“La isla me echa”. Es la afirmación de Sonia, enfermera del servicio de Urgencias del Hospital Can Misses, ante las cámaras de los informativos de Tele5. La joven, residente en Ibiza, fue uno de los rostros con los que la cadena, aprovechando la concentración en contra de la masificación turística, dio voz al problema de la vivienda en la isla por la saturación que ha provocado un turismo descontrolado.
Sonia no puede contener las lágrimas mientras explica su realidad: se marcha de Ibiza porque no puede asumir el coste de tener un hogar. Cambia Ibiza por Ciudad Real, una decisión que no ha tenido más remedio que tomar, según explica la enfermera, que cobra 1.800 euros al mes en 14 pagas, según detallan en el informativo. “Mi madre vive aquí, mis amigas viven aquí, ¿qué hago?”, clama la sanitaria. En las imágenes de recurso, se la ve caminando por el exterior del servicio de Urgencias y, en una imagen fija, en pleno trabajo con un paciente. “No querer irte y tener que irte...”, comenta justo antes de que se le rompa la voz.
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No es el único caso de sanitarios obligados a marcharse de la isla por la imposibilidad de asumir los precios o de tener una estabilidad, ya que la situación les obliga a cambiar constantemente de piso. Pero no son los únicos. A muchos vecinos de a isla no les queda otra que malvivir en caravanas porque no pueden asumir el precio de la vivienda.
La isla se vuelve contra el turismo de masas
Alrededor de un millar de personas participaron en la concentración del pasado viernes contra la masificación y la saturación turística convocada frente a la sede del Consell insular. El portavoz de la plataforma ciudadana PROU, organizadora de la concentración, Gabriel Machancoses, ha señalado que el objetivo es “reivindicar hasta recuperar la calidad de vida de la sociedad ibicenca”.
Bajo el lema ‘Eivissa no pot més’ (Ibiza no puede más), los asistentes exigieron “medidas urgentes de decrecimiento” con el fin de empezar “a recuperar una isla donde todos podamos convivir, incluyendo a los visitantes que quieran disfrutar de nuestra tierra”. Con gritos de ‘Ja n’hi ha prou’, ‘No volem una illa de ciment’ o ‘Eivissa no se alquila’, los manifestantes obligaron a cortar el tráfico de un tramo de la Avenida España, frente a la sede institucional, durante una hora.
Machancoses se reunió momentos antes de la manifestación con el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, para entregar una carta con sus reivindicaciones. Entre las peticiones, además de reclamar la regulación y limitación de la entrada de vehículos, solicitan aplicar una “política de no promoción” de la isla como destino turístico. “Ibiza ya tiene una larga inercia y hacer un gasto con dinero público para promocionarnos como destino puede agravar la precariedad de la calidad de vida de los ibicencos”, señalan.
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En la misiva, PROU también hace referencia a la necesidad de mantener la moratoria turística para “evitar que en todos los ámbitos se continúe creciendo”, además de señalar como “imprescindible” el hecho de “añadir políticas que estén encaminadas a decrecer en el número de plazas totales”. Así, reclaman impedir la reconversión o actualización de plazas, evitando que fondos de inversión activen infraestructuras que ya están inoperativas.
En relación al alquiler turístico ilegal, instan a aplicar un “control efectivo” con una dotación de recursos humanos y económicos y de coordinación con otras instituciones. De hecho, instan a “redoblar” los esfuerzos. En este punto, aunque reconocen que se está “en el camino correcto”, inciden en que no es solo cuestión de “destino sino también de tiempo”, y añaden: “Solo hemos empezado a caminar y ya llegamos tarde”.