Este miércoles, 22 de mayo, se cumplen dos décadas de una celebración que paralizó la ciudad de Madrid y la convirtió en el epicentro de todas las miradas. El por entonces heredero al trono español y príncipe de Asturias, Felipe, se casó con Letizia Ortiz Rocasolano, una periodista conocida por su trabajo en TVE. Como era de esperar, la ocasión reunió en la capital española no solo a todos los miembros de la antigua familia real, también a los miembros de otras monarquías, que se codearon durante unas horas con los familiares y amigos más cercanos de los novios.
Los protagonistas del día estaban claros, Felipe y Letizia, que brillaron pese a la gran presión del momento y saberse objeto de todas las miradas y cámaras. Fue al final de la ceremonia religiosa cuando, un poco más relajados, compartieron los focos con sus más allegados, con los que posaron ante los fotógrafos, dejando imágenes que han pasado a la posteridad.
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Gracias a ellas se puede ver no solo lo mucho que han cambiado físicamente los que fueron testigos de este enlace, también se puede hacer una comparación de la gran transformación que han sufrido los Borbón y Grecia y los Ortiz Rocasolano. Repasamos las vidas de aquellos que más han dado de qué hablar en estos 20 años.
Juan Carlos y Sofía
Las vidas de los reyes eméritos es una de las más destacadas. Si bien continúan casados, la distancia entre ellos en estos momentos no podía ser mayor, tanto física como mentalmente hablando. El comienzo del fin para Juan Carlos I fue el accidente de caza que sufrió en Botsuana, pues se destapó que tenía una amante, Corinna zu Sayn-Wittgenstein. A partir de ese momento se convirtió en el protagonista de titulares y se desvelaron que había cobrado supuestamente comisiones ilegales y que tenía fondos en paraísos fiscales.
Como consecuencia, el exrey abdicó en su hijo el 19 de junio de 2014 para acabar abandonando España de manera voluntaria en 2022, instalándose en Abu Dabi. A día de hoy sigue residiendo en el país árabe, si bien es cierto que regresa con bastante asiduidad a la península ibérica.
La infanta Elena y Jaime de Marichalar
En 2007, tres años después de la boda de Letizia y Felipe, la Casa Real corroboró lo que era un secreto a voces, el fin de la relación entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar. Este comunicado anunciaba el fin de la convivencia entre ambos, marcando la que poco después sería la primera separación en la familia real española. Dos años después se divorciaron de manera oficial, separando sus vidas para siempre.
Tras el ascenso al trono de Felipe VI, la agenda de la infanta desapareció, pues dejó de formar parte de la familia real para ser familia del rey.
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin
De todos los asistentes, la vida que más ha cambiado es la de los exduques de Palma, que cayeron en picado en todos los sentidos desde ese momento. Ese mismo 2004 Iñaki Urdangarin fundó Nóos, la empresa que después sería su ruina. Dos años después desde la institución les aconsejaron abandonar España porque, como se supo más tarde, el exdeportista estaba siendo investigado.
Todo terminó con su entrada en prisión en la cárcel de Brieva en 2018, donde cumplió una pena de cinco años y diez meses por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias. Su matrimonio saltó por los aires poco después de su salida de prisión y a finales de 2023 firmaron el acuerdo de divorcio.
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Froilán y Victoria Federica
El día de la boda de sus tíos Froilán tenía 6 años y Victoria Federica 4, de ahí que fueran dos de los pajes de la celebración. Llamó especialmente la atención el niño, que llegó a propinar patadas durante la ceremonia a uno de sus primos Urdangarin, además de a otros niños.
Con el paso de los años el interés mediático se ha mantenido en ellos, ya que han sido muy polémicos tanto por sus estilos de vida y sus estudios como por las reacciones que han tenido con los medios de comunicación. A día de hoy Victoria Federica vive convertida en influencer y Froilán trabaja en Asia, muy cerca de su abuelo.
Érika Ortiz
Por parte de Letizia cabe destacar a su hermana pequeña, Érika. La hermana menor de la reina Letizia, murió el 7 de febrero de 2007. Érika tenía una hija de cuatro años, Carla, y estaba separada de Antonio Vigo. La noticia impactó profundamente en la por entonces princesa, que estaba embarazada de su segunda hija.
Carla Vigo
Quien más sufrió la pérdida de Érika fue su única hija, Carla Vigo. Tras una niñez y adolescencia de lo más discreta, cuando cumplió la mayoría de edad dio el salto a los titulares y es que sus grandes deseos de ser actriz profesional la han puesto en el punto de mira. Pese a su empeño, la sobrina de Letizia no ha conseguido su objetivo, aunque se deja ver en algunos photocall acompañada de personajes de la farándula, algo que no gustaría nada a la casa real.