La Fiscalía desmiente que los detenidos por el asesinato en Algorta de un joven de 24 años sean menas

“Detrás de este acrónimo se esconde la realidad de miles de chicos y chicas que se ven forzados a abandonar sus hogares huyendo de situaciones de pobreza”, denuncian desde Amnistía Internacional en contra de utilizar el término mena

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Agentes de la Ertzaintza durante una intervención (Ertzaintza)
Agentes de la Ertzaintza durante una intervención (Ertzaintza)

Este sábado un joven de 24 años era asesinado en Getxo, Bizkaia. Se encontraba en un cumpleaños de una amiga cuando tras un enfrentamiento previo acabó siendo apuñalado por un grupo de cinco personas. Los servicios sanitarios acudieron al lugar y tras trasladarle al hospital de Cruces, en Barakaldo, acabó falleciendo.

Nada más hacerse público el suceso las redes sociales, como Twitter y Facebook, se llenaron de publicaciones en las que se aseguraba que cinco “menas magrebíes” habían asesinado a un joven “español” tras asestarle varias puñaladas. Una teoría totalmente falsa, que ahora ha sido desmentida por el propio Ministerio Público.

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La Agencia EFE, mediante una consulta al Fiscalía de Menores de Bizkaia, ha dado a conocer los hechos que hasta el momento se conocen. Tras el crimen, la Ertzainza, junto con la policía de la localidad, si detuvo a cinco menores de edad como presuntos autores, pero ninguno de ellos son menores extranjeros no acompañados. Por otra parte, indican que el joven, aunque si lleva desde los nueve meses viviendo en España, es de origen colombiano.

Desde la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Getxo han expresado este lunes “su profundo pesar” y “rotunda condena”, y ha pedido que no se utilice este hecho “como pretexto para fomentar la xenofobia, el racismo y el odio”. “No debe utilizarse como pretexto para fomentar el odio, la xenofobia, el racismo o cualquier forma de discriminación, porque Getxo es una ciudad diversa y multicultural. La convivencia pacífica y el respeto mutuo son pilares de nuestra comunidad, y no permitiremos que la intolerancia los ponga en peligro”, han subrayado.

Un término que busca estigmatizar y criminalizar

El término mena apareció por primera vez en el BOE en el año 2009, para referirse de una manera abreviada a los los menores extranjeros no acompañados que llegan al país. Una palabra totalmente neutra, pero que con el tiempo, y gracias al trabajo de medios y partidos de ultraderecha, ha acabado estigmatizando a estos jóvenes.

El momento en el que este término estuvo más presente fue durante la campaña a las elecciones a la Comunidad de Madrid de 2021. Vox presentó un cartel electoral en el que señalaba falsamente que “un mena” cuesta 4.700 euros al mes, mientras que “tu abuela” recibe “426 euros de pensión”. Un asunto que tuvo que ser investigado por la Fiscalía, y aunque la justicia avaló su uso, el daño hacía este colectivo concreto ya estaba hecho.

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Son ya muchas las ONG que están trabajando para acabar con este término. Desde Save the Children relatan que “nos enfrentamos cada vez con más frecuencia al estigma y a la criminalización que sufren los menores migrantes no acompañados. Es cierto que la palabra MENA ‘cosifica’ y ‘deshumaniza’, porque ya está cargada de negatividad y contribuye a que la gente olvide la continua vulneración de sus derechos por parte de las administraciones públicas”.

“Utilizando MENA no estamos viendo las cosas como son, y se utiliza un término que intenta aislar. Pero, a la vez, no es suficiente centrarnos en la terminología. Es fundamental conocer su realidad y ver las propuestas y respuestas que podemos dar como sociedad a estos niños y niñas tan vulnerables”, añaden.

En esta misma línea, Amnistía Internacional denuncia que “detrás de este acrónimo se esconde la realidad de miles de chicos y chicas que se ven forzados a abandonar sus hogares huyendo de situaciones de pobreza, conflictos armados y graves vulneraciones de los derechos humanos. A pesar de su corta edad, recorren las mismas rutas migratorias que las personas adultas y se enfrentan a múltiples violaciones de sus derechos en travesías que, en algunos casos, pueden durar meses e incluso años”.

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