Este lunes 20 de mayo de 2024, España ya ha consumido todos los recursos naturales que le corresponden para este año. Desde hoy, nuestro país entra en números rojos al acabar con su “presupuesto ecológico”, según el Día de Sobrecapacidad de la Tierra, también conocido como Overshoot Day, que establece la la Global Footprint Network, una organización de investigación internacional que ofrece una guía para operar dentro de los límites ecológicos de la Tierra. Esta ONG analiza la evolución mundial de dos parámetros: la biocapacidad (o capacidad de regeneración biológica) y la huella ecológica (nuestra demanda de recursos). En 2023, la fecha en la que España entró en deuda con el planeta fue el 12 de mayo.
La organización establece una fecha exacta para cada país, en función de sus recursos y su consumo, y a España le corresponde el 20 de mayo, cuando aún quedan siete meses para que acabe el año. Esto significa que este día la sociedad española, incluidos todos sus sectores económicos, ha utilizado todos los recursos naturales -agua, energía, materias primas, alimentos, entre otros- que le corresponderían para todo el año. A partir de esta fecha, el país entra en “déficit ecológico”, es decir, ya ha consumido más de lo que la Tierra es capaz de regenerar en ese tiempo.
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Cómo se calcula el Día de Sobrecapacidad
Como si de un extracto bancario se tratara, la organización compara los ingresos con los gastos, es decir, mide la demanda de una población y la oferta de recursos y servicios de los ecosistemas. Estos cálculos sirven como base para calcular el Día del Sobrecapacidad de la Tierra.
Desde el punto de vista de la oferta, la biocapacidad de una ciudad, estado o nación representa su superficie terrestre y marítima biológicamente productiva, incluidas tierras forestales, tierras de pastoreo, tierras de cultivo, zonas de pesca y tierras urbanizadas.
Por el lado de la demanda, la Huella Ecológica mide la demanda de una población de alimentos y productos de fibra de origen vegetal, productos ganaderos y pesqueros, madera y otros productos forestales, espacio para infraestructura urbana y bosques para absorber sus emisiones de dióxido de carbono procedentes de combustibles fósiles.
Las cuentas de la Huella Ecológica utilizan como unidad de medida la “hectárea global”, que es una hectárea biológicamente productiva, con una productividad igual a la media mundial. La huella de carbono es una parte integral de la Huella Ecológica. En las cuentas de la Huella Ecológica, las emisiones de carbono se expresan en hectáreas globales, pero a menudo las huellas de carbono también se miden en toneladas de CO2 por año.
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Además, muchos informan únicamente sobre la huella de carbono e ignoran su contexto ecológico. Por el contrario, la huella hídrica, inspirada en la Huella Ecológica, rastrea el agua incorporada (virtual). El uso del agua en el contexto de la Huella Ecológica se mide en términos de su biocapacidad incorporada.
La mayoría de países cuentan con un Día de Sobrecapacidad concreto, como se ve en esta imagen: