La Audiencia Nacional ha absuelto a seis miembros de la familia Charlín por falta de pruebas. Junto a dos abogados y un empresario, estaban acusados del delito de blanqueo de capitales procedente del narcotráfico cometido en el seno de una organización criminal por haber participado en cinco operaciones de lavado de dinero entre los años 2000 y 2010. La Fiscalía Antidroga pedía penas de entre cuatro y seis años de cárcel.
En esta causa estaba originalmente también acusado el patriarca del clan, Manuel Charlín Gama, pero falleció en 2021, durante la interminable tramitación del caso de casi 15 años. La que si ha tenido que estar sentada en el banquillo es la primogénita, Josefa Charlín Pomares, junto a otros familiares como Mª Teresa Charlin Pomares, Natalia Somoza Charlin, Noemi Outon Charlin, Oscar Felipe Charlin Pomares y Francisco Melchor Charlin Pomares.
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El caso trataba sobre cinco supuestas operaciones de blanqueo de capitales, entre ellas la subasta de una depuradora de mariscos situada en Lugar de Grandin en la isla de Arosa, la adquisición de una planta de elaboración y transformación de productos del mar en China en los años 2000, 2008 y 2009, así como la apertura de cuentas corrientes en entidades bancarias suizas.
“No lograron acreditar ni por asomo la veracidad de la tesis”
La Audiencia no ha visto corroborada el blanqueo de capitales solamente con las pruebas practicadas en el juicio en la acusación de la Fiscalía. Además, les reprocha la falta de individualización de las conductas atribuidas a los acusados.
En concreto, y en relación con la operación de la depuradora, señala que las pruebas testificales, periciales y documentales practicadas en el plenario “no lograron acreditar ni por asomo la veracidad de la tesis esgrimida por el Ministerio Fiscal”, consistente en que el dinero invertido en esta operación procedía de la actividad ilícita de narcotráfico a la que dos de las acusadas se dedicaban, primordialmente, porque no tienen relación alguna con esta clase de delitos.
Respecto a la adquisición de una planta en China, la Audiencia Nacional subraya que la falta de concreción en las tesis del Ministerio Fiscal dificulta sustentar las acusaciones. Los magistrados critican que el escrito acusatorio no especifica los hechos atribuidos a cada acusado, limitándose a realizar imputaciones generales sin individualización.
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Además, en cuanto a la apertura de cuentas corrientes en entidades bancarias suizas, los magistrados indican que el fiscal no proporciona datos objetivos que puedan sustentar la existencia de un delito de blanqueo de capitales derivado del tráfico de drogas. Este planteamiento se ha mantenido tanto en las conclusiones provisionales como definitivas del Ministerio Público.
El clan de los charlines
En 1990 saltaba en España la conocida como ‘Operación Nécora’. Tres años duró la investigación liderada por el juez Baltasar Garzón y que puso contra las cuerdas a los líderes del narcotráfico en Galicia. Uno de ellos fue Manuel Charlín Gama, conocido como El Viejo, famoso en Vilanova de Aurosa por la forma violenta y sanguinaria que tenía de actuar.
Durante más de cuatro décadas El Viejo construyó una estructura criminal a semejanza de la mafia italiana. Se apoyó siempre en su familia, primero en sus hermanos, José Benito y José Luis, y más adelante en su mujer, Josefa Pomares. Con el tiempo llegaron también a participar hijos, yernos y nietos.
Aunque pasó 20 de sus 89 años en prisión, se consiguió librar de ser condenado por la ‘Operación Nécora’. Cuatro años más tarde volvió a escapar de la justicia en el juicio por el asesinato de Manuelo Baúlo, jefe del clan de los Caneos, colaborador de Garzón que fue tiroteado por sicarios colombianos en su casa de Cambados. Tuvo que llegar el año 1999, cuando ya fue condenado por ser el líder de una organización que introdujo en las costas gallegas un barco de 600 kilos de cocaína procedente de Colombia.
En el año 2003 recibió una nueva condena por blanqueo de dinero procedente del narcotráfico y fraude fiscal que el Tribunal Supremo fijó en 13 años. Las dos condenas se acabaron fundiendo y en 2010 salió de prisión, ya con 78 años y con la salud muy frágil.
Ni su estado, ni el estar retenido le impidieron seguir liderando su clan, como demuestra la apertura de un nuevo caso en agosto de 2018 en el que la Fiscalía pedía que fuera condenado a ocho años de prisión y una multa de 12 millones de euros por presuntamente lavar 12 millones de euros procedentes del narcotráfico junto a su familia. Sin embargo, la condena no pudo llevarse a cabo, debido a su muerta, por una parada cardiorrespiratoria tras caerse en su chalet de Vilanova de Arousa.