Ni Francia ha enviado tropas a suelo ucraniano, ni Ucrania ha vendido armamento a Hamás. Tampoco es cierto que una supuesta ex observadora de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) haya demostrado que exista una red de tráfico de órganos infantiles en ese país del este de Europa.
EFEverifica -la unidad de verificación de datos de la Agencia EFE- publicó este jueves un largo listado de bulos y desinformaciones que han circulado en redes sociales, como Facebook y X, desde el inicio de la guerra de Ucrania y sin ningún tipo de filtro. El objetivo es claro: minar a la opinión ciudadana para que deje de apoyar a Ucrania.
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Ahora, cuando acaba de comenzar la campaña electoral para las elecciones europeas, España se prepara de nuevo para una nueva oleada de desinformación y ciberataques procedentes de Rusia.
No será la primera vez. España ya fue blanco de los ciberataques y el envío masivo de bulos generados por operadores anónimos de origen ruso en las elecciones generales de 2023. Las autoridades alertaron de que en las horas previas a las urnas se produjo una oleada de peticiones de información -cerca de 600.000- que colapsaron la web del Ministerio del Interior.
Otro caso ocurrió justo antes del cierre de los colegios electorales, cuando comenzaron a circular bulos que alertaban de una manipulación en el conteo de los votos.
Por ello, de cara a estos comicios europeos, Interior, en colaboración con el ministerio de Defensa y el ministerio de Transición Energética, ha activado la Red de Coordinación para la Seguridad en Procesos Electorales. La fase de alerta, según ha declarado el titular de Interior Fernando Grande-Marlaska, abarcará toda la campaña electoral, desde las 00:00 horas del viernes 24 de mayo hasta las 20:00 horas del viernes 7 de junio. Los expertos en ciberseguridad coinciden en que la fase crítica se sitúa en las 72 horas previas a las votaciones.
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“Esta guerra no se libra solo en el campo de batalla por los soldados, sino en el espacio comunicativo, intentando ganar las mentes y corazones de la gente”, alertó el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, sobre el continuo bombardeo de desinformación promovido por Rusia.
La ‘operación Matrioska’
EFE denunció también verse afectada por una campaña masiva de ataques hacia los medios verificadores. Bajo el nombre Operación Matrioska -en relación a las muñecas tradicionales rusas- u Operación Overload, centenares de medios, entre los que también se cuentan corporaciones como la BBC británica, el medio británico The Guardian o la CNN estadounidense, se han visto afectados desde hace meses por una sobrecarga de información.
Según adelantaron en la publicación, miles de cuentas de la red social X y de correos electrónicos son utilizados para preguntar sobre la veracidad de diferentes contenidos. El problema real llega cuando este envío de solicitudes es tan masivo que colapsa el servicio de verificación, desviando la atención de los medios consultados y haciéndoles malgastar su tiempo además de sus recursos en investigaciones absurdas.
Las preguntas -que suelen comenzar con un “Hola, ¿puedes comprobar esto...?”- tenían como supuesta intención desmentir bulos prorrusos sobre la guerra de Ucrania, el gasto militar de EEUU, los Juegos Olímpicos de París o la OTAN. El servicio de verificación español destacó el caso de una petición en la que se preguntaba si las sanciones hacia Rusia “provocaron una epidemia de chinches en Francia”.
‘Rusiagate’
Estos comicios europeos estarán marcados por el auge de la extrema derecha, que ya asoma como primera fuerza en nueve países de la Unión, incluidos Italia, Francia, Austria y Países Bajos; o como segunda y tercera en grandes Estados miembros como Alemania, España, Portugal o Suecia, según las últimas encuestas. En todos los casos previstos, los estudios adelantan que esta tendencia política logrará el mejor resultado de su historia. A su alrededor, sin embargo, orbitan las largas sombras del Kremlin y Vladímir Putin.
Las formaciones más radicales y antieuropeístas, adscritas en su mayoría al partido europeo Identidad y Democracia, han formado parte del bautizado como Rusiagate, el mayor escándalo de espionaje y sobornos por parte del Kremlin hacia miembros de la Eurocámara.
