Taylor Swift es, sin duda, el fenómeno global del momento. Resulta casi imposible que haya una sola persona alrededor del globo que no haya escuchado hablar sobre ella. Es la intérprete femenina con más álbumes número uno de la historia, su patrimonio asciende a 1.100 millones de dólares y la revista Time la nombró el pasado diciembre Persona del Año.
Su fama cruza los mares, ¿pero, cómo ha llegado tan lejos? Está claro que la cantautora ha entendido la idea de Taylor Swift como un negocio mejor que nadie y que es una gran compositora, basta con mirar su trayectoria repleta de triunfos. El clan Swift tiene un don para el éxito. La artista para los escenarios, como en su día lo tuvo su abuela. Sus padres, en cambio, para los negocios. Fue la combinación del ingenio de padres e hija lo que catapultó a Taylor a lo más alto del panorama musical.
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Scott y Andrea Swift: los padrinos del fenómeno swiftie
Mucho antes de que se convirtiera en una superestrella ganadora de Grammys y en la artista mejor pagada del mundo, los padres de la cantante de Blank Space la escuchaban cantar en el karaoke y la llevaban a conciertos locales cerca de Wyomissing, Pensilvania, su ciudad natal. “Siempre estaba cantando cuando tenía 3,5,6,7 años. Era Taylor haciendo lo que le gusta”, confesaba su padre Scott Swift en 2009 en una entrevista del periódico de la Universidad de Delaware.
Scott y Andrea Swift han sido los mayores fans de su hija desde que nació, alimentando su talento y pasión desde una edad temprana, al mismo tiempo, que intentaban que no se sintiera presionada por la fama. Gracias a sus habilidades empresariales, se han convertido en los padrinos del fenómeno global que es ahora Taylor Swift.
Scott Swift, supervisor financiero
Sus antecedentes financieros, como corredor de bolsa de uno de los bancos de inversión más importantes de Wall Street, Merrill Lynch, y ese talento para los números, formaron el tándem perfecto para coger las riendas de los aspectos económicos de la trayectoria musical de su hija.
La base financiera de la familia, permitió que se pudieran mudar a Nashville, Tennessee, cuando Taylor quiso perseguir su sueño de ser cantante de country. Un aspecto curioso es que fue esa mentalidad para los negocios que tiene el matrimonio, lo que influyó a la hora de elegir el nombre de la artista. En una conversación con el equipo de Rolling Stone, la propia intérprete lo contaba: “Mi madre pensó que era genial, que si te daban una tarjeta en la que aparecía ‘Taylor’ no supieras si era un chico o una chica”. Añadió que sus padres pensaban que un nombre andrógino podría llegar a reducir cualquier posible discriminación en el mundo corporativo. “Querían que fuera una persona de negocios en un mundo de negocios”, comentó.
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Andrea Swift, directora creativa
Andrea Swift fue directora de marketing en una agencia de publicidad, una trayectoria que le dotó de conocimientos para después promocionar la carrera musical de su hija, desempeñó un papel crucial en sus primeros pasos como artista.
Ambas tienen una relación muy estrecha y es algo que Taylor ha mostrado en numerosas ocasiones. La estrella del pop, tal y como apunta la revista People, dejó entrever por primera vez esta conexión tan especial que tienen en 2008 con el lanzamiento de la canción The Best Day, que hace referencia a sus dulces recuerdos.
En Lover, Taylor se abrió con sus fans sobre el trauma emocional de navegar por el diagnóstico de cáncer de su madre en Soon You´ll Get Better, cantando: “Y odio hacer que todo esto sea sobre mí / Pero, ¿con quién se supone que debo hablar? ¿Qué se supone que debo hacer? Si no estás tú”.
Gracias al apoyo familiar y su talento, Taylor Swift se convirtió en la artista más joven en firmar un contrato bajo el ala de Sony/ATV Music Publishing House, con tan sólo 14 años.