Israel llamó el pasado 22 de mayo a consultas a su embajador en España, Irlanda y Noruega, tras los anuncios de los diferentes gobiernos para el reconocimiento de Palestina como una nación el próximo 28 de mayo. Una medida que ha dado pie al deterioro de las relaciones diplomáticas entre Israel y los países. Para el ministro israelí de exteriores, Israel Katz, esto corresponde a “conceder una medalla de oro a los asesinos de Hamás”.
De la misma manera, Israel también ha convocado a la embajadora de España allí, Ana María Salomón; y a Sonya McGuiness, de Irlanda; y Per Egil Selvaag, de Noruega, para una reunión urgente en el Ministerio de Exteriores de Israel, en Jerusalén. “Les mostraremos tan horripilante vídeo del secuestro de las soldados de observación para ilustrarles sobre la retorcida decisión que tomaron sus gobiernos. Israel no pasará esto en silencio: su paso tendrá graves consecuencias”, indicó Katz.
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¿En qué consiste “llamar a consultas”?
Cuando un país llama a consultas a su embajador en otro país, suele interpretarse como un indicio de tensión o deterioro en sus relaciones bilaterales. Este paso se considera una medida de presión y un preludio a una posible ruptura de relaciones diplomáticas, aunque rara vez termina en ese punto. En este contexto, la llamada a consultas marca una pausa en el diálogo y la cooperación entre los países involucrados.
El uso de la llamada a consultas, como se detalla en la Convención de Viena de 1961, permite que un Estado emisor paralice relaciones diplomáticas ante una crisis. El artículo 9 de dicha convención reconoce este mecanismo, que genera incertidumbre y sirve como medida de presión. No hay una duración específica para esta acción, y puede durar hasta que se resuelva la disputa, ya sea con el regreso del embajador o con su retirada permanente.
Esta medida también se realizó hace poco cuando España llamó a consultas a su embajadora en Argentina el pasado 21 de mayo, debido a las descalificaciones del presidente Javier Milei contra Pedro Sánchez y su esposa Begoña Gómez en el acto de ultraderecha concedido por Vox en Madrid. El Estado decidió retirar definitivamente a su embajadora en Buenos Aires y esta ha quedado en manos del encargado de negocios.
Es importante destacar que la llamada a consultas no implica una ruptura definitiva de relaciones, pero puede ser precursor de una escalada en la crisis diplomática. En este sentido, no es la primera vez que ocurre, ya que a finales de 2023 Israel llamó a consultas a su embajadora en Madrid por las declaraciones de Pedro Sánchez sobre las violaciones de derechos humanos realizadas por el gobierno israelí en Gaza.
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En el caso de Argentina y España, aunque la embajada sigue operativa, la retirada del embajador añade una gran incertidumbre sobre el futuro de sus relaciones históricas y comerciales. Pero la llamada a consultas no es lo mismo que la convocatoria de un embajador, ya que esto ocurre solo cuando un país convoca al embajador de otro para comentar con él una demanda del Gobierno. Un ejemplo es cuando España convocó al embajador ruso en 2022 para expresar su rechazo a la invasión de Ucrania. Sin embargo, la ruptura de relaciones se trata de la medida más extrema y menos común en diplomacia.
Aunque la ruptura de relaciones diplomáticas es reversible, como se observó en las reconciliaciones recientes entre Irán y Arabia Saudí, o Paraguay y Venezuela, la llamada a consultas sigue siendo una herramienta clave para abordar crisis diplomáticas sin llegar a extremos.