre los planes del Ministerio figuran también la compra 685 cohetes, radares multifunción y drones tácticos para localizar e identificar los objetivos.
285 millones en misiles
Días antes de que estallara la guerra en Gaza, el Consejo de Ministros dio luz verde a un presupuesto de 285 millones de euros para la compra de hasta 1.600 misiles antitanque Spike LR2 que serán repartidas entre el Ejército de Tierra y la Infantería de Marina. Si bien este armamento es un diseño de la compañía israelí Rafael, el mismo será fabricado, transferencia de tecnología mediante, en España por un grupo de empresas locales liderado por Pap Tecnos, filial del fabricante original. El resto de las firmas que estarán involucradas en el desarrollo de los misiles son Escribano, Tecnobit, FMG y Expal. El plan industrial presentado por el consorcio prevé generar 1.100 puestos de trabajo en seis provincias.
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El Spike LR2 es un misil de 5ª generación y capaz de, lanzado desde tierra, atacar blancos a una distancia de 5,5 kilómetros, un 35% superior a la de su versión previa, que puede extenderse hasta los ocho kilómetros si se dispara desde un helicóptero. Para aumentar la letalidad, el misil presenta dos configuraciones exclusivas de ojivas avanzadas y de gran potencia, que incrementa la capacidad de penetración del blindaje en más de un 30%.
Radios y equipos para los Eurofighter
Otro de los proyectos que podrían ser víctima de las posibles represalias de Israel son las nuevas radios E-Lynx, que el Ejército ya ha comenzado a instalar en sus tanques Leopard y los vehículos de combate de infantería Pizarro de la Brigada Guadarrama XII, unidad en la que se está probando este nuevo material. Las E-Lynx, en las que el Gobierno ha invertido 36 millones de euros, están siendo suministras por Telefónica y Aicox, firmas que han suscrito una alianza industrial con la ya mencionada Elbit Systems, fabricante original de las radios.
El Ejército del Aire y del Espacio es la otra fuerza atada a la industria israelí, en un importante proyecto relacionado con sus aviones de combate. En este caso, Defensa ha contratado directamente con la empresa Rafael el suministro, por valor de 207 millones de euros, de pods de designación láser para los 45 nuevos cazas Eurofighter encargados a la empresa Airbus. Estos pods mejorarán, si Netanyahu lo permite, las capacidades de combate de las aeronaves españolas.