Junto con el dinamismo del consumo privado y del consumo público, las exportaciones de servicios turísticos supusieron una sorpresa positiva el año pasado y contribuyeron más de lo esperado al crecimiento del 2,5% del PIB. El número de visitantes extranjeros que recibió España en 2023 ascendió a 85,2 millones, récord histórico que supera en un 2% la cifra de 2019. Además, llegaron turistas con mayor capacidad adquisitiva que gastaron de media al día un 2,2% más en términos reales -es decir, descontando la inflación. Esto se tradujo en un auge en las ramas de los servicios vinculadas al sector turístico que, según el Banco de España, “explican en torno a la mitad del crecimiento total —del PIB— en 2023″.
El supervisor bancario español analiza en un documento publicado este miércoles a qué se debe el auge del turismo una vez superado el nivel anterior a la pandemia y señala varios motivos, siendo el principal “la mayor diversificación” tanto temporal como geográficamente. Se detecta un crecimiento superior del turismo en las comunidades con costa del norte y en los meses fríos de otoño e invierno. De manera adicional, también puede estar teniendo un impacto positivo en la afluencia los conflictos geopolíticos en Oriente Medio.
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Hace años que las autoridades apelan a la necesidad de diversificar y desestacionalizar el turismo para crecer, pero no ha sido hasta 2023 cuando se ha empezado a percibir una tendencia en este sentido. Los turistas extranjeros que llegaron a España en octubre, noviembre y diciembre de 2023 superaron en un 10,5%, un 16,2% y un 25,3%, respectivamente, a los que llegaron en las mismas fechas en el promedio de 2016 a 2019.
El auge se ha mantenido en 2024, registrando los tres primeros meses del año crecimientos superiores al 20% en la afluencia de viajeros extranjeros en comparación con el periodo prepandemia. Como junio, julio, agosto y septiembre registran ritmos de crecimiento mucho menores (una media del 0,7% entre los cuatro), los meses de verano pierden protagonismo: entre 2016 y 2019 concentraron al 45,9% de los turistas de todo el año, mientas que en 2023 solo al 43,9%, descenso que se podría acentuar este año.
En cuanto a los destinos, las regiones del norte con costa son las más beneficiadas del auge, aunque hay algunas excepciones. El País Vasco recibió en 2023 un 32,2% más de turistas que en el periodo anterior a la pandemia, seguido de Asturias (26,3%); Galicia (18,4%); Comunidad Valenciana (18,4); Madrid (15,1%) y Cantabria (10,8%). “Si bien aún es pronto para extraer conclusiones definitivas, el cambio climático podría estar originando desplazamientos de turistas hacia destinos con temperaturas más moderadas en verano”, sugiere el Banco de España.
Si esta tendencia se confirmara, se reduciría la concentración en zonas de mayor afluencia en los meses estivales y aumentaría la ocupación de los destinos de playa durante los meses de otoño e invierno. Un estudio publicado el pasado 22 de enero por CaixaBank Research ahonda en esta tesis y percibe cambios en la distribución geográfica del gasto turístico en España en temporada alta asociados a aumentos de la temperatura superiores al promedio diario histórico.
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En concreto, detecta a partir de datos de pagos con tarjetas que las zonas más cálidas de España tuvieron un crecimiento del gasto turístico más lento entre las temporadas altas de 2019 y de 2023, a diferencia del auge en los municipios de la costa atlántica norte. El gasto turístico creció cerca del 45% en los municipios que registraron temperaturas medias más bajas (por debajo de 17 grados). En cambio, el gasto turístico creció en torno del 25%-35% en los municipios con temperaturas medias más elevadas (por encima de 23 grados).
Por el momento, los cambios en los patrones turísticos han contribuido a las cifras récord de visitantes y de gasto en el corto plazo al ampliarse la temporada turística, lo contrario de lo que se prevé para el medio y el largo plazo. Según los cálculos de la Comisión Europea publicados en el informe Regional impact of climate change on European tourism demand, en un escenario de subidas de temperaturas de tres y cuatro grados se producirían caídas de demanda turística del 1,6% y del 3,1%, respectivamente, aunque aumentaría la demanda turística en los meses de octubre y mayo.
Aunque la realidad actual muestra lo contrario, el Banco de España llama a la cautela: “Nuestro país está particularmente expuesto a los riesgos físicos asociados al cambio climático, por lo que el impacto del calentamiento global sobre la actividad turística podría incidir de manera más adversa de lo observado en los últimos años”.
Turistas de distinto origen y con más poder adquisitivo
Para que el turismo genere más Valor Añadido Bruto no basta con que lleguen más visitantes, sino que el gasto que hagan sea superior en alojamientos de más categoría. Esto es algo que también ha sucedido tras la pandemia, según el Banco de España, porque el origen de los turistas internacionales se ha diversificado. Destaca el crecimiento de los procedentes de América, especialmente de EEUU, que tienen mayor gasto medio por turista. Además, se han beneficiado en parte de la depreciación del euro respecto al dólar en este período.
Esta mayor demanda y poder adquisitivo de los visitantes ha contribuido a “una resistencia a la baja más intensa de lo esperado” en la inflación de los servicios asociados al turismo, al ocio y a la restauración. Esto habría repercutido también en un mayor dinamismo de las remuneraciones de los asalariados del sector.