La investigación comenzó en República Checa, donde los servicios secretos descubrieron que miembros del régimen de Putin se pusieron en contacto personalmente con varios eurodiputados. Según declararon las autoridades, estas personalidades percibieron pagos en metálico a cambio de promover el discurso pro-ruso. Meses más tarde, la tormenta de acusaciones arrastra una interminable lista de representantes de Alemania, Francia, Polonia, Bélgica, Países Bajos, Letonia y Hungría.
Dinero en metálico y publicidad electoral
El caso más reciente es el de dos de los principales candidatos para las elecciones europeas del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (en sus siglas AfD), expulsado de Identidad y Democracia por los escándalos que han salido a la luz. No obstante, AfD figura como el segundo en las encuestas, por encima de los socialdemócratas, en el gobierno con Olaf Schölz.
Entre los acusados está el eurodiputado alemán Petr Bystron, el número dos en la lista de AfD, investigado por haber obtenido dinero en efectivo por parte del medio Voz de Europa -en inglés, Voice of Europe-. Este mismo canal, que se hacía pasar como un medio europeísta, fue declarado posteriormente como un medio de propaganda rusa por la inteligencia checa. De hecho, dos de los ejecutivos de la cadena son férreos aliados de Putin. A día de hoy ambos están expuestos a sanciones por la UE.
Otro caso que involucra a Alternativa para Alemania es el asistente del que fue cabeza de lista, Maximilian Krah, acusado esta vez de espiar para el gobierno chino. En total, sólo en el mes de abril han sido detenidos seis presuntos espías en Alemania, todos acusados de trabajar para Moscú y Pekín, dos países declarados “enemigos sistémicos” por la Unión Europea. En ese mismo mes, la diputada letona Tatjana Ždanoka fue acusada de pertenecer a los servicios secretos de Rusia durante años.
En este medio pro-ruso también han aparecido políticos como el eurodiputado Miroslav Radacovský, del partido eslovaco de extrema derecha Slovak Patriot Party, una formación creada por él mismo y conocida por su simpatía hacia el Kremlin. Radacovský, una de las voces más críticas con la ayuda del bloque a Ucrania, saltó al foco mediático por protagonizar una de las escenas inéditas en el hemiciclo de la Eurocámara.
“Si me lo permiten, me gustaría liberar esta paloma como símbolo de paz, que es lo que necesita Europa”, pronunció el parlamentario eslovaco antes de lanzar el ave al aire en pleno hemiciclo el pasado 24 de abril. Detrás de esa “heróica” intervención realizada por Radacovský, se escondía en realidad otro rostro del entramado de contactos que existe entre miembros del Parlamento y Rusia.
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Voz de Europa no es el único canal que ha sido perseguidos por las autoridades y la Comisión Europea. La agencia estatal francesa especializada en la investigación en internet, Viginum, detectó la existencia de hasta 193 webs activas que transmiten contenido favorable al Kremlin.
La ultraderecha, la favorita de Rusia
Las autoridades checas concluyeron en sus investigaciones que Rusia favorecía a estos candidatos con publicidad electoral a través de canales de información como el mencionado anteriormente. Pero, ¿por qué Putin se fija en la ultraderecha?
Infobae España conversa con Anna Korbut, investigadora del Barcelona Centre For International Affairs (en sus siglas, CIDOB) y experta en la retórica del Kremlin y el sector de los medios de comunicación. “Rusia y la extrema derecha comparten muchos elementos de su ideología, como la protección de los valores tradicionales, anti LGTBI, contra ciertas libertades, y por eso es más fácil para Rusia trabajar con sus líderes”, explica.
Sin embargo, la investigadora ucraniana incide en que este foco es situacional y oportunista por su auge. “En realidad, el Kremlin habría hecho lo mismo con cualquier formación, ya sea la extrema derecha o la extrema izquierda”. En resumen, cualquiera que estuviese dispuesta a promover sus ideas y defendiese a Rusia. El problema, es que entre los partidos tradicionales, Rusia se ha ganado una imagen de toxicidad y ahora es muy difícil encontrar a alguien con valores liberales que acepten colaborar con ella.
Con la campaña ya iniciada en España, la vigilancia no solo estará en las calles, también en el ciberespacio, donde se libra la batalla más importante. Medios e instituciones gubernamentales ya han vivido las consecuencias, pero Europa abre un nuevo capítulo en esta guerra.