No han hecho falta muchos días para que Ni que fuéramos haya dado el salto desde el streaming hasta la televisión tradicional, como anunció el programa en pleno directo este mismo jueves. La presencia de los históricos colaboradores de Sálvame y la vuelta a ese contenido que muchos echaban de menos han sido las claves fundamentales de este éxito.
Buena muestra ella de ello se vio en la tarde de este 23 de mayo en la cual, antes de descubrir la emocionante noticia, se emitió una salida protagonizada por Víctor Sandoval en la que acudió al nuevo negocio de Íñigo Onieva, el restaurante Casa Salesas, para conocer de primera mano cómo es y compartir con la audiencia sus impresiones.
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Era una visita casi necesaria teniendo en cuenta las polémicas que han rodeado al negocio desde su estreno, pues se descubrió que buena parte de las reseñas con las que cuenta el local las han escrito tanto Íñigo como su madre, además de otros familiares y amigos.
Y por eso acudieron hasta allí Víctor y su vecina, que probaron algunos de los platos del local. Y si bien la comida les ha gustado, el comunicador salió con una pega: la actitud que Onieva tuvo con él. Según contó, tuvo un encontronazo con el marido de Tamara Falcó, que sigue sin llevar nada bien el interés mediático que despierta.
“Tengo una reseña negativa, respecto al trato”, dijo el colaborador Ni que fuéramos, que llegó a poner en duda incluso que Onieva sea el verdadero propietario del local, ya que por su forma de actuar le pareció que era un empleado más. Todo ocurrió después de que Víctor y su vecina pidieron que les cambiaran el pan, que no era de su agrado. Además, con respecto a la carta sentenció que “no es barato, pero es acorde al local que es. Unos 50 euros por persona”.
“El sitio es muy bueno. Las camareras estupendas, excepto Íñigo Onieva si trabaja allí o solo pasea. Si él es relaciones públicas, lo está haciendo mal”, sentenció Víctor, que contó que le vio durante su visita. “Él estaba en el restaurante con la gorra, como si se estuviera escondiendo en un after”, desveló, haciendo que sus compañeros se rieran de su comparación, aunque alguno de ellos le justificaron diciendo que quizás había llegado poco antes.
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Volviendo a Íñigo, Víctor Sandoval se encontró de frente con él y el trato que tuvieron no le gustó. “Me ha tratado como si oliese mal. ’¡Hola, Íñigo!’, le he dicho cuando me ha mirado como si fuera un apestado del siglo XIII. Me ha dicho ‘hola’ desganado”, siguió el comunicador, que reconocía que esa actitud le hizo sentirse mal.
“Es una realidad. Aquí tengo a Nieves, que es mi vecina, que ha venido conmigo y me ha dicho que ‘nos ha despreciado’. No creo que tenga mal día, creo que tiene esa cara siempre. Yo solo quería juzgar su trato como relaciones públicas porque él no es socio. Onieva que se busque otro trabajo porque lo suyo no es estar de cara a la gente. No tienes tacto. Nada que ver con el resto, que era de nivel”, sentenció.