El próximo domingo, día 26 de mayo, la familia de Ana María Henao celebraría, tan unida como siempre, su 41 cumpleaños. Sus seres queridos se reunirán, pero esta vez para “pedir” por ella. Desapareció hace 110 días en Madrid y ahora quieren “encontrarla”, sea con o sin vida, además de “hacer justicia”. David Knezevich, marido de esta empresaria colombo-estadounidense, permanece en prisión provisional en Florida (EEUU) como principal sospechoso del caso.
Felipe Henao, hermano de Ana María, reconoce en una entrevista a Infobae España que, pese a no querer “perder la esperanza”, tiene que estar “preparado para todo”. “Nuestra prioridad es saber la verdad y hacer justicia por mi hermana”, subraya. El FBI trasladó hace semanas a la familia que, a tenor de las pruebas recabadas contra Knezevich, lo más probable es que Ana María haya sido asesinada.
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La investigación conjunta de la Policía Nacional y el FBI reconstruyó los movimientos del marido de la desaparecida los días anteriores y posteriores al pasado 2 de febrero, el día que se le perdió la pista. Knezevich alquiló un coche en Serbia, su país natal, y condujo hasta Madrid, concretamente hasta el piso donde vivía Ana María. Tras intentar inutilizar las cámaras de seguridad del edificio con un espray negro, el principal sospechoso salió del portal con una maleta de grandes dimensiones, donde los investigadores creen que pudo transportar a la desaparecida.
Horas más tarde, dos amigas de la empresaria recibieron sendos mensajes sospechosos enviados desde su número de teléfono. “Desde ese momento supe que las noticias iban a ser malas”, señala Felipe. El FBI concluyó que esos mensajes fueron enviados por Knezevich tras pedir a una amante una traducción del inglés al “colombiano”.
“Tiene muchas cosas por las que seguir viviendo”
La familia siempre señaló a la expareja de Ana María como el principal sospechoso de su desaparición. Estaban “seguros” de que no se había marchado por voluntad propia. “En la última conversación que tuve con ella le conté que iba a ser padre después de haber perdido a un bebé. Estaba muy feliz por ser tía. Tiene muchas cosas por las que seguir viviendo”, resalta Felipe, que sigue hablando en presente sobre su hermana.
Ana María inició el año pasado los trámites para divorciarse de Knezevich, quien se negaba a llegar a un acuerdo para el reparto al 50 % del millonario patrimonio que compartían. Entonces ella decidió mudarse a Madrid. “Le gusta mucho España, su cultura, su comida... Había hecho muchas amistades y se sentía en un lugar seguro”, relata su hermano.
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Una asociación de mujeres maltratadas
Pero la principal razón por la que Ana María se distanció a miles de kilómetros de sus seres queridos fue su marido. Precisamente, tenía entre sus planes abrir una asociación sin ánimo de lucro para mujeres maltratadas. Ahora, un juzgado de Violencia sobre la Mujer investiga su desaparición.
Este lunes, la Corte federal de Florida aplazó al próximo 3 de junio la audiencia para la lectura formal de cargos a David Knezevich, que permanecerá en prisión provisional sin fianza. Aunque no se haya resuelto la desaparición, la Fiscalía ya acusa al detenido de “apoderarse, confinar y secuestrar” a la empresaria, un delito por el que puede ser condenado a cadena perpetua en caso de declararse culpable. Si finalmente es acusado de asesinato premeditado, podría enfrentarse a una condena a pena de muerte.