Buenas noticias para nosotros (y malas para el sistema de la Seguridad Social que tiene que pagar las jubilaciones): cada vez vivimos más años. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), que recoge las estadísticas de fallecimientos semanales, tres de cada diez personas que mueren en España lo hacen tras haber cumplido los 90 años, una cifra que se ha duplicado desde el año 2000.
En los primeros cuatro meses de 2024, 48.520 personas mayores de 90 años fallecieron en el país, lo que representa un incremento del 144% respecto a las 19.836 muertes de las personas de esa edad registradas en el mismo periodo de 2000, según los datos del INE, recogidos por la Agencia EFE. Actualmente, el 29,7% de las 163.340 personas fallecidas entre enero y abril tenían 90 años o más, comparado con el 14,34 % de los 138.283 fallecidos en el mismo periodo del año 2000.
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Este incremento en la longevidad también se refleja en la proporción de fallecidos en otros grupos de edad avanzada: el grupo de 80 a 89 años sigue siendo el más numeroso entre los fallecidos, pues representa el 33,06% de las defunciones actuales, frente al 33,73% del año 2000.
Crece la esperanza de vida
Estos datos se explican por el aumento generalizado de la esperanza de vida. España tiene una de las esperanzas de vida más altas de la Unión Europea, con una media de 84 años, tres años y medio por encima de la media comunitaria, según datos de Eurostat. Este aumento en la longevidad ha llevado a un envejecimiento progresivo de la población, afectando significativamente la estructura demográfica del país.
El impacto del envejecimiento de la población varía considerablemente entre las comunidades autónomas. Castilla y León, La Rioja y Aragón registran las mayores tasas de fallecimientos de personas mayores de 90 años, situándose entre 36,75% y 35,61%, mientras que regiones como Canarias, Andalucía y Murcia presentan porcentajes significativamente menores, con cifras que oscilan entre el 19,83% y el 24,34%. Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla también destacan por sus bajas tasas de fallecimientos de personas mayores de 90 años, con 18,18% y 11,88%, respectivamente.
El envejecimiento poblacional en España no es solo una cuestión de longevidad, sino también de las bajas tasas de natalidad. Nacen menos niños que nunca. En 2023, España registró 322.075 nacimientos, la cifra más baja desde el inicio de la serie histórica en 1941, según el INE. La tasa de natalidad ha ido decreciendo de manera constante, contribuyendo a una pirámide demográfica cada vez más envejecida. En 2022, hubo 133.250 personas más fallecidas que nacidas.
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La tasa de dependencia de las personas mayores también ha aumentado. Este indicador compara a las personas de 65 años o más con aquellas de entre 15 y 64 años, revelando el nivel de apoyo necesario de la población en edad laboral hacia los mayores. Según Eurostat, esta tasa en la UE ha pasado del 27,7% en 2013 al 33,4% en 2023, y España uno de los países más afectados por este incremento.