El sistema de Seguridad Social en España proporciona una ayuda a los trabajadores que, a causa de una enfermedad o accidente, ven disminuida su capacidad para trabajar. Se trata de la pensión de incapacidad permanente, destinada a compensar la reducción de ingresos derivada de la imposibilidad de trabajar.
Para poder acceder a la ayuda, no se exige una edad mínima para recibir esta prestación, pero sí es necesario haber cotizado durante un periodo mínimo de años, salvo en los casos de accidente laboral o enfermedad profesional. Excepto en la pensión no contributiva de invalidez.
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Según el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), la pensión no contributiva de invalidez garantiza a todos los ciudadanos en situación de invalidez y necesidad económica una prestación económica, asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios, incluso si no se ha cotizado o se ha hecho de manera insuficiente para acceder a una pensión contributiva. Este beneficio es accesible tanto para españoles como para extranjeros con residencia legal en España que cumplan con ciertos requisitos.
La gestión y el reconocimiento del derecho a recibir una pensión no contributiva son responsabilidad de las Comunidades Autónomas, que han asumido las funciones y servicios del Imserso. En las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, esta gestión la realiza directamente el Instituto de Mayores.
Las solicitudes pueden presentarse en las oficinas de Servicios Sociales de cada comunidad, en el Imserso o en cualquier otra oficina de la Seguridad Social. También es posible enviar la solicitud por correo. En todas estas oficinas se dispone del formulario correspondiente.
Requisitos para acceder a la pensión no contributiva
Para ser beneficiario de esta pensión, los solicitantes deben cumplir con varios requisitos. Primero, deben tener entre 18 y 65 años en el momento de la solicitud. También es obligatorio residir en el territorio español y haber vivido en España por un periodo de cinco años, de los cuales dos deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de la solicitud. Y además, el solicitante debe estar afectado por una discapacidad del 65% o superior.
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Otro de los requisitos es carecer de rentas suficientes para sobrevivir, lo que significa que los ingresos anuales para 2024 deben ser inferiores a 7.250,60 euros. Cada año, se fija un límite económico a partir del cual no se puede acceder a la prestación y, para ello, no solo se toman en consideración las rentas propias, sino también los ingresos de los familiares con los que se convive.
El derecho a la pensión no contributiva de invalidez permite la realización de actividades laborales, sean lucrativas o no, siempre que sean compatibles con la discapacidad del pensionista y no impliquen una modificación en su capacidad real para trabajar.
Los receptores de estas pensiones con un grado de discapacidad del 75% o superior y que necesiten ayuda de otra persona para realizar actividades esenciales de la vida diaria, recibirán un complemento adicional del 50%, que asciende a 3.625,30 euros anuales.